[SEFF 2021] ‘Guerra e pace’: la devastadora alianza del cine y la guerra

Decía Susan Sontag en Sobre la fotografía y, muy especialmente, en Ante el dolor de los demás, que las imágenes de violencia y guerra se han convertido en un lugar común al habernos acostumbrado a la crueldad como algo cotidiano, pero el documental Guerra e pace, de Massimo D’Anolfi y Martina Parenti programado en Las Nuevas Olas del Festival de Sevilla, parece contradecir en su forma y fondo las premisas de la pensadora americana.

¿En qué momento se forjó la alianza entre cine y guerra? ¿De qué manera las imágenes en movimiento ayudaron a perpetuar y difundir el fenómeno de lo bélico? ¿Hasta qué punto los archivos de las imágenes de guerra ayudan a conocer mejor las tragedias del pasado o sirven para modelar las que están por venir? Todas estas preguntas, nada baladíes, se exponen en el ensayo firmado por D'Anolfi y Parenti, articulado como un viaje por el pasado, el presente y una cierta idea de futuro sobre las imágenes de la guerra.

Aunque el fotoperiodismo y la fotografía bélica nacieron en las contiendas de Crimea y la Guerra Civil americana, la colonización italiana en Libia supuso el encuentro del cine con lo bélico en un momento en que la industria cinematográfica ya se había consolidado, en términos económicos y de lenguaje formal.

Guerra e pace muestra imágenes de ese conflicto, recuperados por especialistas que estudian in situ, delante de la cámara de D'Anolfi y Parenti, latas de películas recuperadas de fondo ubicado en una antigua central eléctrica en el monte Adamello, en el corazón de los Dolomitas.

Ese tránsito por uno de los primeros fondos de guerra ocupa el primer episodio de la obra. El segundo se centra en la denominada Unidad de Crisis del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, en un pequeño capítulo que relata varias operaciones de evacuación de ciudadanos italianos en países en conflicto, sea Siria o Irak; en un episodio con la cámara pegada a los funcionarios diplomáticos y al actual bombardeo audiovisual de imágenes bélicas, sean de batallas o de sus heridos.

El tercer episodio es quizá el más fascinante, situado en las instalaciones de formación del personal militar del Ministerio de Defensa francés, ya que sigue, en paralelo, los ejercicios de una escuadra de la Legión Extranjera y de un grupo de jóvenes soldados que aprenden a producir imágenes de guerra en la Ecpad, la Agencia de Archivo e Imagen Militar del Ministerio de Defensa francés y uno de los archivos militares más antiguos del mundo.

La película concluye, a modo de corolario, en los archivos de la Cruz Roja Internacional conservados en la Cinemateca Suiza de Lausana para mostrar las consecuencias de la guerra en los cuerpos de las personas. A diferencia de, por ejemplo, la crudeza de Oh! Uomo, de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi, de reflexión similar, Guerra e pace opta por lo emotivo, aunque también para incidir en la importancia de la conservación de esas imágenes, a pesar de su violencia gráfica, con el fin de preservar la memoria.

Guerra e pace estará disponible en FILMIN a partir del día 11 de noviembre en el canal online del Festival de Sevilla.

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