Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

"Soy mujer, mayor y he creado una 'start up'"

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"Soy mujer, mayor y he creado una start up", Así se presentó Yolanda Ruiz cuando nos conocimos. Yo quería echar un vistazo a una aplicación que permitía grabar vídeos con rapidez al mostrar el texto sobre la pantalla del ordenador -como los 'teleprompter' de la televisión- y se ofreció a explicarme su funcionamiento, al fin y al cabo, ella misma había inventado Spiquer, que así se llama. La mujer, que habiendo rebasado los 50, estaba convencida de que esa década era tan buena para emprender como la de los 30, se ofrecía a servir de conejillo de indias mientras cambiaba fondos y grababa cada paso. Con esto, quise conocer su historia.

Me contó que siempre alimentó un espíritu de emprendedora, aunque su vida profesional había discurrido por lo convencional de la gestión industrial, tanto es así que diez años atrás quiso crear el Google del empleo, donde las personas compartiéramos nuestras experiencias profesionales en formato vídeo y no a través de una tediosa suma de folios. Aquello no funcionó, se excusó, porque se equivocó de acompañamiento, como algunas canciones que se dejarían oír si la orquestación no amenazara derrumbe.

El relato, siendo valiente porque hay que echarle arrojo para emprender a los 57 años, no lograba atraparme hasta que soltó un "me faltaba el aire" y otro "prefiero no pensar" para condensar sus años en las grandes compañías. ¿Para qué más? A partir de ahí, Yolanda se convirtió en el paradigma de esas mujeres que tratan de aportar humanidad en un mundo de acero y cristal, en quienes abren puertas y se encuentran laberintos detrás de ellas, en las que ven que los años pasan y los sueños siguen vírgenes, en la cara visible de las invisibles, porque estos días que rondan al 8 de marzo no aparecen en la prensa naranja, ni en la rosa, ni en la amarilla, no van a las manifestaciones, ni llenan los silencios de la radio, aunque tampoco te sirven un café ni planchan tu ropa de cama. Están en lugares privilegiados, lo han logrado, sí, tienen puestos de responsabilidad y dirigen equipos, pero el esfuerzo es tan grande que a veces les falta el aire, como le sucedió a Yolanda… hasta que decidió emprender su propio proyecto.

La emprendedora Yolanda Ruiz
La emprendedora Yolanda Ruiz
Cortesía

Mantener viva nuestra curiosidad nos ayuda a mirar hacia otros lugares a los que no suele mirar la gente y en esa mirada oblicua descubrimos cosas, como la valentía que otorga la libertad de elegir. Hace unos días realicé la clausura de una semana de emprendimiento que había organizado un municipio barcelonés, Sans Vicens del Horts; el objetivo no era otro que compartir herramientas con las personas desempleadas para que las tuvieran a mano de cara a nuevas opciones profesionales.

Cuando el empleo no llama a tu puerta, tienes que inventarlo y reinventarte. La mayoría de los participantes eran mujeres. Mujeres de todas las edades, poseedoras de recursos limitados y una formación que han ido reforzando mediante cursos y aprendizajes de lo más variados. Mujeres que emprenden a su manera, no una 'start up', pero sí un negocio o una actividad profesional por cuenta propia. Todas destilaban una actitud curiosa con la que diagnosticar sus particulares "mercados", dónde dirigir su atención, a quién ofrecer sus servicios y el modo más ventajoso de hacerlo. Para ellas la curiosidad era instintiva, no detecté un proceso intelectual detrás de su emprendimiento, pero sí la intuición de que era el camino adecuado.

Alguna había cumplido de largo los 50, igual que Yolanda, y se presentaba con esa ilusión adolescente de quien se ha enamorado de un proyecto, pero sin perder la cabeza porque las decepciones te la anclan entre los hombros, bien encajada. El Día de la Mujer lo es de todas, de las que reivindican desde la ideología y de las que callan, porque lo suyo es hacer mucho y gritar poco. Es el día de las que tienen techo de cristal o de hormigón, de las que pisan suelo de establo o taconean en moqueta. De las que dirigen y son dirigidas, de las que crean, inventan, investigan, curan y cuidan. Pero no sé por qué este año me quedo con las mujeres que, cuando otras van replegando las naves, van y se inventan una y se echan a navegar, contra viento y marea.

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