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Orlando Magic: 'Superman' tiene un sueño

Dwight Howard, en las finales frente a los lakers en 2009.
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En 1995, unos jovencísimos Orlando Magic (liderados por Shaquille O'Neal y 'Penny' Hardaway) causaban furor en la NBA. Amargaron el retorno de Michael Jordan a la liga convirtiéndose en el único equipo capaz de eliminar en Playoff a los Bulls de Jordan desde que los de Chicago ganasen su primer anillo. Provocaron que 'Air' cambiase su número de retorno (el 45) por el de simpre (el 23), con aquella frase mítica de Nick Anderson ("El 45 no es como el 23, este Jordan no se parece al de los viejos tiempos"). Y se plantaron en la final... allí se toparon con los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon, que les eliminaron con un rotundo 4-0. Hakeem, apodado 'el sueño', destrozó a los Magic y humilló a Shaq en el gran duelo de pívots.

En 2010, los Magic cuentan con el que muchos ven como sucesor de Shaquille O'Neal: Dwight Howard. Hasta coinciden en el mote de 'Superman', el primero porque se tatuó el símbolo y el segundo por aquel mate con capa que hizo en el concurso de mates. O'Neal, en el ocaso de carrera, no tiene nada que demostrar ya en los Celtics (su actual equipo), pero a Howard las alabanzas de sus primeros años como profesional empiezan a convertirse en duras críticas a las facetas de juego que no domina: tiros libres, faltas personales, juego de pies, lanzamientos de media distancia...

Hace dos años, Howard fue anulado en la final de la NBA por Pau Gasol, cuando los Lakers barrieron a los Magic (4-1) para hacerse con el anillo. El año pasado, Orlando, pese a tener ventaja de campo, cayó ante los Celtics en la final del Este. ¿Qué le falta a los Magic para llegar al anillo?

  • Juego interior: empieza y acaba en Howard, que debe evitar cargarse de faltas tan rápido. Ha de aprender a dominar ante los grandes. Sin ir más lejos, el año pasado incluso el 'viejo' Shaq le dominó en algún partido ante los Cavs. Gortat y Bass serán su apoyo, pero son dos jugadores que no ofrecen garantías como lo hacía (en aquel año 95) un ala-pívot de lujo como fue Horace Grant. Este es el año en que 'Superman' debe subir un escalón. Con que haga la tercera parte de lo aprendido de Olajuwon podría bastar. Los Rockets de Olajuwon que ganaron los dos títulos a mediados de los 90 se parecían bastante a estos Magic, es decir, un gran pívot y una corte de jugadores (Kenny Smith, Vernon Maxwell, Otis Thorpe...) que, sin ser grandes estrellas, aportaban lo necesario para ganar. Quizá, el Clide Drexler de aquellos Rockets podría ser el Vince Carter de estos Magic.
  • Juego en equipo: los Magic poseen uno de los perímetros más temibles de la liga. Carter volverá a ser el referente ofensivo fuera de la pintura, pero si los Magic quieren aspirar al título tendrán que aprender a jugar en equipo con Carter y Howard (o viceversa). Muchas veces, durante la temporada pasada, si la cosa se ponía fea en un partido, los Magic se volvían muy previsibles: balones para que Carter tirase de fuera (ya no está para 'romper' y 'volar' como en Toronto) y balones para que Howard hiciese una demostración de las limitaciones de juego en estático.

Un gran bloque, muy irregular

La NBA cuenta con tanto atractivo este año en su conferencia Este (Miami Heat y Boston Celtics), que muchos están olvidando a una de las plantillas más potentes de la liga: Orlando Magic.

La franquicia de Florida cuenta con el mismo bloque, si nos referimos a los jugadores que se van a echar a la espalda al equipo. Están los que acaparan el protagonismo por fuera (Vince Carter, Jameer Nelson y Rashard Lewis) y el que lo hace en la zona (Dwight Howard). De ellos se espera que se repartan el protagonismo ofensivo y defensivo (especialmente Howard, mejor defensor de la NBA en las últimas dos temporadas). Por detrás aparece un bloque interesante, que si gana en regularidad en su aportación, hará de los Magic un bloque temible: los rocosos Brandon Bass y Marcin Gortat, el atlético Mickael Pietrus, tiradores como Quentin Richardson y J.J. Redick y  'jugones' de lujo ( Chris Duhon y Jason Williams) que sirvan de recambio o complemento a Nelson. Una plantilla que si funciona 82 partidos (y no la mitad, como hasta ahora) puede ser la sorpresa del Este.

Entrenamiento de Howard con Olajuwon