El monstruo real detrás de 'Jeepers Creepers': el pasado pederasta de Victor Salva, director de la trilogía original

Imagen de archivo de Victor Salva junto a un fotograma de 'Jeepers Creepers 2'
Victor Salva junto a un fotograma de 'Jeepers Creepers 2'
(Cinemanía)
Imagen de archivo de Victor Salva junto a un fotograma de 'Jeepers Creepers 2'

Aunque se ubica varios escalones por debajo de otras figuras del horror, sin duda el Creeper, el monstruo de Jeepers Creepers, posee carácter icónico. El estreno de Jeepers Creepers. El renacer, el reinicio de la franquicia, lleva a recordar la trilogía original firmada por Victor Salva y, por extensión, la oscurísima realidad detrás del director. Conocerla hace que el imaginario de los primeros filmes cobre una dimensión extra verdaderamente aterradora.

La saga Jeepers Creepers se construye sobre la premisa de que el Creeper, una criatura ancestral, un demonio, desata la muerte cada 23 años. Cumplido ese ciclo de inactividad, se despierta y durante 23 días sale a comer para luego volver a su letargo. Huele, disfrutando, el miedo de sus víctimas y de cada una elige una parte, un órgano. Un planteamiento que lleva aparejado un turbador subtexto si se sabe que Salva estuvo en la cárcel por pederastia.

En 1988, Salva fue condenado por abusar de Nathan Forrest Winters, de 12 años, uno de los tres protagonistas de Clownhouse. Payasos mortales, exhibida en Sundance. Tuvo sexo oral con el menor y lo grabó, a lo que se sumó que también poseía otros contenidos de pornografía infantil. Su pena de prisión de tres años se quedó al final en 15 meses.

El 'creeper' amenaza al personaje de Justin Long en la primera entrega
El 'creeper' amenaza al personaje de Justin Long en la primera entrega
(IMDB)

Se da la circunstancia de que en la década de los 80, mientras se iniciaba en el cine con grabaciones de bajo presupuesto, Salva trabajaba en una guardería. Tenía vinculación con la familia del niño, que antes de la obra con payasos ya había participado en un mediometraje.

La sombra de la pederastia le acompañó, pero no le impidió crecer en la industria estadounidense. En 1995 estrenó Powder. Pura energía, la película identificativa de su filmografía junto a las dos primeras entregas de Jeepers Creepers (2001 y 2003), consideradas de culto y producidas por Francis Ford Coppola, que ya le apadrinó profesionalmente en Clownhouse. Después, en 2006, dirigió El guerrero pacífico, si bien su carrera acabó por quedar muy resentida y, de hecho, tuvo grandes problemas para sacar adelante Jeepers Creepers 3 (2017).

Protestas en el estreno de 'Powder'

El ruido apareció en el marco de la llegada a los cines de Powder por las protestas encabezadas por Winters, la víctima. Un movimiento enfocado a boicotear el filme, protagonizado por Sean Patrick Flanery, Mary Steenburgen y Jeff Goldblum, y a que el público supiera quién era Salva. 

Winters, ya con 20 años, y la familia decidieron actuar al descubrir con horror, en los anuncios de televisión de Powder, que Salva había hecho un largometraje para Disney, una de las compañías impulsoras a través de Buena Vista. En esta coyuntura, Salva emitió un comunicado. "Pagué caro mis errores", subrayaba.

'Jeepers Creepers' y su simbología

La experiencia de ver sus tres películas de Jeepers Creepers, en especial las dos primeras, las buenas (la tercera es un despropósito), cambia si se tiene presente el pasado de Salva. Entonces uno se fija en la simbología subyacente en torno al Creeper. Uno se sumerge en la historia, en la evasión cinematográfica, pero varios detalles llevan aparejados el análisis sobre la capa interior, el subtexto, por sus sórdidas resonancias. No obstante, estas no son nada comparadas con la esencia malsana y enfermiza que desprende Clownhouse (con payasos detrás de chavales, uno de ellos un joven Sam Rockwell) con independencia de que se sepa lo que ocurrió en el rodaje.

Volviendo a la idea central de Jeepers Creepers, lo del monstruo depredador que cada cierto tiempo sale a cazar y que necesita alimentarse, da que pensar. También que use una furgoneta vieja y adaptada para el mal. La dimensión oscura brota potenciada respecto a que la criatura huela el miedo, lo saboree y se guíe por este para detectar lo que quiere de cada víctima. Sus órganos pasan a formar parte de él. Antes de incidir en este aspecto, la obra original describe (no se muestra en pantalla) que el Creeper ha estado merodeando el coche de los protagonistas y que se ha puesto a oler su ropa.

El Creeper mata sin distinción, aunque queda patente que hay personas que no le interesan y que el foco son los chicos jóvenes. El personaje a cargo de Justin Long es su gran objetivo, no su hermana (Gina Philips). Unas preferencias ya bastante notorias en la secuela de 2003. La primera víctima es un niño rubio, al que arrastra en el prólogo por un maizal mientras su padre (Ray Wise, quien buscará venganza) y su hermano mayor intentan impedirlo.

En la segunda película el monstruo dedica toda su atención a los jóvenes de un equipo de baloncesto a los que atrapa en el autobús en el que viajaban (el típico amarillo de instituto estadounidense) para irlos cazando. El gusto y la fruición con la que los huele y el humor negro en sus gestos hacen que la doble lectura mencionada sobrevuele en la secuencia en la que el engendro los asusta con disfrute y deleite a través de las ventanillas.

La polémica de 'Jeepers Creepers 3'

El monstruo, en 'Jeepers Creepers 3'
El monstruo, en 'Jeepers Creepers 3'
(IMDB)

Jeepers Creepers 3, por su falta de calidad y de medios, desvirtúa tanto la figura del monstruo que este trasfondo apenas asoma. Sin embargo, su producción estuvo envuelta en la polémica por los movimientos en contra de la misma, sobre todo a raíz de que en el casting se especificara que uno de los papeles principales era el de una joven que fue a vivir con su abuela a raíz de que años atrás su padrastro le hiciera 'propuestas'. El montaje original incluía un diálogo con una alusión directa al tema de la pederastia, conversación que fue eliminada, al menos en la versión que llegó a las plataformas en España.

Salva tenía grandes planes para esta tercera parte, manifestados en que iba a titularse Cathedral. Por los mediocres resultados, adscritos a la serie B (o C) que ante todo aburre, se nota que al final tiró con lo que pudo para retomar el imaginario. Mejor si lo hubiera dejado estar.

Jeepers Creepers. El renacer, ahora en cartel, constituye un reboot, un reinicio en torno al monstruo en el que Salva no tiene implicación creativa alguna. El director es el finlandés Timo Vuorensola. Resulta evidente que el pasado de Salva chocaba con la vuelta a la figura, de ahí que optaran por la reinvención. Otra cosa es que el giro aplicado sea rematadamente malo.

¿Quieres recibir todos los viernes en tu correo las mejores recomendaciones de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento