Paul Verhoeven a sus 85 años suma a su nuevo thriller erótico otro proyecto, 'Sans Compter'

Fiel a sus postulados, el cineasta neerlandés Paul Verhoeven sigue con su cine provocador que desafía tabúes desde que empezó en su tierra natal, con títulos como Delicias turcas (1973), Vivir a tope (10980) o El cuarto hombre (1983), y su posterior carrera en Hollywood, con clásicos del calibre de RoboCop, Desafío total y el popular thriller erótico Instinto básico que causó furor. Luego llegarían la polémica Showgirls y la no menos controvertida ciencia ficción bélica de Starship Troopers. Y, sin ir más lejos, en 2021 se estrenaba la coproducción europea Benedetta, una historia de monjas lesbianas en un convento del siglo XVII basada en hechos reales.

Y a sus 85 años se mantiene incombustible al paso del tiempo. Tiene en desarrollo Young Sinner, aun sin reparto. Un thriller de espionaje erótico-político ambientado en Washington D.C. y con una joven empleada que trabaja para un poderoso senador envuelta en una red de intrigas y peligros internacionales. Con guion de Edward Neumeier, con quien el director ya colaboró en RoboCop e Instinto básico, Verhoeven avanzó en su momento que “realmente creo que lo que Neumeier y yo queremos hacer es una versión innovadora de 'Atracción fatal' e 'Instinto básico'. Y no añadiríamos elementos digitales, lo menos posible… pero será más explosivo, más abierto a un gran público".

Pero, no contento con esto, suma un proyecto más a su agenda. Según ha avanzado el productor Saïd Ben Saïd a World of Reel, en esta ocasión sería un rodaje francés y recurriendo a la más reciente novela de Philippe Dijan, autor a quien ya adaptó en Elle de 2016 con Isabelle Huppert de protagonista. Se trata de Sans Compter en la que, según la sinopsis del libro, un periodista llamado Nathan siente una especial fascinación hacia su suegra poeta, Gaby, que vive en la misma propiedad que Nathan y su esposa. Cuando un promotor intenta comprar parte del terreno para construir un parque de atracciones, Gaby se niega categóricamente a ello, lo que provoca el enfado de un diputado y, a la vez, una cadena de trágicos sucesos.

La novela está narrada desde el subjetivo y más que discutible punto de vista del protagonista, Nathan. Y quedamos a la espera de más detalles, sobre todo respecto al reparto. Pero lo que queda claro es que Verhoeven siempre está al pie del cañón y no piensa todavía ni por asomo en una dorada jubilación.

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