Anitta Ruiz Consultora de moda | #LAROPAHABLA
OPINIÓN

Lo que se lleva ahora es rebuscar en el armario y darle una vuelta a lo que ya tenemos

Kate Middleton con pendientes de Zara en los BAFTA 2023
Kate Middleton con pendientes de Zara en los BAFTA 2023
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Kate Middleton con pendientes de Zara en los BAFTA 2023

París, Londres, Milán, Nueva York… Pero también Madrid, Lisboa, Copenhague, Estocolmo o Berlín. No hay capital del mundo que se precie que actualmente no tenga una semana de la moda. Unas más exitosas que otras. Más o menos multitudinarias. Un 'fashionista' podría atravesar el mundo de 'fashion week' en 'fashion week' sin ni siquiera pisar la realidad de la calle. Es tan complicado y abigarrado el calendario que me asalta una pregunta: ¿esta saturación sirve para algo? Hagamos historia.

Cuando se concibieron las presentaciones de colecciones, hace ya más de un siglo, estaban pensadas para que las clientas de los más importantes costureros conocieran sus nuevos diseños. Fue Charles Frederick Worth el que decidió que ya no se iba de casa en casa, sino que eran los 'couturiers' los que recibían. Con el paso de los años se amplió el aforo para acoger a periodistas de moda o compradores de grandes superficies.

Con el comienzo del siglo XXI a las primeras filas de estos desfiles se incorporaron un nuevo 'gremio': los bloggers. Unos jóvenes desconocidos para las viejas glorias que con sus teléfonos móviles se dedicaban a transmitir en tiempo real a las nuevas generaciones lo que pasaba en las pasarelas. Los clásicos se llevaban las manos a la cabeza y la prensa tradicional pronosticaba que esta forma de comunicar era flor de un día. La gente anunciaba la muerte de los blogs antes de su nacimiento. Craso error, por cierto, porque nunca murieron, evolucionaron. De las bitácoras digitales a Instagram o TikTok. Las redes sociales lo cambiaron todo, una vez más. Ya no había que esperar seis meses para ver los desfiles. En tiempo real nos enteramos de lo que se está presentando en Hong Kong o Sidney. Pero qué queréis que os diga, esto empieza a cambiar de información a infoxicación (intoxicación por exceso de información). Ni trabajando en esto soy capaz de saber qué es lo que dicen los expertos que se va a llevar. Faldas cortas allí, cuadros aquí. Mira no sé, qué lío todo. 

Desfile de Burberry en la London Fashion Week
Desfile de Burberry en la London Fashion Week
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La plataforma Pinterest, que recoge las fotos que más gustan a los usuarios de internet, realiza estadísticas de búsqueda durante las semanas de la moda y lo mismo aumentan las relacionadas con los trajes de plumas que los vestidos de inspiración griega. Vamos que todo vale y finalmente parece que lo que va a triunfar son cuatro cosas puntuales que encima llegarán antes a las tiendas de 'fast fashion' que a las marcas que las concibieron. Todo esto en época de una crisis cada vez más acuciante que está transformando el patrón de consumo de todas las generaciones.

Supongo que si yo me estoy planteando esto, los gerifaltes de los conglomerados de moda deben llevar años volviéndose locos para ver cómo evolucionan un sistema que de todo punto parece caduco y obsoleto. A este caos organizativo, de sobre información, de momentos inigualables que son todos iguales se suma que lo que abre titulares son nuestras 'celebs' y 'royals' repitiendo modelitos. Es decir, que ni tendencias, ni novedades. Lo que se lleva ahora es rebuscar en el armario. Darle una vuelta de tuerca a lo que ya tenemos. Reciclar, reutilizar, 'recombinar' (aunque no exista semejante palabro). La Princesa de Gales o Cate Blanchet en los Bafta han acaparado portadas, precisamente, porque volvían a lucir varios años después, alguna de las joyas que ya tenían en su armario.

La gran actriz, que ofrece un papel formidable en 'Tár', elegante como acostumbra
La gran actriz, que ofrece un papel formidable en 'Tár', elegante como acostumbra
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En definitiva, que hay más semanas de la moda de las que podemos abarcar. Que entre tantas novedades ya no sabemos ni lo que se va a llevar porque es imposible que todas estas tendencias se materialicen y se conviertan en moda. Y para poner la guinda al pastel, en este momento de incertidumbre, lo más 'cool' es no comprar. Inciertos tiempos para el mundo de la moda. Sin duda. Y nos quejábamos hace unos años. No sé lo que está por venir y mucho menos sé si me va a gustar. Lo que sí puedo garantizar es que seguiré intentando descifrar todo lo que viene y lo que es más importante, traduciéndolo para todos los que nos leéis.

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