Ahora sí, ha llegado la traca final, 52 minutos (curiosamente, uno de los episodios más cortos) en los que Falcon y el Soldado de Invierno ha levantado el vuelo. En la primera mitad, contada casi a tiempo real, asistimos a una trepidante carrera por Manhattan. Arrancamos como si de un thriller policíaco se tratase, con los Sin Banderas asaltando la reunión del CRG para impedir el voto sobre el reasentamiento global. En las afueras, se agolpan agentes, medios y curiosos.
A las puertas del edificio, Bucky (Sebastian Stan) se topa con la prófuga Sharon Carter (Emily VanCamp) arrancándose la careta hiperrealista a lo Tom Cruise en Misión imposible 2. Dentro de las instalaciones, los Sin Banderas lanzan varias esferas con gas para forzar la evacuación de los senadores reunidos. Suerte que en ese instante llega Sam (Anthony Mackie), destrozando cristaleras a su paso, con su nuevo traje wakandiano de Capitán América. Cuando uno de los guardias le pregunta quién es, no duda en responder: "Soy Capitán América".
Karli Morgenthau (Erin Kellyman), líder de los rebeldes, organiza desde fuera la evacuación de los senadores y distrae a Bucky con una llamada de teléfono mientras sus hombres, infiltrados en la policía, trasladan a los miembros del CGR a unas furgonetas. ¿Y Sam? Bastante tiene con su pelea escudo a supercuerpo contra Georges Batroc (Georges St-Pierre), el mercenario al que venció en el primero episodio.
Sharon, por su parte, consigue acabar con uno de los Sin Banderas con vapor de mercurio (sí, tiene muchos menos escrúpulos de lo que recordábamos) mientras Bucky roba una moto para perseguir a las furgonetas. Sam consigue librarse de su contrincante y se lanza por la ventana, sobrevolando lo que parece ser el East River neoyorquino mientras trata de alcanzar junto a Ala Roja un helicóptero de los Sin Banderas.
Manhattan, campo de batalla
Karli, cada vez más suicida, se está planeando matar a los rehenes, para consternación de sus aliados, que cada vez dudan más sobre la forma de luchar por su causa. Sin embargo, toman el control de las furgonetas policiales justo cuando Bucky los alcanza. ¿Y cómo se frena a un Soldado de Invierno rehabilitado? Distrayéndolo prendiendo fuego a uno de los vehículos con los senadores, para que a este no le quede otra que rescatarlos.
Sin embargo, a la líder de los Sin Banderas le sobran los contrincantes y en ese momento llega John Walker (Wyatt Russell), con su nuevo escudo, para acabar con ella. Bucky consigue salvar a los rehenes de la furgoneta en llamas mientras Walker se enfrenta a los rebeldes. Barnes y el ex-'Capi' luchan en tierra firme mientras Sam sigue persiguiendo al helicóptero de los Sin Banderas por los cielos de Nueva York.
Tras una aparatosa caída al agua, el héroe vuelve a alzar el vuelo y se alía con Ayla, una de las senadoras rehenes que va en la aeronave y que sabe pilotar. Entre los dos, y con cierto escudazo de por medio, consiguen hacerse con el control del vehículo.
A pocos kilómetros de ahí, el enfrentamiento entre Karli y Walker finaliza cuando esta noquea a John. Acto seguido, la rebelde arranca una de las furgonetas, acelera y salta fuera del vehículo justo antes de que este caiga desde un alto. Suerte que un dubitativo Walker primero y un titánico Sam después (y sin suero del supersoldado) evitan que la furgoneta se precipite. Los testigos, emocionados por lo que acaban de ver, ovacionan a su nuevo 'Capi'.
Agente de Poder
Tras poner a salvo a los rehenes, Sam, Bucky y Walker persiguen a Karli y sus compañeros por unos túneles. Sin embargo, es Sharon Carter quien da primero con la líder pelirroja, que le dice: "Me has decepcionado". Por lo que cuenta Sharon, ella acogió a Karli en Madripur y después esta la traicionó, pero la exagente está dispuesta a volver a contar con ella.
"Solo me quieres porque quieres recuperar a tu ejército", le espeta Karli. "Sin los supersoldados, ¿cuánto poder tiene el Agente de Poder?. Así, la joven confirma que, como se venía rumoreando, Sharon es la Agente de Poder, a quien robó el suero del supersoldado.
En plena discusión, llega Batroc, compinche de Sharon que estaba espiando a Karli. Sin embargo, Carter acaba con su aliado cuando este la chantajea, aunque ella también se lleva un disparo del mercenario marvelita. En ese momento llega Sam, que ve a Karli apuntando a una Sharon malherida.
Fuera, Bucky, Wilson y el cuerpo policial de Nueva York detiene a los Sin Banderas restantes engañándolos con su propia app. Mientras, Wilson se resiste a pelear con Karli para frustración de esta, que golpea al vengador alado. Karli está por disparar a Sam cuando Sharon la dispara a ella. La rebelde muere en brazos de Sam, no sin antes pedirle perdón.
¿Terroristas o supervivientes?
