'Ojo de Halcón' 1x01: La niña que quiso ser heroína

La nueva serie de Marvel Studios es un disfrute navideño en el que Hailee Steinfeld acapara focos. 
Hailee Steinfeld como Kate Bishop
Hailee Steinfeld como Kate Bishop
Cinemanía
Hailee Steinfeld como Kate Bishop

Jamás conozcas a tus héroes. El título del primer episodio de Ojo de Halcón es toda una declaración de intenciones: seguimos en el universo de los vengadores, pero sin tanto dios, sin tanto supersoldado y tanta parafernalia. En la apuesta más pegada a la realidad entre las series del MCU priman la comedia, la ternura y la sencillez (en el mejoro sentido de la palabra). 

La serie arranca con la gran protagonista de esta historia: Kate Bishop (Hailee Steinfeld). Nos trasladamos a la Nueva York de 2012, donde una pequeña Kate escucha una discusión entre sus padres justo antes de que la ciudad sea atacada por Loki y el ejército de los Chitauri. En pleno ataque, Ojo de Halcón evita con un flechazo que uno de los monstruos agreda a la niña y después se lanza azotea abajo. La siguiente escena nos traslada al funeral del padre de Kate, quien afirma convencida que, para protegerse, necesita un arco y una flecha. 

Pasamos a los créditos iniciales sacados de los cómics ilustrados por David Aja en los que se basa la serie. Estas imágenes nos muestran a Kate, fan número uno de Ojo de Halcón, crecer y perfeccionar su tiro, así como otras habilidades de lucha o esgrima. Ya en la actualidad, la joven da muestras de su buena puntería al lanzar una flecha directa a una torre con un reloj, consiguiendo que la campana suene. Eso sí, la torre no dura mucho en pie tras la hazaña. 

It’s the Most Wonderful Time of the Year

Regresamos a Nueva York. Es Navidad, las luces lo cubren todo, suenan villancicos y la gente patina sobre hielo. Clint Barton (Jeremy Renner), junto a sus hijos, presencia espantados Roger-el musical, la obra que recoge al son de Podría pasarme el día así lo que ocurrió en la ciudad en 2012. Esta cómica secuencia se transforma con maestría en una dramática cuando Clint repara en Viuda Negra y saluda a una niña con el disfraz de su mejor amiga. 

'Roger-el musical'
'Roger-el musical'
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En pocos minutos, vemos la realidad de Clint: vive en un mundo en el que algunos pintan en los baños que "Thanos tenía razón", otros le piden selfies en los lugares más insospechados y él trata de recuperar el tiempo perdido con su familia (planea unas Navidades juntos) mientras aún llora la muerte de Natasha y lidia con los fantasmas del pasado. 

Kate, por su parte, también se encuentra en la ciudad, donde descubre que su madre Eleanor (Vera Farmiga), se ha prometido con Jack Duquesne (Tony Dalton), quien sonará a los fans de los cómics como Espadachín. La joven acude a una subasta benéfica en la que pronto da con otra subasta clandestina para vender objetos del mercado negro. Allí se encuentran Jack y Armand Duquesne.

Fantasmas del pasado

Entre los objetos subastados, están la espada retráctil y el traje de Ronin, el álter ego de Clint que aterrorizó al hampa en Nueva York durante el Lapso, pero en plena puja una banda de maleantes se cuela en el lugar para llevárselo todo. Jack consigue hacerse con la espada y Kate se apropia del traje para así medirse a los atacantes. 

Kate Bishop con el traje de Ronin en las noticias
Kate Bishop con el traje de Ronin en las noticias
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Se trata de una escena de acción cuerpo a cuerpo en la que comprobamos que la aquera también es una experta esquivando disparos, dando botellazos y salvando a perros tuertos (¡Lucky the Pizza Dog!) de ser atropellados. También es especialmente hábil metiéndose en problemas: primero descubre el cadáver de Armand Duquesne, a quien iba a buscar a su casa tras verlo protagonizar una discusión con su madre, y después la banda que se ha colado en la subasta no tarda en dar con ella. Suerte que Clint, tras ver lo ocurrido en la televisión, va a buscar a ese misterioso ninja con el traje de Ronin.

El primer episodio de Ojo de Halcón es, ante todo, un disfrute navideño sin mayor pretensión que la de entretener, que equilibra a la perfección la parodia loca (se nota que el director Rhys Thomas viene de SNL) y el drama más íntimo. Es callejera, casi tanto como las series marvelitas de Netflix, per a la vez esperanzadora. Así, musicales, familias, traumas y nuevas ilusiones se dan de la mano en esta introducción en la que Kate Bishop demuestra ser merecedora de haber dado el salto al MCU. 

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