La restricción de cuentas compartidas de Netflix en las últimas semanas se ha visto acompañada de otros titulares recientes poco favorecedores. Nos referimos a su trato con los creadores, que se ha llegado a torcer en el caso de una asociación tan fructífera como la de Mike Flanagan con la compañía, llevada a un final abrupto tras El club de la medianoche. Flanagan se ha ido a Amazon Prime Video, pero deja pendiente el estreno de La caída de la casa de Usher y un puñado de series magníficas.
Misa de medianoche (Netflix)
¿Quizá esta sea la mejor? El firmante de Hill House toma sus referentes habituales (reducidos a una lectura espiritual de Stephen King y El misterio de Salem’s Lot) para dar forma a una espléndida serie de terror, con memorables personajes y conversaciones. En Misa de medianoche caben desde reflexiones existenciales apesadumbradas a una actualización del mito vampírico con opciones de espolear pesadillas.
Treme (HBO Max)
Estos días David Simon se halla muy ocupado con la huelga de guionistas, hasta el punto de haber perdido su contrato con la compañía a la que se lo ha dado todo, HBO. Esperemos que no sea una ruptura irreparable, pero de serlo al menos nos toparemos en el catálogo de la susodicha con todas las magníficas series que Simon capitaneó. Y podemos ir más allá de The Wire, por ejemplo a este magnético drama coral sobre el jazz y las consecuencias del huracán Katrina en Nueva Orleans.
Snowpiercer (Amazon Prime Video)
Bong Joon-ho percibió las posibilidades del cómic de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb, de forma que cuando Snowpiercer se hizo realidad el cineasta coreano había desarrollado una distopías de gran influencia. Fundamentalmente por su vuelta esencial a la lucha de clases, que retomaría una serie homónima (disponible en Netflix) años después. Mientras Bong se prepara para volver a la ciencia ficción con Mickey 17, siempre es buen momento para volver por nuestra parte a Snowpiercer.
¿No es romántico? (Netflix)
Nada mejor que celebrar las comedias románticas que dando un rodeo, y describir qué pasaría si una persona cualquiera se viera atrapada en una comedia romántica. La burla en torno a los clichés de este género está a la orden del día, pero también y de forma inevitable una reflexión de por qué nos gustan tanto estas películas, que el personaje de Rebel Wilson irá comprendiendo poco a poco (no sin cierta irritación).
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