Es ya casi cultura popular, y por qué no decirlo, también gastronómica en España. A quién no le suena eso de terminar de cocinar y preparar alimentos con el mero objetivo de que se conserven en perfecto estado para poder comerlos de cara a los siguientes días. Para ello se pasan directamente al táper, muchas veces ardiendo, que, a continuación, se coloca en el frigorífico o, en otro caso, del congelador.
Sin embargo, esta práctica culinaria todavía va a más, porque en algunas ocasiones se mete directamente la olla o la cazuela de la nevera, con los problemas de salud que ello puede acarrear. En cualquier caso, lo que hay que tener siempre en cuenta es que deben ir siempre dentro de una bolsa isotérmica para evitar la proliferación de bacterias, apunta la nutricionista Alejandra Bastarós, quien si ha de apostar por un táper en concreto, se inclina por el de cristal. "Los de plástico son porosos y absorben los olores de los alimentos".
¿Es bueno meter los tápers calientes en la nevera?
El problema radica, más allá de la conservación de las propiedades de los alimentos, en las infecciones e intoxicaciones alimentarias, puesto que de su conservación va a depender que después se puedan consumir en buenas condiciones y no perjudiquen a la salud. Así lo confirma la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) en su página web. El ambiente frío y húmedo de la nevera, en el caso de los táper de plástico o cristal, cabe tener en cuenta varios puntos. La razón es que puede provocar condensación, esto es, se produce humedad.
Esto se traduce en que los ingredientes se podrían ver afectados, así como el resto de comidas colocados en las baldosas, ya que los gases o vapores generados a causa de este cambio brusco de temperatura, hace que se propaguen por todo el interior del electrodoméstico. Por ello, lo aconsejable en estos casos es meter la comida después de dejarla reposar con un límite de dos horas tras la cocción. Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los alimentos son aptos para cualquier tipo de recipiente y, es que, guardarlos en los clásicos envases pueden, en ocasiones, favorecer que se descompongan con mayor rapidez o, lo que es lo peor, que se contaminen por algún tipo de bacteria.
¿Dónde se deben guardar los recipientes en el frigorífico?
En cuanto a la distribución, es importante saber que la puerta es la zona menos fría de la nevera, y, por tanto, en ella no se deben almacenar los alimentos perecederos. También las bebidas o las salsas industriales. Los estantes superiores y centrales son una zona fría, por lo que debemos guardar los lácteos, los embutidos y los platos ya cocinados. Es decir, es el lugar idóneo para dejar los productos que ya hemos abierto y que debemos congelar en frío.
Por lo tanto, lo aconsejable es guardar los tápers en la baldosa de arriba, esto es, la zona más fría. En el estante más bajo, encima del cajón de la fruta y verdura, debemos dejar los alimentos más perecederos, ya que es la zona más fría. Es un estante perfecto para carne y pescado crudos o para los alimentos que estamos descongelando.
En cuanto al cajón inferior, no es una zona demasiado fría, por lo que es el lugar perfecto para las frutas y verduras, ya que un frío extremo podría deteriorarlas. Las temperaturas idóneas para conservar los alimentos en frío son las siguientes, según explican desde la página web de la Comunidad de Madrid:
- En el congelador, por debajo de -18 ºC.
- En la nevera, las carnes y pescados deben mantenerse entre 1 y 4 ºC y el resto, entre 5 y 8 ºC.
¿Cómo conservar los restos de comida?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) da una serie de consejos a la hora de guardar y conservar los alimentos ya cocinados:
- Hay que meterla en la nevera aunque todavía esté caliente, en cuanto deje de quemar.
- Hay que envolver todo correctamente, con plásticos o con pinzas para cerrar las bolsas.
- No hay que manipular los alimentos que se guardan durante más tiempo con las manos sucias, ya que se pueden contaminar.
- Si los alimentos no se van a consumir durante mucho tiempo, es mejor congelarlos.
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