Isabel Preysler, madre de Tamara Falcó, ha sorprendido este sábado a sus 72 años con un look clásico de madrina de la firma de Carolina Herrera, bajo la dirección de Wes Gordon, misma marca de lujo que la que también ha elegido la marquesa de Griñón en su enlace con su prometido Iñigo Onieva. La socialité no ha dudado en arriesgar con un conjunto muy primaveral de dos piezas que será la inspiración para las próximas invitadas de boda.
No ha sido hasta las 12 de la madrugada de hoy que por fin hemos podido conocer todos los vestidos de la boda más esperada del año debido a que, durante todo el enlace, los teléfonos móviles y las fotos estuvieron totalmente prohibidas para no arruinar la exclusiva que la pareja tenía acordada con ¡Hola!
A diferencia del enlace de María Pombo y Teresa Andrés Gonzalvo, este no se retransmitió en directo, por lo que hemos tenido que esperar a la nueva edición de la revista para descubrir los estilismos más importantes. El mismo sábado ya vimos el de todas las invitadas, como el rosa Barbie de Nuria Roca hasta el no tan acertado de Eugenia Martinez de Irujo, pero todavía nos faltaba los de las madrinas y, por supuesto, el de la novia.
La familia de Tamara Falcó era la gran incógnita de la noche, y es que a pesar de saber lo que llevaban todas las invitadas, lo que lucieron Chábeli Iglesias, Ana Boyer e Isabel Preysler también formaban parte de la exclusiva. Sin embargo, el más cotizado fue el de la matriarca.
El look de Isabel Preysler en la boda de Tamara Falcó
Al igual que su hija, Isabel Preysler optó por un diseño de Carolina Herrera, aunque en lugar de la colección nupcial, se decantó más por el de primavera-verano 2023. Pese a que muchos lo han confundido con un vestido, en realidad se trata de un conjunto de dos piezas que se ha vuelto el favorito para las invitadas más elegantes, pero 'fashionistas', de este año.
El look estaba compuesto por una blusa de gasa con escote halter con los hombros caídos y una flor en el cuello, una de las tendencias más grandes para esta temporada que ha sido rescatada de la moda de los 2000. Las mangas estaban ligeramente abullonadas y se ajustaban a la muñeca con unos volantes.
La falda, por su parte, compartía el color amarillo con estampado de peonías rosas y hojas verdes de la blusa, aunque su tela era más consistente y pesada. El diseño era en A, con un ligero vuelo y de cintura alta, consiguiendo un efecto de figura de reloj de arena.
Al look lo acompaño con una cartera de mano blanca con brillo y unas sandalias en rosa pastel. En cuanto a los complementos, combinó el anillo y los pendientes en cascada de cristales en varios colores. Para el pelo, optó por un recogido bajo clásico con volumen en el flequillo que enmarcaban sus facciones, estando perfecta para uno de los días más importantes de su hija.
Isabel Preysler de invitada: estos son sus mejores looks
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