Calentadores de un motor diésel: qué son y sus averías

Aunque comparten muchos elementos mecánicos, los motores diésel y los de gasolina difieren en algunos aspectos de su funcionamiento. Por ejemplo, en los motores diésel la combustión no se produce gracias a una chispa que prende el combustible, sino que este se inyecta pulverizado y a una alta presión y temperatura para que se produzca el encendido. 

Una pieza fundamental en este proceso son los calentadores, unas resistencias metálicas que mediante corriente eléctrica consiguen generan el calor necesario para calentar los gases dentro de la cámara de combustión. Su protagonismo principal se encuentra en este proceso, ya que aumentan la temperatura de la cámara de combustión para que el aire y el gasóleo adquieran la temperatura necesaria para el arranque del motor. 

Seis trucos para bajar la temperatura del motor del coche si se calienta en exceso

Habitualmente, los calentadores van conectados al tablero de mandos del coche donde se ilumina un piloto durante el proceso de encendido. Cuando estas piezas alcanzan la temperatura necesaria, la luz se apaga. Una de las primeras recomendaciones que escuchan todos los conductores de un vehículo diésel es la de esperar a que el testigo se apague, para que así los calentadores alcancen la temperatura correcta, que suele ser de hasta 800 grados,  para que el motor pueda funcionar. 

Cómo detectar averías

Las principales averías que pueden sufrir los calentadores de un coche diésel, que dispone de una por cada cilindro del motor, son:

Cuando falla un solo calentador el coche puede seguir funcionando, pero en el momento en el que más piezas empiezan a estropearse pueden surgir problemas. Además, cuando el primer calentador sufre una avería, se recomienda sustituir el juego completo. 

Los principales síntomas a los que hay que prestar atención para detectar fallos en los calentadores son: