Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

Las máscaras de la heroína

La actriz Nathalie Poza, siempre elegante, posa para los medios y los asistentes
La actriz Nathalie Poza, siempre elegante, posa para los medios en los Premios Feroz
Juan Naharro/Getty Images
La actriz Nathalie Poza, siempre elegante, posa para los medios y los asistentes

Nathalie Poza tiene la piel transparente. Las pieles nos retratan, son la punta de un iceberg, a veces, en carne viva, aunque esta actriz camaleónica transita ahora por una de las etapas más dulces de su vida.

En realidad la conozco muy poco pero algunos encuentros son conexiones auténticas donde intuimos al ser humano que hay detrás de la máscara ya que, si bien todos usamos caretas tras las que protegernos, una actriz las perfecciona en su oficio. Con la excusa de una película a punto de estrenar, donde interpreta a una mujer que se enfrenta al dolor superlativo de perder a un hijo y al derrumbe de su matrimonio, hemos conversado sobre esa común búsqueda de una misma. En la primera escena de Honeymoon el personaje destroza su cocina como declaración de intenciones porque según Nathalie, Scorsese explicaba que los personajes tienen que irrumpir en escena y no hacerlo de tapadillo, por eso se enamoró del papel. Apenas empezamos a hablar me cuenta que lleva años escondiéndose en los personajes que interpreta: encontrarse consigo misma resultaba doloroso.

No necesitamos interpretar para darnos cuenta de la dificultad de convivir con nuestro ser interior. En cierta medida, las mujeres corrientes también actúan, sonríen aunque no tengan ganas, motivan a los demás cuando ellas están hechas mierda, dicen a sus amigas que la dieta les sienta genial, a pesar de que su cuerpo sea su mayor enemigo. Habitarnos con aceptación no se logra en un día sino a través de un proceso de autoconocimiento al que solemos llegar tras buscarnos incansablemente.

La actriz Nathalie Poza y la periodista Teresa Viejo
La actriz Nathalie Poza y la periodista Teresa Viejo
Teresa Viejo

¿Cómo has logrado conocerte y aceptarte? La pregunta que formulé a Nathalie te la hago a ti porque es una de esas que tarde o temprano nos hacemos los seres humanos. No hay un único camino. Existen variados compañeros de viaje que te ayudan a ello. Nathalie me dijo que había castigado a su cuerpo con trastornos alimenticios porque cuando tu imagen se proyecta en una pantalla de cine o sobre un escenario, y además de forma descarnada, la validación del otro importa más que la propia y nunca eres lo suficientemente delgada ni lo suficientemente deseable. Ahí pongo en valor una curiosidad que nos descubre apoyos para avanzar, instrumentos como la terapia, la lectura, el yoga, la meditación o pasear por la naturaleza. Todo es válido si te sirve a ti.

No hay un único camino. Existen variados compañeros de viaje que te ayudan a ello.

Roberto Whyte, gran experto sobre el eneagrama, está terminando un libro enfocado a explicar con palabras sencillas esa herramienta de autoconocimiento que no siempre resulta fácil de entender y menos aún de aplicar, y me ha pedido que escriba unas líneas en las que hable de cómo me ayudó a conocerme mejor. Recuerdo que en su día me permitió encajar mis dos mitades; lo digo a sabiendas de no tener dos mitades sino infinitas facetas, pero bueno… en alguna me acepto, en otras me crítico, en algunas me cambiaría y en las demás, avanzaría con mis zapatos tan a gusto. Gracias al eneagrama entendí por qué los demás veían a una mujer fuerte, segura, resolutiva, incluso distante, donde yo contemplaba a una niña curiosa altamente sensible, con una empatía por la que sufría más de la cuenta. Puesto que nuestras partes están en el todo, no es que los demás me mirasen de forma equívoca sino que yo no distinguía lo que ellos observaban, al igual que ellos no captaban lo que yo guardaba dentro. En esto consiste el juego de espejos de mostrar algo que no nos gusta solo para proteger lo que somos porque nos sentimos vulnerables, sin embargo, cuando aceptamos dicha vulnerabilidad, nos liberamos. Esto aprendí en el eneagrama.

Nathalie me confesó que en su vida solo había logrado ser feliz actuando, como si el personaje que interpretaba, por contrario a ella que fuese, sanara una herida personal; sin embargo, años de terapia y autoconocimiento, habían logrado reconciliarla con su yo más profundo. Y por fin, esa mujer de piel transparente deja traslucir a través de ella cierto remanso de paz.

Si confiamos en la curiosidad, ella nos ayudará a ver y reconocer también nuestras muchas facetas y, a partir de ahí, será más fácil abrazarlas, aceptarlas, e integrarlas en lo que somos en verdad.

¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento