Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

Algo está cambiando

Vista al cielo y el anochecer
Vista al cielo y el anochecer
Pexels
Vista al cielo y el anochecer

En 'El problema de los tres cuerpos', la serie de Netflix que me ha acompañado en los días lluviosos de Semana Santa, las protagonistas son científicas que se hacen muchas preguntas. Claro que hay científicos, pero las listas son ellas. También las malas.

Sin hacer spoiler, quien abre la puerta al mayor peligro de la humanidad es una mujer que juzga a la raza humana y promueve alternativas para su caótico futuro, enfrentándose a unos hombres esforzados por mantener unas normas que representan la policía, los servicios secretos y los propios gobiernos. 

No solo eso, la voz de Dios es femenina y a su emisaria la representa una mujer. También una mujer vigila la paz mundial como presidenta de Naciones Unidas

La serie adapta el texto de ciencia-ficción del escritor chino Liu Cixin y fue publicada en 2008, pero se toma pocas licencias respecto de los personajes que mueven los hilos de la trama. En la novela también mandan ellas.

Fotograma de 'El problema de los tres cuerpos'
Fotograma de 'El problema de los tres cuerpos'
CINEMANÍA

Que las mujeres investiguen y promuevan teorías que expliquen el origen del universo, que marquen el camino a los hombres, incluso cuando sea errado, no parece frecuente ni en la ficción ni en la vida. Que una mujer sacrifique lo más preciado para ella, una hija o un hijo, en aras de un gran descubrimiento científico -la astrofísica protagonista decide que nuestra civilización no es capaz de resolver los problemas y necesita intervención externa- estaba lejos de ser el paradigma de las historias que nos contábamos. 

Cuando las malas lideran y son listas, algo está cambiando

En las grandes corporaciones rueda un chascarrillo que dice que cuando en una empresa una mujer incapaz llegue a la presidencia, entonces sí que hombres y mujeres estaremos en igualdad de condiciones, apelando a la necesidad de demostrar doblemente la valía femenina para acceder al poder. Por norma, las películas y las series reproducían estos vicios y nos cansábamos de ver a personajes masculinos determinando el argumento: son los heroicos, los inteligentes, los que demuestran coraje y dominio de la estrategia, eso sí, casi siempre escoltados por personajes femeninos que les complementan a la perfección. 

Cuando a una mujer se le adjudicaban cualidades como a ellos, terminaba siendo la perversa villana de la que no nos compadecíamos si era sacrificada

Sucede igual al presuponer altruismo en nuestros proyectos, olvidando que facturar es deseable para todos. Charlando con la ingeniera biomédica Alba González, una de las mayores expertas mundiales en creación de prótesis personalizadas con impresión 3D, me confesó que le gustaría emprender, es decir, sacar adelante su propia empresa de material biomédico y no depender de encargos de terceros. ¿Por qué no? ¿Quién piensa que una investigadora no desee crear su propia empresa y ganar dinero a través de ella? El cliché de las mujeres ambiciosas cae por su propio peso.

Las prótesis producidas con impresión 3D son más baratas y más rápidas de hacer.
Las prótesis producidas con impresión 3D son más baratas y más rápidas de hacer.
MART PRODUCTION de Pexels

Los relatos reproducen la propia vida. Nunca sé bien si van por delante o por detrás, pero no están desconectados de lo que vivimos las personas, por tanto, las buenas historias deben de dejarnos un sedimento que inspire preguntas y nos anime a reflexionar. Las científicas de "El problema de los tres cuerpos" se debaten entre su deseo de saber, de dar respuesta a las preguntas que les han abocado a explorar el infinito, y el temor a descubrir la cara más oscura de lo hallado. 

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