‘Bienvenidos a Edén’: un paraíso distópico entre el magnetismo y el despropósito

La nueva apuesta de Netflix, liderada por Amaia Aberasturi, parte de una fuerte premisa pero flaquea en su desarrollo.
Bienvenidos a Edén
Bienvenidos a Edén
LUCIA FARAIG/NETFLIX
Bienvenidos a Edén

La plataforma de streaming ha estrenado Bienvenidos a Edén, su nueva serie con la que pretende igualar el éxito de la aclamada Élite, que ya va camino de su sexta temporada. A priori, el argumento es prometedor: un grupo de jóvenes guapos y exitosos son elegidos para participar en una fiesta exclusiva en una isla secreta, donde descubrirán que el paraíso no es lo que parece al verse atrapados en una misteriosa “secta”.

Sin embargo, el desarrollo de los capítulos hace que la trama se vaya convirtiendo cada vez en más inverosímil, con giros de guion predecibles o incoherentes, escenas forzadas y personajes en los que no da tiempo a profundizar. Con todo ello, y pasando ciertas cosas por alto, puede tener su atractivo.

¿Has visto ya Bienvenidos a Edén? ¿Te has enganchado e introducido en su paraíso, o has abandonado antes de llegar al final? Te contamos nuestra opinión, como siempre con algún spoiler.

‘Bienvenidos a Edén’, la nueva serie española de ciencia ficción de Netflix

Caras nuevas con potencial

Creada por Joaquín Górriz (Desaparecidos, Hay alguien ahí) y Guillermo López (Atrapada), Bienvenidos a Edén consta de un enorme reparto coral, liderado por Amaia Aberasturi (Akelarre, La edad de la ira). La joven actriz continúa su carrera ofreciendo otra interpretación sobria y ligera, algo que ayuda mucho al seguimiento de la serie cuando otros elementos caen.

Rodeando a la protagonista, y más allá de rostros más conocidos como el de Amaia Salamanca (que a ratos convence en su papel de líder sectaria y otros se hace demasiado extravagante), Ana Waneger, Guillermo Pfening, Berta Vázquez, Begoña Vargas o la cantante mexicana Belinda, aparecen caras algo más nuevas pero con mucho potencial, a quienes seguro veremos protagonizando ficciones españolas los próximos años. 

Es el caso de Sergio Momo, Lola Rodríguez, Álex Pastrana, Tomy Aguilera, Albert Baró, Diego Garisa, Dariam Coco, Irene Dev, Berta Castañé, Claudia Trujillo, Carlos Soroa, Joan Pedrola o incluso la cantante Ana Mena, quienes están más que acertados dando vida a los diversos personajes que viven en la isla.

Sin embargo, tener un elenco tan grande se convierte en un arma de doble filo, pues son demasiadas personalidades y subtramas las que se intentan abordar a lo largo de los ocho capítulos y al final, quieras o no, te pierdes entre tanta historia, tanto amorío y tantos bandos. Es una pena, porque muchos personajes parecen interesantes y se quedan a medio gas, sin desarrollar, como por ejemplo el de Berta Vázquez, al que apenas vemos aparecer, o el de Albert Baró, muy alejado de su Joan en Merlí.

Muchos referentes, poca innovación

Desde un primer momento la serie nos recuerda a otras ficciones anteriores, y es que, ¿quién no piensa en Perdidos cuando ve a un grupo de personas desconocidas entre sí atrapadas en una isla, forzadas a permanecer allí en contra de su voluntad como en El juego del calamar? Además, esa eterna separación entre los elegidos y el resto de la humanidad y ese paraíso reservado solo a los mejores nos lleva de vuelta a Los juegos del hambre y su Capitolio o a 3%, la serie brasileña de la plataforma.

Sin embargo, Bienvenidos a Edén también busca crear su personalidad propia, algo que podemos notar en su forma de narrar y componer. Para ser una serie de estas características, se observa cierta originalidad en su realización: planos lentos, inestables, rápidos, ambiguos, abstractos…. Que dotan a la ficción de mayor dinamismo y misterio.

Pese a esto, la serie no aporta mayor innovación al tema que elige abordar. Los primeros capítulos se suceden lentos sin que sepamos realmente qué está pasando en esa isla (de hecho la temporada acaba sin que se explique) y más que una serie de supervivencia o lucha contra el orden impuesto, como las anteriores, se convierte en un Física o Química o la ya mencionada Élite, algo que, por otro lado, era de esperar.

Magnética, pero no veraz

La premisa magnética de Bienvenidos a Edén podría haber funcionado mejor si se hubiera profundizado más en la psique de sus personajes o se hubiera construido un “paraíso” con cimientos más fuertes y sin tantas grietas. Sin embargo, su función de reclamo entre las grandes masas y sobre todo entre el público juvenil hace que los detalles de la historia caigan, que todo corra demasiado o que los personajes carezcan de una personalidad compleja, todo en favor de escenas de fiesta, redes sociales y múltiples historias de amor (y sexo) forzadas. ¿Os suena esto?

Pese a ello, la serie puede resultar entretenida e incluso es posible que te enganche de principio a fin y que devores los ocho capítulos, pero deberás pasar por alto muchas incongruencias, algunas muy difíciles de creer: ¿ninguno de los cien jóvenes invitados se huele nada raro cuando le quitan el móvil y le hacen firmar un contrato de confidencialidad? ¿Por qué ninguno de los 94 que vuelven después de la fiesta informa nunca a nadie de lo sucedido? ¿Por qué ningún familiar de los chavales que llevan años en la isla ha intentado encontrar a su hijo/a? ¿Por qué los protagonistas se enamoran y desenamoran a velocidades alarmantes?

Bienvenidos a Edén
Bienvenidos a Edén
Cinemanía

Con todo, los ocho capítulos se desarrollan con una serie de cliffhangers al final de cada uno de ellos y un suspense y acción más o menos bien construidos. La temporada llega hasta un final predecible, pero sin resolvernos muchas de las dudas que plantea desde un inicio: ¿qué es lo que realmente está pasando en la isla? ¿Qué pasa en el cuarto donde acaba encerrada África? ¿Quién es el misterioso encapuchado que hiere a Astrid? ¿Quién es ese niño que aparece en la isla y qué le pasa?

Está claro que Bienvenidos a Edén ha dejado todas las puertas abiertas a una segunda temporada, pero Netflix todavía no ha confirmado nada al respecto. De momento, si quieres disfrutar de una historia distópica entretenida y (a ratos) misteriosa con un esbozo de secta ecológica y llena de líos amorosos entre jóvenes atractivos en un enclave natural precioso (bravo por Lanzarote) esta es tu serie, pero no esperes mucho más de Bienvenidos a Edén, o probablemente acabará decepcionándote.

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