En 2022 hasta 2612 mujeres fallecieron por un infarto agudo de miocardio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta es una cifra elevada en la que influyen muchos factores: desde un retraso en el momento de buscar ayuda, hasta la no identificación temprana de la sintomatología. Y es que hay claras diferencias entre que el infarto lo sufra un hombre o una mujer.
Los factores de riesgo son totalmente distintos
La Dra. Antonia Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), nos explica que "los factores clásicos que son la hipertensión, la diabetes, el colesterol, son iguales en la mujer que en el hombre, aunque tienen un impacto diferente". Una mujer que fuma o que tiene diabetes, por ejemplo, corre un mayor riesgo de sufrir un infarto.
Pero, además hay factores de riesgo específicos para las mujeres. La doctora indica que "la preeclampsia o la hipertensión en el embarazo, la diabetes gestacional o el ovario poliquístico son factores que se asocian a un mayor riesgo cardiovascular". También menciona las enfermedades autoinmunes que, si bien no son únicas de las mujeres, sí son más frecuentes en ellas.
La menopausia también se tomaría como un factor de riesgo más. El motivo es que, como bien nos informa la doctora, "puede aumentar la tensión, aumenta los lípidos circulantes como el colesterol, también aumenta la obesidad central porque el metabolismo se enlentece y, por tanto, es una época en la que al bajar los estrógenos el riesgo cardiovascular aumenta".
¿Qué posibilidades tiene la mujer de sobrevivir a un infarto?
Las probabilidades de supervivencia no son las mismas si el infarto lo sufre una mujer o un hombre. La Dra. Antonia Sambola nos informa de que hace unos 3-4 años realizó un estudio en el que se descubrió que la mortalidad de las mujeres cuando sufrían un infarto era el doble que en el caso de los hombres.
En el estudio participaron más de 300.000 pacientes de todo el territorio español y tenía un periodo de unos 12 años. A pesar de que "el establecimiento de las redes de atención al infarto, que ya están prácticamente en toda España, esto ha mejorado, todavía hay diferencias en cuanto a la mortalidad que en el caso de las mujeres continúa siendo mayor", apunta la doctora.
Algunos de los factores que parecen influir en que esto sea así no tiene nada que ver con que la gravedad de un infarto sea superior en las mujeres, sino que, como bien nos explica la Dra. Antonia Sambola "las mujeres llegan más tarde y no reciben el tratamiento óptimo".
Los síntomas pueden pasar desapercibidos
Entre las razones que pueden justificar esa tardanza en la búsqueda de ayuda están los síntomas. Si bien, generalmente, son iguales a los que sufren los hombres, como el dolor en el pecho, hay algunos que pueden generar confusión. Como nos menciona la doctora "las mujeres tienen más mareo, más náuseas, más vómitos y eso puede hacer pensar en otras patologías diferentes del infarto".
Además, completa esta información afirmando que, debido a esto, "en muchas ocasiones, lo que hacen las mujeres es pensar que ya se les pasará, que pueden ser nervios". Esto provoca que el diagnóstico se haga tarde y que el infarto ya se encuentre en un momento en el que el tratamiento no sea tan efectivo.
Todas estas diferencias y características del infarto en mujeres provocan que sus probabilidades de supervivencia sean menores que en los hombres y es que hay que hacer especial hincapié en la sintomatología. El retraso en el diagnóstico de un infarto puede tener un resultado fatal y es que las primeras horas son cruciales.
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