Smart es una marca muy conocida en España y Europa gracias a sus populares microcoches urbanos del segmento A. Hasta 2019 fue filial del Grupo Daimler, propietaria también de Mercedes-Benz, pero a principios de aquel año el grupo alemán se asoció con una gran corporación china, Geely, para hacer de Smart una marca independiente participada al 50% por ambos grupos.
Después de más de dos años, y tras crear filiales en Europa y sus principales mercados, como el español, la marca da a conocer a su primer representante de futuro, nada menos que un SUV compacto eléctrico, que quiere codearse en uno de los segmentos más competitivos con la flor y nata del mercado.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, durante la presentación del prototipo Concept #1 se dejaba traslucir que este será el primer modelo de muchos, ya que Smart tiene mucho recorrido por delante como marca y también segmentos para explorar.
Pero vamos con el primer capítulo de esta nueva etapa, un SUV del segmento B que promete mucho tanto por estética como por tecnología, siempre teniendo en cuenta que lo que vemos, y de lo que hablamos, es de un prototipo que sigue su curso de desarrollo, pero que no distará demasiado del modelo final, previsto para su lanzamiento a finales de 2022 (además a un precio asequible, anuncian).
Dentro de la nueva marca Smart se han repartido claramente los roles, dejando el diseño en manos de los expertos de Mercedes y la ingeniería en las de los técnicos del Grupo Geely.
En términos de imagen, el Concept #1 no puede ser más atractivo y sorprendente: formas suaves y redondeadas, techo panorámico, interior espacioso y minimalista… todo sobre un conjunto de 4,29 metros de longitud, 1,91 de anchura y 1,69 de altura.
Cara de “tiburón”
Del exterior destaca el diseño del frontal, que está basado en la cara de un tiburón, y el cobertor del techo, que se ha hecho llamar “Halo” y que da forma también al alerón trasero. La zaga da continuidad a las formas curvas de todo el conjunto, destacando en ella la fina banda de LED que da unidad a los grupos ópticos.
Para dar más espacio al interior, las ruedas se han llevado a los extremos del coche –la distancia entre ejes es de 2,75 metros–, y por lo que hemos podido comprobar durante la presentación estática a la prensa, el objetivo se ha conseguido.
El acceso al habitáculo es cómodo porque las puertas de cada lateral se abren de manera opuesta (automáticamente en este prototipo) y no hay pilar central. El salpicadero tiene formas sencillas, muy vanguardistas, que solo quedan interrumpidas por la gran pantalla del sistema multimedia (de 12,8 pulgadas) y los aireadores centrales. También hay una elegante consola central sobreelevada y cuatro asientos independientes. Las plazas traseras ofrecen tanto espacio para las piernas como un Mercedes Clase E, según aseguran los responsables de Smart.
De la mecánica apenas se han ofrecido datos todavía, pero sí sabemos que habrá más de una opción en cuanto a potencia y que en autonomía superará con creces los 400 kilómetros con una sola carga.
Otro aspecto que se ha trabajado mucho es el de la conectividad, lo que redundará tanto en el apartado de infoentretenimiento como en el de seguridad o movilidad. Para garantizar la máxima eficiencia en este sentido, este SUV se podrá mantener actualizado mediante cargas inalámbricas del software, lo que además de optimizar el funcionamiento del coche también permitirá ofrecer servicios personalizados para cada cliente.
Por último, cabe destacar que otro punto de desarrollo ha sido el de la aplicación Smart para dispositivos móviles, incluyendo en este caso la posibilidad de funcionar como llave digital para acceder y poner en marcha el vehículo.
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