De Will Smith pegando a un alien al Capitán América dándole un puñetazo a Hitler: las mejores películas para ver el 4 de Julio

Patriotismo, buenos sentimientos y fuegos artificiales para celebrar la fiesta nacional de EE UU.
Chris Evans en 'Capitán América: El primer vengador'.
Chris Evans en 'Capitán América: El primer vengador'.
Cinemanía
Chris Evans en 'Capitán América: El primer vengador'.

Nos guste o no, es lo que hay: la iconografía del cine tiene un lugar de nacimiento, y ese lugar es EE UU. Algo que conviene recordar más que nunca el 4 de julio, la fiesta nacional de la superpotencia... y el mejor pretexto para darse un atracón de cine con mensaje patriótico. Cuando no patriotero.

Desde el ensalzamiento de iconos nacionales (reales o imaginarios) hasta el recuerdo de esas gestas épicas que tanto les gusta recrear, pasando por las historias 'inspiradoras' sobre sus valores fundacionales, Hollywood nos da una lista impepinable de filmes para saborear este día, tengas o no pavo con salsa de arándanos en el menú. 

'Independence Day' (Roland Emmerich, 1996)

La película que consagró a Will Smith como terror de los alienígenas, y que supuso uno de las cumbres del high concept en el Hollywood de los 90, es también una exhibición impúdica de patriotismo USA gracias al presidente Whitmore (Bill Pullman). Cómo olvidar sus gallardas hazañas como piloto de combate (¡eso sí que eran fuegos artificiales!) o ese discurso en el que animaba a expulsar a los invasores en el mismísimo Día de la Independencia.

'Rambo' (George Pan Cosmatos, 1985)

En 1982, Acorralado había supuesto una mirada severa y deprimente a las vergüenzas de EE UU post-Vietnam. Pero, repescando a John Rambo en esta secuela, Sylvester Stallone cambió el "¡No siento las piernas!" por "Si quieres sobrevivir a la guerra, conviértete en guerra", y el trauma de los veteranos del conflicto por una flamígera venganza contra el Vietcong. El libreto de la cinta, por cierto, corrió a cargo del propio 'Sly' y de un James Cameron que acabó renegando de él. 

'Campo de sueños' (Phil Alden Robinson, 1989)

El béisbol y Kevin Costner: ¿cabe imaginar dos iconos más insustituibles del american way of life? Pues aquí los tenemos juntos, en un conmovedor drama sobrenatural que entronca con otro pilar del ideario estadounidense: la redención. En este caso, de unos fantasmales jugadores de béisbol (entre ellos, Ray Liotta) que purgan sus culpas por haberse dejado sobornar en un mítico amaño deportivo. La presencia de Burt Lancaster es la guinda de este pastel. 

'Capitán América: El primer vengador' (Joe Johnston, 2011)

Si algo bueno tenían los primeros años de Marvel, era que estaban llenos de sorpresas. Valga como prueba este filme donde un personaje fácil de malinterpretar (Steve Rogers, pobrecito nuestro) y un actor en el que nadie confiaba (Chris Evans, por entonces conocido como "la Antorcha Humana de Los Cuatro Fantásticos") se convirtieron en iconos del humanismo, el buen rollo y el apalear nazis. Con una de las mejores escenas de la historia del estudio en forma de número musical, además.

'Rocky IV' (Sylvester Stallone, 1985)

Una vez más, Stallone nos muestra cuánto puede cambiar el imaginario de un país a lo largo de unos pocos años. Si Rocky (1976) logró tres Oscar con su agridulce mirada al 'sueño americano' y su empatía con los perdedores, la cuarta entrega del serial convirtió al 'Potro Italiano' en martillo de la Guerra Fría, dándole lo suyo en el ring a Iván Drago, ese icono del poder soviético... interpretado por Dolph Lundgren, un actor más sueco que el catálogo de Ikea. 

'Forrest Gump' (Robert Zemeckis, 1994)

Si bien la novela de Winston Groom era una sátira cargada de mala uva, esta adaptación cargada de Oscar tiró el cinismo por la ventana para convertirse en una loa a esa inocencia que Tom Hanks derrochaba por todos sus poros mientras deambulaba por hechos clave de la historia estadounidense y mundial sin enterarse de la misa la media. La pobre Jenny (Robin Wright) no tardaba en descarriarse, por el contrario, y así le iba. 

'Argo' (Ben Affleck, 2012)

Uno de los rasgos más admirables (según se mire) del carácter estadounidense es su capacidad para convertir en gestas épicas incluso sus mayores derrotas. Por ejemplo, si la crisis de los rehenes en Irán (1979-1981) resultó, a todas luces, una vergüenza nacional, el listo de Affleck consigue que la veamos como todo lo contrario recreando la fina maniobra de inteligencia que logró ponerle fin. Su recompensa: tres Oscar recogidos al grito de "Argo fuck yourself!".

'Gran Torino' (Clint Eastwood, 2008)

Junto con la Estatua de la Libertad, la estatua de Lincoln y el Monte Rushmore, Clint Eastwood es uno de los mayores monumentos de EE UU. Y en este filme (que, según él, iba a ser su despedida como actor...) nos lo recordó lanzando una loa a la entidad de su país como nación de inmigrantes. Además de por lo conmovedora que resulta, esta película merece la pena por suponer un repositorio de insultos a la altura de El sargento de hierro, o más aún. 

'El milagro' (Gavin O'Connor, 2004)

Aunque no sea tan célebre a nivel mundial como otras hazañas estadounidenses, el llamado 'Milagro sobre hielo' es uno de esos momentazos recordados con emoción al otro lado del Atlántico. Aquí tenemos un filme que la recrea poniendo a Kurt Russell en el papel de Herb Brooks, el entrenador que llevó a la selección de hockey de EE UU a una aplastante victoria sobre la URSS en las Olimpiadas de 1980.

'Elegidos para la gloria' (Philip Kaufman, 1983)

Con un reparto de campanillas (Ed Harris, Dennis Quaid, Barbara Hershey y un Sam Shepard inolvidable), este filme basado en la novela-reportaje de Tom Wolfe (La hoguera de las vanidades) reconstruye una de las máximas muestras del poderío estadounidense sobre el mundo: la carrera espacial. Por muy cínico que seas, es imposible resistirse a la estampa de los astronautas del proyecto Mercury jugándose la vida para llegar hasta el infinito y más allá. 

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