La película en la que Russell Crowe se rompió las dos piernas, pero no lo supo hasta 10 años después

"Mientras saltaba, recuerdo pensar: 'Esto va a doler", ha recordado el actor sobre el rodaje de la escena en la que se fracturó las piernas. 
Russell Crowe en 'Robin Hood'
Russell Crowe en 'Robin Hood'
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Russell Crowe en 'Robin Hood'
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Russell Crowe es uno de los actores más polifacéticos y versátiles de Hollywood. El neozelandés ha sido aclamado por la crítica por sus interpretaciones en dramas biográficos (Una mente maravillosa), cine negro (L.A. Confidential), musicales (Los miserables) y títulos de acción laureados como Master and Commander o Gladiator. 

Entre estas últimas apuestas, el actor también se metió en la piel del arquero más diestro de Sherwood en Robin Hood, película dirigida por Ridley Scott en 2010, que contaba con Cate Blanchett como Lady Marion. Fue precisamente durante el rodaje de este filme cuando Crowe sufrió un aparatoso accidente, aunque no supo sus consecuencias hasta 10 años después. 

En una entrevista para People, el actor ha desvelado que se rompió las dos piernas rodando una escena de acción de esta aventura épica. "Salté de la puerta enrejada de un castillo a una superficie irregular de piedra dura", ha recordado: "Deberíamos haber preparado el terrero y enterrado una alfombrilla protectora, pero teníamos prisa por rodar la toma cuando caía la noche". 

Russell Crowe se rompió las piernas rodando 'Robin Hood'

Fotograma de 'Robin Hood'
Fotograma de 'Robin Hood'
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El intérprete afirma que había mucho en juego y, por ello, realizó la secuencia pese a conocer los riesgos: "Con cientos de extras a mi alrededor, las flechas volando y ollas prendiendo fuego al castillo, no me podía retirar. Mientras saltaba, recuerdo que pensé: 'Esto va a doler". 

Efectivamente, dolió: "Fue como una descarga eléctrica recorriéndome el cuerpo... Estábamos rodando una película grande, así que resistes, pero el último mes de trabajo fue muy complicado. Hubo varias semanas en las que incluso andar era un reto". 

Conviene señalar que Crowe no fue tratado por las lesiones y ni siquiera consultó lo ocurrido con un médico hasta años después. "Pensé que no era algo serio", ha explicado, antes de añadir que "nunca hablé de la lesión con la producción, nunca me tomé un día libre por esto, simplemente seguí trabajando". 

Su compromiso con el proyecto y el papel lo llevó a soportar la fractura. "Al parecer, terminé esa película con dos piernas rotas", ha afirmado: "Todo por el arte. Sin escayola, sin férula, sin pastillas para el dolor, seguí yendo a trabajar y, con el tiempo, las piernas se curaron solas". 

Tanto es así que Crowe no supo de la gravedad de lo que había pasado hasta una década después del rodaje, cuando un médico le preguntó cuándo se había roto la pierna. "Al parecer, podía ver los vestigios de fracturas en los dos huesos de la espinilla", ha contado: "Para dar un empujón a mi memoria dijo: '¿Habría sido hace tal vez 10 años?". 

Crowe asegura que, echando la vista atrás, el entrenamiento para El hombre de acero (2013), en la que daba vida al padre de Superman, podría haber acelerado el proceso de curación: "En retrospectiva, sabía que algo estaba mal. Convertirme en el padre kryptoniano de Superman supuso seis meses de entrenamiento físico increíblemente intenso. Entre el tiempo libre y ese entrenamiento, las piernas se curaron solas". 

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