Una recién estrenada vitrocerámica, o bien unas ollas y cazuelas quemadas con una ingente cantidad de grasa pegada, o lo que es lo mismo, una mugrienta capa de suciedad, bien merece comprar una nueva batería de cocina. Sin embargo, a la hora de adquirir estos utensilios básicos a la hora de cocinar y, claro está, preparar suculentas recetas, es de vital importancia saber cuál es el mejor material para la salud.
Es en este punto cuando conviene recordar que se aconseja comprar aquellas ollas, sartenes y cazuelas que estén libres de PFOA y BPA, puesto que en otro caso las sustancias tóxicas que contienen se podrían impregnar los alimentos dispuestos a ser cocinados, lo que podría dar como consecuencia una intoxicación alimentaria. Si bien es cierto que en la actualidad ya no se fabrican con estos compuestos, habrá que revisar las que ya tenemos en casa o tenerlo en cuenta a la hora de decantarnos por unas nuevas ollas o sartenes.
El Politetrafluoroetileno (PTFE), popularmente conocido como teflón, es uno de los recubrimientos que puede llevar una sartén. En concreto, se trata de un polímero antiadherente. Por su parte, el PFOA es una de las sustancias que puede contener el PTFE. La creencia generalizada es que el PTFE es tóxico porque contiene esta otra sustancia cancerígena. Por ello, ningún antiadherente PTFE tiene ya PFOA. Sin embargo, algunas sartenes antiguas, todavía pueden contenerlo.
¿Cuáles son las ollas más saludables para cocinar?
A la hora de elegir la mejor batería de cocina, es importante conocer cuáles son las necesidades en cuanto a tamaño, puesto que no es lo mismo querer una receta para uno que para toda la familia. A pesar de lo que se suela creer, no tiene que ver con el diámetro de los utensilios, sino también al número que incluye el juego. Tampoco conviene desatender otros aspectos, como que incluyan tapas de cristal, puesto que son las más higiénicas, asas y mangos aislantes o que sean compatibles con todo tipo de fuegos, desde los clásicos de gas hasta los más modernos de inducción.
¿Cuál es el mejor material para una sartén?
Las sartenes de acero inoxidable, que cuentan con un recubrimiento de teflón antiadherente, no deben someterse a más de 250 grados para evitar que se desprendan partículas. También se fabrican con cerámica, que nunca se desprende y que evita que los alimentos se queden pegados; o con titanio, que distribuye el calor por toda la base de la sartén y tienen alta durabilidad. Por último, también se recomiendan con hierro fundido, que no requiere de mucho aceite para cocinar, aunque se deben secar a mano para evitar que se oxiden.
Consejos para comprar una batería de cocina según la OCU
La OCU hace una serie de recomendaciones a la hora de comprar una olla, sartén y cazuela:
- En cuanto al mango, la opción más cómoda es un diseño ergonómico, con algún material resistente al calor. Es importante comprobar que está fijado a la sartén mediante un tornillo, bien unido.
- Debe tener hueco suficiente para nuestros dedos en el mango, ya que puede calentarse en exceso durante su uso y debemos evitar que tenga un mango muy corto.
- La base tiene que ser resistente, ya que si es demasiado fina, la sartén se deformará con el uso.
- Se recomienda, además, lavar en profundidad cada pieza de la batería de cocina antes de estrenarla, aclararla con agua caliente y, antes de cocinar, untarla con aceite o mantequilla.
- Después de cada uso, conviene repetir el mismo procedimiento de lavado.
- Hay que evitar usar utensilios de cocina que puedan dañar la superficie.
- Además, es aconsejable tener sartenes y ollas de diferentes tamaños para que se adapten a la cantidad de alimento que vayamos a cocinar.
Cómo limpiar una olla quemada y eliminar la grasa a fondo
El primer paso es dejar que la olla se enfríe antes de limpiarla. Puesto que las rasquetas y las nanas metálicos son abrasivos para el esmalte, hay que usar estropajos o cepillos de nylon. Para proceder a la limpieza a fondo de la olla, hay que llenarla con agua tibia y un chorrito de jabón: la mezcla se deja en el interior durante toda la noche para que actúe y los restos de comida se desprendan con facilidad.
Si la olla está muy quemada, la mejor opción es llenarla hasta la mitad de agua caliente, y añadir dos o tres cucharadas de bicarbonato de sodio y otra de detergente líquido. A continuación, se pone a cocer durante diez minutos a fuego lento, y se va desprendiendo el fondo con suavidad con una lengua de plástico. Después, se retira del fuego y se deja enfriar. Hay que volcar el agua, dejando solo dos dedos, y con un estropajo se retiran los restos que hayan quedado adheridos. Este proceso se puede repetir un par de veces, hasta que se quede impoluta.
Con qué productos se puede quitar la grasa quemada
Si ninguno de los métodos anteriores no funcionan para quitar la capa de grasa quemada, se pueden utilizar otros productos naturales, que se encuentran con facilidad en el supermercado:
- Bicarbonato: Se vierte una cucharada sopera por cada litro y medio de agua. Lo primero que hay que hacer es poner a hervir el agua en la olla y, cuando esté lista, se añade el bicarbonato y se remueve bien. Pasados unos minutos, se rasca con una espátula de madera y, finalmente, se limpia.
- Bebida de cola: Por muy extraño que resulte, si este líquido se vierte en la olla y se lleva a hervir, se podrá despegar la capa quemada al frotar.
- Vinagre: Consiste en preparar agua y vinagre en proporciones iguales y llevarlo a hervir.
- Limón: Otra alternativa es pasar medio limón por la superficie quemada y frotar hasta que quede brillante.
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