[Zinebi 2021] ‘Descartes’: recuperar el cine español desde sus márgenes

La imagen de un fotograma en negativo, con parte de sus márgenes quebrados, teñida parcialmente de rojo y que muestra a un grupo de gente de caras borrosas es la primera imagen de Descartes, de Alejandro Alvarado y Concha Barquero, y presentado en el concurso internacional de cortometrajes del 63º Zinebi tras haber viajado recientemente a DocLisboa.

Inmediatamente, el tándem de cineastas e investigadores, responsables del documental Pepe el andaluz (2012), nos ponen en situación: “En 2016, visitamos Filmoteca Española para buscar información sobre el documental Rocío, que había sido censurado a principios de la década de 1980. Entre los materiales depositados en sus almacenes se encontraban 260 rollos de negativo de 16 mm. Eran descartes del montaje, el metraje que quedó fuera de la versión final. Las imágenes olvidadas de una película prohibida cobran vida en la pantalla después de 40 años”.

Rocío, de Fernando Ruiz Vergara, ha pasado a la historia del cine español por ser la primera película secuestrada judicialmente en democracia tras la derogación de la censura cinematográfica en 1977. La pieza aborda la célebre romería desde distintas posiciones, como retrato antropológico y cultura, pero también una de las primeras obras que denunciaba, con nombres y apellidos, la represión vivida en el Almonte tras el golpe militar de 1936.

“En aquellos rollos encontramos decenas de metros de esta entrevista a Pedro Gómez Clavijo, testigo de la represión franquista en Almonte”, avisan en Descartes los cineastas. “Su testimonio fue el principal objeto de censura de la película”. Alvarado y Barquero muestran las tomas de aquella entrevista mientras una voz en off lee la sentencia emitida por la Sala Segunda del Tribunal Supremo del 3.4.1984, que censuró definitivamente la película.

Cinemanía

Este giro en Descartes amplifica de una manera estremecedora las imágenes que continúan, que se fijan en escenas cotidianas del desarrollo de la romería. Vemos a unas mujeres lavando los platos a las que siguen escenas generales de los peregrinos y, sin embargo, esas visiones nos trasladan a un escenario de miedo, de represión, de años de silencio bajo el yugo de los represores.

La sentencia del Supremo consideraba que no era “atinado avivar los rescoldos de esa lucha para despertar rencores, odios y resentimientos adormecidos con el paso del tiempo” y acabó con la carrera del director onubense. Ruiz Vergara, que jamás volvió a dirigir, se exilió en Portugal y falleció en 2011.

Rocío se reestrenó en 1985, pero con los fragmentos más controvertidos eliminados y sustituidos por un fotograma negro en el que se leía: “Supresión por sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo del 3.4.1984”.

Descartes no solo intenta restituir el valor de una película condenada al ostracismo a causa de unos mecanismos de poder imbricados con el régimen franquista saliente, sino también la memoria de los vecinos de una zona doblemente castigada. Es una obra excelente, que subraya la idea de Walter Benjamin sobre los documentos de cultura como documentos de barbarie.