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El grito que terminó de motivar al medallista David Valero: "David, ¡Acuérdate de tu hijo!

La mañana del 26 de julio quedará para siempre grabada en la vida del ciclista granadino David Valero. A sus 32 años, el de Baza afrontaba la prueba olímpica a lomos de su bicicleta de montaña.

Y no comenzó bien. La primera caída del día, que dio con los huesos del gran favorito, Van der Poel, en el suelo, provocó una montonera que David pudo evitar, pero a costa de perder varias posiciones en el pelotón. Llegó a estar en la vigésimosegunda posición.

Y entonces, comenzó la remontada. Poco a poco, Valero comenzó a recuperar posiciones, acercándose a los puestos de honor y rozando una medalla cada vuelta más factible. Y por si la motivación por el logro no fuera ya motivo suficiente, allí estaba el equipo español para darle el último apoyo en forma de arenga: "“David, me cago en Dios. ¡Acuérdate de tu hijo! Vas a hacer historia, ¡vamos!”, le gritó en una de sus vueltas el auxiliar del equipo español.

El grito pareció dar resultado, porque David logró llegar a la tercera plaza que le dio un bronce histórico tras Thomas Pidcock y Mathias Flueckiger. Y no hay duda de la primera persona que pasó por la cabeza de Valero nada más cruzar la meta: su hijo pequeño.