Relaciones abiertas y miedos LGTBI: el director de ‘A Stormy Night’ estrena nuevo proyecto

La generación millennial vive abocada a una transformación social constante y a una apertura hacia nuevos tipos de relaciones que han sido invisibilizados durante siglos, pese a su existencia sempiterna y la falta de un título que las nombrara como tal. En este reflejo de las vivencias actuales de los jóvenes, el cineasta David Moragas continúa indagando en los intríngulis amorosos en su nuevo cortometraje, Lo dejamos mañana (Demà Ho Deixem).

Su último trabajo supone una mirada hacia las relaciones abiertas consensuadas y la vacilación ante sus normas, causados por los miedos intrínsecos a cualquiera de ellas. Así, Lo dejamos mañana (11 de noviembre en Filmin) narra el reencuentro entre una pareja gay, después de que uno de ellos disfrute de un fin de semana en el extranjero. Un tiempo que sirve para poner en entredicho su modelo liberal, cuando una tercera persona se inmiscuye entre ellos. 

A pesar ser un hecho pactado, el desliz provoca incomodad entre ambos y cuestiona los cimientos de cualquier amor, mucho más allá del reflejo del colectivo LGTBI. "Algunos de los temas que explico pueden extrapolarse a una normalidad queer, o incluso a conflictos de pareja universales –al final, mi materia prima son sentimientos tan básicos como los celos o el miedo–. Pero nunca parto de una intención consciente de reflejar al colectivo", comparte Moragas con CINEMANÍA. 

Ilusión, estabilidad y desamor: el tríptico de las relaciones

Año 2020. En plena pandemia, el director catalán estrenaba su ópera prima, A stormy night. Un largometraje que ofrece una mutación de las clásicas historias románticas cinematográficas, siguiendo la estela del cine indie LGTBI de los últimos años, con una cercanía a filmes como Weekend (Andrew Haigh, 2011), Un rubio (Marco Berger, 2019) o Matthias et Maxime (Xavier Dolan, 2020). El despertar de un amor. 

Ese mismo año, Moragas estrenaba el cortometraje Detox, protagonizado por Oriol Pla (Merlí) y Guillem Barbosa (La ruta), quienes interpretaban a una pareja cuya relación hace aguas. Ahora, Lo dejamos mañana se suma A stormy night y Detox para conformar una visión completa de la complejidad de las relaciones sentimentales, desde las primeras mariposas en el estómago al desenlace más aciago.

"Supongo que tiene que ver con el momento personal en el que me encontraba cuando realicé esas tres piezas. Nunca pensé en la conexión que se podía establecer entre ellas, pero ahora me doy cuenta de que, a lo largo de esta última década, el amor, sus mutaciones y los conflictos de pareja han tenido un impacto muy relevante en mi vida", confiesa Moragas.

En Lo dejamos mañana, los actores Lluís Marquès y David Teixidó se introducen en la piel de la tierna pareja protagonista, que lograba con su cercanía y emotividad el reconocimiento del público al mejor cortometraje del D'A Film Festival 2022 y demostraba la importancia de la normalización de los contenidos LGTBI. "Un corto de maricones en catalán gana el premio del público del D'A. Al público, a la prensa y al equipo que me acompaña: gracias", celebraba en Twitter, por aquel entonces, Moragas.

"Contar historias que van dirigidas a un nicho minorizado asusta mucho a los productores y recibir un premio como el premio del público es esencial para romper nociones preconcebidas y posibles prejuicios que tengan que ver con otro tipo de historias", incide ahora el catalán sobre este reconocimiento.

Un momento clave para los millennials

"Ahora cumplo treinta años y siento que empiezan a interesarme otros temas, como la paternidad, o la construcción de una comunidad/familia", revala Moragas sobre su momento profesional y vital. Una inclinación que comparte con toda una generación enfrentada a una crisis profunda, perseguida por los fantasmas del cambio climático, la pandemia de covid y la ineficacia de las regulaciones económicas y políticas, para la correcta emancipación y solvencia de los jóvenes.

"En tiempos de crisis es natural que como sociedad queramos buscar respuestas, repensar nuestros códigos, poner en duda aquello en lo que creemos. También las estructuras sociales: en el mundo actual, cuestionamos la relación tradicional (asociada al hermetismo, la durabilidad, la rigidez) para dejar lugar a otras formas relacionales", sustenta Moragas sobre la exploración de nuevos patrones de conducta entre la juventud. 

La "honestidad" del cine

De esta forma, el cine sirve al cineasta catalán como un ejercicio para "colectivizar experiencias", planteando preguntas y contestando a ellas con un verdadero ejercicio de "honestidad". La base de una filmografía que promete seguir ampliándose bajo este mantra.

Tras el estreno de este nuevo trabajo, Moragas continuará adentrándose en el universo de las emociones humanas con un nuevo tabajo serial. "Es la historia de dos hombres que han empezado un proceso de adopción porque quieren ser padres. La propuesta recibió la beca del Serielizados Kick y gracias a ella hemos armado el proyecto junto a Fractal7, una productora catalana", informa el cineasta. Un proyecto que le "está cambiando la vida"

Así, Moragas se confirma como un director comprometido con la realidad de la juventud actual y su necesidad de romper con lo preestablecido, madurando paralelamente a sus proyectos y transmitiendo grandes sensaciones a través de un cine íntimo y muy personal. 

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