Final explicado de '1899' en Netflix: esto es mucho más grande de lo que crees

Un final absolutamente convulso que abre numerosos interrogantes para una segunda temporada llena de respuestas
Serie '1899'
Serie '1899'
Cinemanía
Serie '1899'

[Este artículo contiene SPOILERS de '1899']

1899, la nueva serie de los creadores de Dark, ya ha generado muchas comparativas con su predecesora, especialmente por la complejidad de su argumento y un final que deja muchas más preguntas que respuestas.

Baran bo Odar y Jantje Friese han vuelto con una historia repleta de giros que, si bien recuerda a otras producciones, especialmente al El show de Truman, Perdidos e incluso Matrix, contiene unos ingredientes propios muy especiales que la están convirtiendo en un éxito inmediato. Pero, sin duda, si algo está dando que hablar es el final de esta primera temporada y las grandes expectativas que se han generado para una continuación que deberá estar a la altura.

La simulación y la caverna de Platón

A medida que se suceden acontecimientos extraños dentro del Kerberos, los pasajeros, y en concreto los dos personajes centrales, Maura (Emily Beecham) y Eyk (Andreas Pietschmann), comienzan a cuestionarse si lo que esté pasando es real. Los túneles de las habitaciones desafían todas las leyes de la física. 

Los protagonistas de '1899'
Los protagonistas de '1899'
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¿Cómo puede un barco contener varios paisajes completos de diferentes lugares del mundo? El asunto se complica más aún cuando descubren que efectivamente, esos escenarios de sus recuerdos tienen un límite y que, tras este, hay un sistema de cableado y pasadizos que conectan los recuerdos de unos pasajeros con los de otros.

Cuando Maura accede al recuerdo de Daniel (Aneurin Barnard), quien dice ser su marido, se reencuentra con la verdad de su pasado, pero además este le explica que está inmersa en una simulación. Una de las razones por las que la idea se hace tangible es que ninguno de los pasajeros recuerda cómo subió al barco.

Asimismo, le implora que despierte y reconoce que él y su hijo Elliot (Fflyn Edwards) han intentado en múltiples ocasiones liberarla para que la simulación no vuelva a repetirse en bucle pasados ocho días. Gracias a que Daniel realiza varios cambios en la simulación esta empieza a hacerse demasiado obvia, de modo que pueden convencer a Maura de que todo lo que ve no es real, aludiendo al Mito de la caverna de Platón, según el cual vivimos en un mundo en el que todo lo que vemos son solo proyecciones de la realidad.

Una vez ella entiende esto, pueden ayudarla a salir de la misma a través de un objeto: la pirámide negra que Elliot llevaba todo el tiempo consigo. Daniel le explica a Maura que cada vez que la simulación termina, se archiva y comienza una nueva. Al cambiar el código gracias al misterioso dispositivo que posee, consigue que una vez se termine la simulación no vuelvan al punto de partida y no se borren sus recuerdos, lo que le permitirá despertar.

Daniel corrompe el código de manera que el bucle de simulaciones deja de ocurrir y los pasajeros terminan en el archivo, junto a otros varios proyectos de simulaciones ya archivadas.

El creador y la misión de salvación en 2099

El colgante que Maura lleva al cuello todo el tiempo durante su viaje -y que le había enviado su hermano- resulta contener la llave que le permitirá volver a la realidad, sin embargo, su padre (Anton Lesser) se la reclama para poder escapar él mismo del bucle. 

Este último se hace con la pirámide negra y atrapa a Elliot, a quien además le muestra un recuerdo en el que su madre, le inyecta un suero para borrar su memoria. Es en este momento cuando le confiesa que, en realidad, él estaba muy enfermo y sus padres, Maura y Daniel, crearon la simulación para no tener que separarse de él.