Sam, con el cuerpo de la joven en brazos, regresa a la calle donde se agolpan las ambulancias, la policía y los senadores rescatados. Cuando estos últimos le agradecen lo que acaba de hacer, el nuevo Capitán América, que está siendo grabado por las cámaras, critica los asentamientos que el CRG está provocando con su ley y cuestiona su impacto exterminador.
"Cada vez que cojo este escudo, sé que hay millones de personas que me van a odiar por ello", asegura, refiriéndose a la discriminación que sufre como hombre negro: "Siento las miradas, juzgándome. Y no puedo hacer nada para cambiarlo. Pero estoy aquí. Sin supersuero, sin pelo rubio ni ojos azules. El único poder que tengo es que creo que podemos hacerlo mejor". Isaiah Bradley (Carl Lumbly), su hermana Sarah (Adepero Oduye) y Joaquín Torres (Danny Ramirez) lo escuchan por televisión.
Sam pide a los senadores que lo hagan mejor, porque si no habrá más Karlis que movilicen a la gente contra los gobiernos más fuertes del mundo. Les insta a que usen todo el poder que tienen de forma correcta, antes de reencontrarse con Bucky y Sharon lejos de los focos.
No muy lejos de ahí, vemos que transportan a los Sin Banderas detenidos a la Balsa, prisión de máxima seguridad marvelita situada en la Isla Ryker, en Nueva York. Antes de partir, un soldado que los mete en los furgones dice: "Un mundo, un pueblo". Los aliados de Karli siguen ahí fuera, como decía Sam. Sin embargo, el vehículo que transporta a los rebeldes resulta ser un coche bomba y explota. Un hombre que observa la escena en su auto lo ha detonado.
El que ríe el último...
Arranca la segunda mitad del episodio. Ya es de día y la trama nos traslada a la Balsa, donde el barón Zemo (Daniel Brühl) escucha las noticias sobre el coche bomba. Mira con una sonrisa a cámara y se tumba en su camastro. La bomba ha sido cosa de él, que ya advirtió que acabaría con los supersoldados a toda costa.
Nos trasladamos a una sala en la que la Contessa Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus) espera impaciente a Walker. Cuando este sale a su encuentro, muestra con orgullo su nuevo traje, el mismo que llevaba como Capitán América pero en negro. "Las cosas se van a poner raras. Y cuando lo hagan, no vamos a necesitar a un Capitán América. Vamos a necesitar a un U.S. Agent", dice Valentina, nombrando a Walker su álter ego en las viñetas.
En cuanto a los protagonistas, Bucky se reencuentra con Yori (Ken Takemoto), su 'amigo' octogenario, y por fin le confiesa que asesinó a su hijo cuando era el Soldado de Invierno. Después, deja a la doctora Raynor (Amy Aquino), su psicóloga, un regalo: su lista de enmiendas con todos los nombres tachados.
Sam decide visitar a Isaiah, quien se enorgullece de él después de que el CRG haya dado marcha atrás con sus planes por el discurso de Wilson. "Eres especial", le dice. Después de que el nuevo 'Capi' le asegure que va a luchar por esa nación que han construido gente como él, se lo lleva al museo de Capitán América, donde le muestra la estatua que le han dedicado: "Ahora nunca olvidarán lo que hiciste por este país".
Nos despedimos de los protagonistas en Luisiana, en casa de Sam, festejando y pasándoselo bien con todos los vecinos. Hasta Bucky sonríe y se relaja, como prueba esta tierna foto:
El enemigo en casa
Pero la cosa no acaba aquí porque esto es Marvel y las escenas postcréditos son obligatorias. En este caso, hay una única escena y nos muestra a Sharon, la gran revelación de este episodio, en el Senado. La Comunidad de Inteligencia se disculpa con ella y su familia, y el senador le ofrece un indulto total, así como el regreso a su antigua división, algo que ella acepta.
Sin embargo, nada más salir de la sala, llama a alguien por teléfono. "Avisa a nuestros compradores. Los supersoldados salen del menú, pero tendremos acceso total a secretos gubernamentales, prototipos de armas, lo que quieras. Habrá algo para todos", oímos que le dice a su interlocutor. Sam y Bucky, sin quererlo, han traído al enemigo a casa.
Sin duda, la 'Agente 13' de Emily VanCamp aún tiene mucho que aportar al MCU, al igual que otros personajes que la serie nos ha presentado en sus seis episodios, como el de John Walker, ya convertido en U.S. Agent; o su nueva mentora, la Contessa Valentina Allegra de Fontaine. Tampoco nos fiemos mucho de esa celda que contiene a Zemo; ya hemos comprobado que se las ingenia de maravilla para seguir haciendo de las suyas desde allí y nos morimos de ganas por verlo al frente de los Thunderbolts.
En cuanto a los protagonistas, ambos parecen haber encontrado su lugar en un mundo del que se ausentaron por cinco años: Bucky, reconciliándose con su pasado a través de esa lista de enmiendas finiquitada; y Sam, redefiniendo el significado del escudo del 'Capi'. Aunque a la serie le ha costado arrancar y su ritmo ha sido muy irregular, Falcon y el Soldado de Invierno nos ha permitido explorar más la personalidad de dos vengadores con mucho carisma, sobre todo cuando trabajan juntos. Y seguro que este es solo el principio para este dúo.
Falcon y el Soldado de Invierno está disponible en Disney+.
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