¿Puede una monarquía ser feminista? La respuesta no solo depende de que reine un hombre o una mujer

Rainier III, príncipe de Mónaco (1923-2005) y la princesa Grace de Mónaco, con vestido de Givenchy, en Irlanda
Rainiero III, príncipe de Mónaco (1923-2005) y la princesa Grace de Mónaco, con vestido de Givenchy, en Irlanda
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Rainier III, príncipe de Mónaco (1923-2005) y la princesa Grace de Mónaco, con vestido de Givenchy, en Irlanda

En un ensayo firmado por Laura Clancy y Hannah Yelin llamado La monarquía es un asunto del feminismo, sus autoras indagaban acerca de cómo la monarquía se estructura sobre algunos pilares incompatibles con la lucha del feminismo para desmantelar los problemas interseccionales de opresión. "No hay un número de campañas suficientes que afronten ‘asuntos femeninos’ como para borrar el hecho de que la existencia monárquica es un asunto que el feminismo ha de tratar", escriben.

La monarquía vive un momento de convulsión a causa no únicamente de las (constantes) declaraciones de Harry, sino de las salidas de tono de algunos monarcas. El último ha sido el rey Carlos Gustavo, que afirmó en una entrevista emitida en el documental Los últimos reyes de Suecia no estar de acuerdo con la abolición de la Ley Sálica. "Arrebatar el título de sucesor a Carlos Felipe fue un error. Mi hijo nació como príncipe heredero", aseguró. Por supuesto, ha tenido que retractarse tras la oleada de odio que se le ha venido encima al haber criticado el que esta ley fuese derogada por el Parlamento sueco en 1979. La ciudadanía no ha aplaudido el trasfondo de sus palabras, que demuestran una hiriente falta de apoyo a su primogénita y futura reina de Suecia, la princesa Victoria. "Me ha dolido mucho cuando he visto los comentarios que insinúan que no apoyo a mi hija, la princesa Victoria, como heredera al trono. Una heredera al trono es para mí una obviedad. La princesa heredera es mi sucesora. Es un activo extraordinario para mí, mi familia y nuestro país. Estoy orgulloso de ella y su incansable trabajo para Suecia", ha expresado en un comunicado.

Cumpleaños de Victoria de Suecia
Victoria de Suecia y su marido el príncipe Daniel
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"Es la posición de la mujer en la sucesión en la Corona uno de los aspectos que, actualmente, pueden resultar más controvertidos por la pervivencia de criterios restrictivos en cuanto a sus derechos sucesorios. Aunque en algunas monarquías no se discrimina a la mujer en el orden sucesorio (por ejemplo, así sucede en Suecia a partir de 1974), existen otros ejemplos en los que las mujeres son excluidas de la sucesión, siguiendo el modelo francés de la Ley Sálica", señala en La monarquía parlamentaria: familia real y sucesión a la corona Yolanda Gómez. Al hablar de esta ley es necesario detenernos en Liechtenstein, que mantiene una férrea Ley Sálica que dicta que las mujeres están excluidas de la jefatura del Estado. "No sería fácil cambiar un sistema que ha demostrado su eficacia durante siglos", aseguró en una entrevista el príncipe Alois, que forma parte de una familia ultracatólica con inmensos poderes. Por si fuera poco, esta monarquía no contempla la posibilidad de tener un monarca homosexual y su jefe de Estado, Hans-Adam II, ha señalado en diversos momentos estar en contra de la adopción por parte de parejas monoparentales.

También hemos de detener la mirada en Mónaco, pues por más que el príncipe Alberto haya declarado tener la intención de que su hija Gabriella comparta responsabilidades con su hermano y tenga un papel relevante en el Principado (los hermanos reciben la misma preparación académica y formación), no ha tomado la decisión de revocar la Ley Agnaticia, que prioriza al heredero varón sobre las mujeres y que es una variedad de la Ley Sálica. Las mujeres podrían ascender al trono… siempre que no hubiera ningún heredero masculino en la línea de sucesión. "En caso de gemelas o de gemelos, será la primera o el primero que nazca. En el caso de un niño y una niña, será el niño. En el caso de gemelas, y si luego un chico viniera a ampliar nuestra familia, recaerá en él el título de príncipe heredero", declaró el príncipe Alberto antes del nacimiento de sus gemelos, y es así cómo se explica que Jacques vaya a ser el heredero del príncipe Alberto, pese a haber nacido antes Gabriella, algo que ya sabemos le ocurrió previamente a Carolina de Mónaco, que pese a ser la primogénita, fue desplazada por el soberano.

Alberto de Mónaco con Alexandre y Jazmin, sus hijos mayores.
Alberto de Mónaco con Alexandre y Jazmin, sus hijos mayores.
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Por supuesto, hemos de hablar también del rey de Marruecos, Mohamed VI, que pese a haber introducido algunas transformaciones positivas, sigue conservando todos los poderes del Estado y se enriquece en un país donde el desempleo es muy importante entre las mujeres. Hablamos de un monarca que pagó la defensa de su amigo, cantante marroquí Saad Lamjarred, juzgado por violación sexual. Incluso le recomendó que contratara como abogado a Eric Dupont Moretti. Mohamed VI se separó de la que hasta ahora había sido todo un ejemplo como consorte diferente, Lalla Salma. Su llegada a la corona cambió las cosas: el monarca anunció públicamente que tenía la intención de ser monógamo y presentó de forma pública en su boda, celebrada en 2002, cuando hasta entonces, las reinas se encontraban siempre relegadas a un discreto segundo plano. Como embajadora de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud, se involucró en diversas campañas humanitarias, e incluso dio en el año 2007 una charla ante la UNESCO sobre la coexistencia de culturas y la igualdad entre hombres y mujeres.

El rey de Marruecos Mohamed VI.
El rey de Marruecos Mohamed VI.
Europa Press

Beatriz Gimeno, escritora y diputada, responde en LES DONES I ELS DIES y a una cuestión: ¿Puede la monarquía ser feminista? "Creo que las feministas tienen que preguntarse qué valores transmite la institución, que no puede dejar de transmitir valores patriarcales. No solo porque la monarquía esté representada por el rey, la reina y una familiar patriarcal, sino porque sería imposible que si una mujer estuviera al frente, fuera una madre sola, no monógama, lesbiana o contrajera matrimonio civil. Son cosas fundamentales para la igualdad de las mujeres. No podría haber una mujer al frente de esas instituciones. Una mujer al frente de la monarquía que quisiera representar los avances de las mujeres en las últimas décadas haría explotar la monarquía que por ello, nunca podría ser considerada una institución feminista".

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