Balance de la pandemia

La Covid 'barre' 330.000 empleos y deja en el paro a 700.000 personas en un año

Una persona espera en las inmediaciones de una Oficina de Empleo ubicada en Alcorcón, Madrid, (España), a 2 de marzo de 2021. La jornada de hoy destaca por los datos registrados por el Ministerio de Trabajo, que expone que el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo subió en 44.436 desempleados en febrero (+1,1%), su mayor alza en este mes desde el año 2013, cuando se incrementó en 59.444 personas. El repunte del desempleo ha sido atribuido al "fuerte impacto" de la tercera ola de la pandemia y a las "severas restricciones" que se han impuesto para frenarla. 02 MARZO 2021;EMPLEO;OFICINA DE EMPLEO;PARO;ECONOMÍA;TRABAJO;INGRESOS Eduardo Parra / Europa Press 2/3/2021
La Covid 'barre' 330.000 empleos y deja en el paro a 700.000 personas en un año
Europa Press
Una persona espera en las inmediaciones de una Oficina de Empleo ubicada en Alcorcón, Madrid, (España), a 2 de marzo de 2021. La jornada de hoy destaca por los datos registrados por el Ministerio de Trabajo, que expone que el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo subió en 44.436 desempleados en febrero (+1,1%), su mayor alza en este mes desde el año 2013, cuando se incrementó en 59.444 personas. El repunte del desempleo ha sido atribuido al "fuerte impacto" de la tercera ola de la pandemia y a las "severas restricciones" que se han impuesto para frenarla. 02 MARZO 2021;EMPLEO;OFICINA DE EMPLEO;PARO;ECONOMÍA;TRABAJO;INGRESOS Eduardo Parra / Europa Press 2/3/2021

La hecatombe que sufrió el mercado laboral patrio en marzo de 2020, cuando en apenas dos semanas se llegaron a perder 900.000 empleos y se registró un incremento histórico de más de 300.000 parados, contamina cualquier comparativa interanual de los datos ofrecidos este martes por Trabajo y Seguridad Social. Por ello, procede contrastar las cifras con la situación previa al estallido de la pandemia, esto es, con el estado que presentaba el mercado de trabajo en febrero de 2020. Esta aproximación a las estadísticas deja un balance desolador: la pandemia ha borrado cerca de 330.000 empleos y ha dejado en el paro a más de 700.000 personas. 

En febrero de 2020, cuando España todavía miraba de reojo al coronavirus, la Seguridad Social contaba con 19.250.229 afiliados medios. Ese indicador cerraba el pasado mes de marzo en 18.920.902 cotizantes, lo que implica que en el año de la pandemia se han perdido 329.327 empleos. De este modo, si bien es cierto que desde mayo de 2020, el punto más bajo de la afiliación tras el impacto de la Covid, se han recuperado 668.023 afiliados, la cruda realidad es que al mercado laboral todavía le queda un largo camino por recorrer en términos de afiliación a la Seguridad Social.

Peor balance reflejan los datos de paro. Las oficinas del servicio público de empleo estatal (SEPE) registraban a cierre del pasado mes de marzo 3.949.640 desempleados. Aunque la cifra volvía así a bajar de la cota psicológica de los 4 millones que se había superado el mes anterior, la comparativa respecto a febrero de 2020 arroja un incremento de 703.593 parados. Así, si se tiene en cuenta lo sucedido en marzo de 2020, cuando la Covid ya había golpeado el mercado laboral con gran virulencia, el incremento del desempleo se sitúa en unas 400.000 personas, pero si se retrocede al mes previo al inicio de la crisis, para contabilizar todos sus efectos, la cifra rebasa los 700.000 parados.

Un análisis más reposado de los datos mensuales que publican los ministerios de Trabajo y Seguridad Social revela que a lo largo del primer trimestre del año, teniendo en cuenta la evolución conjunta del mercado laboral en enero, febrero y marzo, el paro se ha incrementado en 61.503 personas y la afiliación se ha reducido en 127.531 cotizantes. Hay, además,  743.628 trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que no se contabilizan como parados. Es la foto que deja la tercera ola de la pandemia y que en parte está mejorada por la buena evolución de los datos durante la segunda quincena de marzo.

Este lunes, la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, hacía referencia a esa mejoría del mercado laboral en la segunda mitad del mes, en relación al ritmo de incremento de la afiliación y salida de los ERTE, pero adelantaba que marzo no había sido "un mes positivo desde el punto de vista del empleo". Aunque el Ministerio de Trabajo sorprendía este martes con una reducción del paro de más de 59.000 personas y la Seguridad Social hacía lo propio con un alza de casi 71.000 cotizantes en marzo, lo que parece claro es que la lectura que se saca de los datos del primer trimestre, en cualquier caso, no es halagüeña.

Preguntados al respecto de las declaraciones de Calviño, durante la rueda de prensa de presentación de los datos de paro y afiliación, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, se limitaba a afirmar lo siguiente: "Desconozco en qué se basaban los análisis de la vicepresidencia segunda". Acto seguido, su homólogo de Seguridad Social, Israel Arroyo, echaba un capote a la responsable de Asuntos Económicos y explicaba que mientras el registro del paro se presenta con un 'stock', los datos de afiliación se reproducen con una media, de modo que es posible que el desempleo refleje un buen comportamiento a cierre de mes, mientras la media de afiliación sale perjudicada por una primera quincena menos favorable.

Ambos coincidían, eso sí, en llamar a la "prudencia" con los datos, en una etapa de "gran volatilidad", en mitad de una pandemia con "muchas dosis de incertidumbre". En cualquier caso, y a pesar de que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmaba en su cuenta de Twitter que "aunque nuestro país atraviesa aún un momento muy duro", la reducción del desempleo en marzo es "una señal positiva", en el Ministerio de Asuntos Económicos están mirando los indicadores del conjunto del primer trimestre y las señales adelantadas hasta la fecha son, en suma, más negativas de lo inicialmente esperado. 

La realidad es que había grandes expectativas puestas en el primer tramo de 2021, tras un desplome histórico del Producto Interior Bruto (PIB) del 10,8% en 2020 y un cierre de año plano, con crecimiento nulo en el cuarto trimestre. Pero lo cierto es que los analistas llevan ya semanas rebajando las previsiones. Sin ir más lejos, el Modelo MIPred de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que se va modificando de acuerdo con los indicadores disponibles más recientes, dibuja una caída del PIB del 1,4% entre enero y marzo. 

Ante este escenario, Calviño, que maneja bien los indicadores adelantados, abría la puerta este lunes a rebajar sus previsiones de crecimiento en el próximo cuadro macroeconómico que debe enviarse a la Comisión Europea antes de que finalice este mes. La vicepresidenta admitía que la existencia de factores que propiciarían "más bien" una revisión a la baja, un movimiento que no sería de extrañar, toda vez que el Gobierno todavía mantiene una proyección de incremento del PIB de casi el 10% para este año, mientras organismos como el Banco de España calculan un crecimiento del 6% tras haber empeorado su pronóstico en los primeros compases del ejercicio.

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