El 9% de los accidentes de tráfico están provocados por la nieve: las imprudencias están detrás de la mayoría

Cuando se conduce con nieve, más allá de cadenas o neumáticos de invierno, es imprescindible evitar frenadas y maniobras bruscas para evitar que el coche patine.
Cuando se conduce con nieve, más allá de cadenas o neumáticos de invierno, es imprescindible evitar frenadas y maniobras bruscas para evitar que el coche patine.
Pixabay/janeb13
Cuando se conduce con nieve, más allá de cadenas o neumáticos de invierno, es imprescindible evitar frenadas y maniobras bruscas para evitar que el coche patine.

La nieve es un fenómeno atmosférico que, aunque nos encanta mirar y disfrutar, dificulta la vida cotidiana en los pequeños gestos más habituales de la rutina de cualquier ciudadano. Entre ellos se encuentra la conducción, ya que el riesgo de sufrir un accidente de tráfico se multiplica cuando hay una nevada. 

Aunque la nieve está por detrás de la lluvia como causa de accidentes de tráfico, esto no le impide provocar el 9% de los siniestros que se producen cada año en nuestro país, un elevado porcentaje en comparación con la baja frecuencia en la que nieva en España. 

Con motivo del Día Mundial de la nieve, que se celebra este domingo 16 de enero y que da inicio a unas previsiones meteorológicas poco halagüeñas, desde el comparador de seguros de coche Acierto.com han querido analizar las razones por las que este fenómeno provoca una alta siniestralidad. 

Los accidentes más comunes cuando nieva con las colisiones en cadena por alcances traseros. La falta de adherencia sobre el terreno nevado es la razón de que se produzcan 9 de cada 10 choques, que tienen lugar en tramos rectos. Por otro lado, los coches oscuros son aquellos que registran una mayor tasa de accidentalidad, sobre todo por la noche, debido a la menor visibilidad. 

Conductores imprudentes

Además de estas dos causas, las imprudencias de los conductores son también partícipes en este tipo de accidentes de tráfico. La mayoría de los conductores no tiene en cuenta que hay que encender las luces de cruce en cuanto empieza a nevar, aunque circulemos a pleno día, y que hay que adaptar la velocidad de circulación ya que la distancia de frenado es mucho mayor. Por ejemplo, nunca hay que superar el 20% de la velocidad límite de agarre que indiquen nuestros neumáticos. 

De igual manera, el mantenimiento del vehículo es algo que se deja para el último momento o hasta que se presenta una avería, cuando es necesario revisar y adaptar nuestro coche a las condiciones climáticas. El 70% de los conductores circula con las escobillas en mal estado y el 60% no comprueba que el parabrisas permita una total visibilidad. 

De igual manera, al menos un 70% de los conductores no cambia los neumáticos a tiempo o circula con ellos en mal estado, cuando este elemento del coche es clave para mantener la adherencia incluso con nieve.

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