El primer fin de semana de mayo ha llegado con celeridad, al toparse con una semana más breve por obra y gracia de los puentes. Es buena ocasión para quizá saldar las cuentas con una de las sitcoms más populares de los últimos tiempos, o quizá para revisarla. Al margen de las series, también puede ser un momento propicio para ponerse con el terror, o con propuestas que hayan marcado las instancias académicas tanto de nuestro país como de EE.UU. Ya sean los Goya, o los Oscar.
'The Office' (Netflix)
Greg Daniels partía de una serie muy popular de Ricky Gervais en Gran Bretaña. Al intentar pasar su humor negro por el tamiz estadounidense, tras una primera temporada de vínculo inexcusable con Gervais, dio con algo muy especial y novedoso. Luego de The Office la sitcom nunca volvió a ser la misma, tanto a nivel formal (ese estilo falso documental) como desde la escritura de personajes odiosos que ocasionalmente dejan entrever su buen corazón. Puedes comprobarlo en Netflix.
'Tiempo' (Amazon Prime Video)
La penúltima película de M. Night Shyamalan hasta la fecha es café para muy cafeteros. Una apuesta tan arriesgada, volcándose al terror existencial con sentimientos a flor de piel y entornos opresivos, que sus diálogos bien pueden llegar a irritar. O incluso a provocar la vergüenza ajena, según como te levantes. Si resistes a esta tentación, te toparás con una de las propuestas de horror más bellas de los últimos años.
'Elvis' (HBO Max)
Los biopics suelen ser predecibles y estar realizados a mayor gloria de la criatura referenciada, demarcando méritos y tragedias con linealidad sobadísima. Por eso lo que hizo Baz Luhrmann es tan estimulante: además de la puesta en escena marca de la casa (suerte sacándote de la cabeza su primer cuarto de hora), Elvis tiene una forma de encarar al prota (Austin Butler) casi ensayística, buceando en las contradicciones de la figura y en el malévolo influjo el coronel Parker-Tom Hanks.
'Maixabel' (Netflix)
España está lidiando poco a poco con el trauma de ETA recurriendo a la ficción. Tras el fenómeno de Patria, Icíar Bollaín echó mano de la sensibilidad que siempre ha marcado su cine para lanzar una película consagrada al diálogo y a la reflexión. Entendiendo a ambas partes sin ser por ello equidistante, dando espacio a unos intérpretes prodigiosos (Luis Tosar y Blanca Portillo) para hacer lo que mejor saben.
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