Temporada a temporada, Netflix se esfuerza de lo lindo por rodearse de los autores más señeros, con la dulce esperanza de que la película que produzcan en su seno irrumpa en el circuito de los Oscar y se alce con la principal estatuilla. Este año tiene grandes expectativas en The Killer de David Fincher así como en El conde, que acaba de incorporar al catálogo Pablo Larraín. ¿Podrán estos títulos mantener el apoyo de la crítica y aguantar hasta la ronda de galas del año que viene?
El poder del perro (Netflix)
El poder del perro aguantó. Y de hecho Jane Campion obtuvo el Oscar a Mejor dirección, en una decisión de la Academia muy aplaudida, pero el premio principal se le escurrió entre los dedos. Fue a parar a CODA, otra producción de streaming (de Apple TV+, concretamente), cuya victoria inesperada hizo pensar que la Academia odiaba a Netflix. Puede que, si te pones al día con este magnífico western, compartas dicha impresión.
Jackie (Amazon Prime Video)
Está por ver qué tal va funcionando El conde. Por ahora ya tiene un premio a Mejor guion en el Festival de Venecia, pero queda mucha carrera por delante y tampoco apunta a ser un antes y un después en la carrera de Larraín, un cineasta portentoso que nunca ha dejado de acertar. Este film, dedicado a la esposa del presidente Kennedy y beneficiado de una gran interpretación de Natalie Portman, lo prueba.
Interstellar (HBO Max)
En los Oscar que se avecinan es bastante probable que Christopher Nolan tenga gran presencia, gracias a lo mucho que ha gustado Oppenheimer. Nolan es por otra parte un director muy querido con el público, y una de las veces que mejor conectó con él (a efectos emocionales) fue con esta space opera donde quería emular a Stanley Kubrick intensificando el humanismo a través de la mirada rota de Matthew McConaughey.
Earwig y la bruja (Netflix)
Entretanto, otro de los films más esperados del año es El chico y la garza, que es el nuevo trabajo de Studio Ghibli y se supone que la despedida de Hayao Miyazaki como director. Ya hay gente que la ha visto y las críticas apuntan a ser fabulosas, mucho mejores que la película de Ghibli inmediatamente anterior. Aquí el hijo de Miyazaki, Goro, quiso experimentar con la animación 3D, y aunque el resultado es mejorable tiene su interés revisarlo antes de El chico y la garza.
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