1899
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Henry aprovecha para hacer una declaración de intenciones: los pasajeros mueren una y otra vez porque sobreponen sus sentimientos y emociones a su raciocinio. “Es el fallo de la naturaleza humana: basar tus elecciones en el amor, la ira o el odio”. Esto podría indicar que de alguna manera monitoriza las vivencias de los pasajeros tratando de desenmarañar la mente humana y la forma en la que tomamos decisiones en situaciones extremas (o algo parecido).

Mientras, Maura y Eyk descubren que efectivamente los recuerdos están conectados unos con otros, de manera que la simulación está diseñada como un cerebro humano. Por otro lado, el archivo de la simulación, ya corrupto, comienza a autodestruirse provocando que proliferen los cristales negros en el interior y que los enlaces entre recuerdos comiencen a mezclarse, convirtiéndose el Kerberos en un laberinto sin salida para el resto de pasajeros, que tratan de huir desesperadamente.

Cuando se produce el encuentro final entre Henry y Maura, este le descubre que en realidad él está también preso en la simulación y que ella es la creadora que ha atrapado a todos los demás. Henry trata de utilizar la llave y la pirámide para escapar, pero debido a que Daniel ha modificado el código de la simulación, estos objetos ya no son la puerta de salida. Maura despierta en la primera versión de la simulación que creó junto a su marido manteniendo su memoria intacta. 

Este ha intercambiado los valores de la pirámide negra y la llave a la pirámide de Rubik que se encuentra en el escondite de Elliot y la alianza de Maura, convirtiéndolas en una nueva vía de escape. Daniel le explica que su hermano, quien supuestamente le había mandado la carta para que investigara la desaparición del Prometheus dándole a entender que él viajaba en este barco, ha tomado el control de la simulación y que debe despertar para detenerle a toda costa.

1899
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Por fin, Maura consigue despertar y, en la última secuencia, vemos cómo se encontraba conectada a un gran sistema de inmersión junto al resto de los personajes principales. Todos ellos viajan a bordo de una nave espacial llamada Prometheus que se dirige a unas coordenadas desconocidas en una misión de supervivencia que tiene lugar en el año 2099.

¿Qué nos depara una posible temporada 2?

En los últimos segundos del capítulo final, Cirian, el hermano de Maura, se pone en contacto con ella a través del ordenador con un “Bienvenida a la realidad”. Ahora que creemos saber que el padre no es el villano de la historia, queda por ver que nos deparará este nuevo personaje y entender por qué ha tomado el control de la simulación. 

Mientras se despiden, Daniel le dice a Maura: “Esto es mucho más grande de lo que crees” y “hay que detenerle o todo estará perdido”, dando a entender que Cirian está llevando a cabo un plan maquiavélico de grandes dimensiones. Pero ¿y si en un nuevo giro es Maura la villana de esta historia?

Emily Beecham como Maura Franklin en '1899'
Emily Beecham como Maura Franklin en '1899'
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En la nave hay un total de 1423 pasajeros y 550 tripulantes. Cabe pensar que la gran mayoría de ellos estarán también inmersos en una simulación, y esto podría dar lugar a historias paralelas y también a la aparición de nuevos personajes.

Por otro lado, los recuerdos de los pasajeros tienen lugar en el pasado, algo que descuadra totalmente cuando se revela la verdad de la simulación. En este momento cabe pensar que son constructos cuya finalidad es que los olviden su auténtica identidad. ¿Por qué? Además, Maura lleva tatuado en el cuello el símbolo que hemos visto recurrentemente durante toda la serie, lo que da pie a nuevas teorías sobre lo que este puede significar.

El símbolo de '1899'
El símbolo de '1899'
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¿Cómo conseguirá despertar al resto de los pasajeros? ¿Podrá encontrar a Daniel y salvar a Elliot? ¿Será el nuevo escenario otra simulación a lo matrioska? ¿Estará todo contenido en la mente de Maura? Sin duda alguna 1899 ha concluido con un cierre épico y abierto la puerta a una temporada 2 de la que esperamos muchas, muchas respuestas.

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