El mejor meme de 'Falcon y el Soldado de Invierno' demuestra que Zemo puede bailar cualquier cosa

"Lo que pasa en Madripoor, se queda en Madripoor", dice el viejo dicho. Y, si no lo dice, nos lo inventamos nosotros. Porque, si uno va de visita a una de las ciudades más peligrosas del Universo Marvel, qué menos que aprovechar para echarse unos bailes como el de Daniel Brühl en Falcon y el Soldado de Invierno.  

En el tercer capítulo de la serie, el intérprete de Helmut Zemo nos ha demostrado que uno puede ser un supervillano de diabólica tenacidad, responsable de una guerra civil entre los miembros de los Vengadores… y, al mismo tiempo, un demonio danzarín capaz de soltarse en la pista de un club dando unos pasos que hay que verlos para creerlos. 

Y, como era de esperar, a internet le ha faltado tiempo para reaccionar ante esta imagen épica. Baste decir que el excomando sokoviano tiene ya una cuenta de Twitter (@zemodancingto) dispuesta a demostrarnos que, cuando le da, es capaz de bailar absolutamente cualquier cosa. 

Empezamos con algo esperable: al fin y al cabo, Brühl es alemán y aquí hay que hacer patria. 

Otro par de temazos impepinables para ir entrando en calor… 

Y, cuando la cosa se calienta, el sabor latino entra en juego. 

El pop español más racial tampoco tiene secretos para él. 

En este plan, incluso nos dan pie a imaginar un posible crossover entre el MCU y Élite (sudores fríos…).

La noche avanza, y empiezan a sonar esos clásicos que nunca pueden faltar en un garito poco antes del cierre…

Pero, cuando ya ha sonado el momento de darle la vuelta a los taburetes, Zemo sigue ahí, dándolo todo con un himno inmortal.

Desesperado, el DJ empieza a probar esos temas infalibles para echar incluso a los bailones más pesados. Pero a nuestro supervillano no se le resisten ni los Swans de Michael Gira, con su música pesadillesca. 

Cada vez está más claro que este señor es capaz de menearse con cualquier cosa que le pongan. 

Insistimos: ¡cualquier cosa!

¡Incluso con el tema de sus archienemigos (recreado con un sabroso ritmo de cumbia, eso sí)!

¡Ni siquiera la canción asociada a su rival más acérrimo puede con él! 

A estas alturas, el desesperado DJ presenta su dimisión, y los dueños del local optan por poner este rompepistas en bucle, a ver si así consiguen rendir a ese señor tan pesado por agotamiento. No creemos que lo consigan.