Las cifras del cáncer en España continúan siendo preocupantes. Los tumores de mama siguen siendo de los más frecuentes, ocupando la primera posición, sin embargo, desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) exponen que el cáncer de pulmón ha aumentado la incidencia en mujeres un 12,3% más con respecto a 2023. Muchas de ellas necesitarán quimioterapia.
La quimioterapia es un tratamiento que permite destruir las células cancerosas, aunque tiene efectos secundarios importantes. Las náuseas, vómitos, pérdida del cabello o el cansancio son algunos de ellos, pero también la quimioterapia puede afectar a la piel. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) explica que el prurito, eritema, sequedad o descamación son frecuentes durante el tratamiento.
La limpieza e hidratación de la piel como claves fundamentales
Leonor Prieto, farmacéutica, comparte que se debe cuidar la piel "no solo durante los tratamientos y al finalizar los mismos, sino también antes de su comienzo, para preparar y fortalecer la piel, ejerciendo un efecto profiláctico demostrado por medio de estudios clínicos". Y es que, añade, que "los productos dermocosméticos (…) son capaces de reducir tanto el impacto físico en la piel (disminución de la xerosis, prurito, erupciones o hipersensibilidad) como el psicológico".
Por lo tanto, es fundamental empezar a hidratar la piel de forma abundante con cremas emolientes, tal y como recomiendan desde la AECC. Hacer esto antes de empezar el tratamiento con quimioterapia preparará a la piel para hacerle frente a esa descamación y sequedad que suele aparecer.
No obstante, la aplicación de estas cremas emolientes sobre la piel limpia es también importante. Según el Decálogo de cosmética para profesionales de oncología, dermatología y enfermería oncológica, se debe apostar por leches o cremas limpiadoras, dejando de lado los jabones o el agua micelar mientras dure el tratamiento oncológico.
Utilizar un protector solar
Según un artículo publicado en la Revista Científica de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la quimioterapia aumenta el "riesgo de desarrollar pigmentación cutánea de forma difusa o localizada secundaria a la exposición a la luz". Asimismo, añade que "los tratamientos contra el cáncer (quimioterapia, terapias dirigidas) pueden inducir el desarrollo de uno o varios tipos de cáncer de piel secundario".
Es por esto por lo que el Decálogo de cosmética para profesionales de oncología, dermatología y enfermería oncológica recomienda utilizar un factor de protector solar 50 + sobre toda la piel que se exponga al sol. Aunque, se añade el uso de gorros, gafas de sol y otras prendas que protejan la piel de los rayos ultravioleta.
El cuidado de la piel cuando las mujeres deben someterse a quimioterapia no solo les permite reducir los efectos secundarios que este tratamiento tiene en su piel, sino que, como explica Ángeles Peñuelas, presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), "los cuidados dermocosméticos son fundamentales para mejorar el bienestar, la autoimagen y la autoestima".
La quimioterapia es, muchas veces, el principal tratamiento para tratar un cáncer con éxito. Por eso, conocer cuál puede ser el impacto que tendrá en la piel y la mejor manera de reducirlo es crucial. Así, las mujeres que deban pasar por la quimioterapia podrán disminuir las molestias que aparezcan en su piel, para que esta continúe estando sana y bonita, mientras luchan contra esta enfermedad.
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