El estreno de una secuela o de una nueva versión suele animar a revisar lo anterior, en especial si hablamos de cine de terror. La llegada de Jeepers Creepers: El renacer, más allá de traer a la memoria la oscura figura de Victor Salva, puede activar las ganas de ver la franquicia al completo, tanto la trilogía original de Salva como la cuarta película, el reboot a cargo de Timo Vuorensola. Si te dispones a ello, en este artículo se expone el orden cronológico del imaginario así como se ofrece un repaso crítico del mismo.
1. 'Jeepers Creepers' (Victor Salva, 2001)
Producida por Francis Ford Coppola, la película tiene merecida su etiqueta de título de culto. Ha envejecido bien y desprende una esencia clásica de las que gustan. Muestra cómo el viaje por carretera de dos hermanos (Gina Philips y Justin Long) se torna en horror al encontrarse con un monstruo, una criatura ancestral que despierta cada 23 años para comer durante 23 días. Primero se cruzan con su siniestra furgoneta en la carretera sureña y después descubren su 'casa del dolor', su 'Capilla Sixtina' con cientos de cuerpos en las paredes de los bajos de una iglesia, y se convierten en su objetivo.
Salva exhibe un tratamiento formal más que inspirado como señalan el pasaje en el conducto, la presencia que transmite el monstruo (Jonathan Breck) e imágenes icónicas como las relacionadas con los ojos. El título del filme se debe a la canción antigua que escucha en su visión una sensitiva que alerta a los hermanos acerca del peligro que corren.
2. 'Jeepers Creepers 3' (Victor Salva, 2017)
Los otros dos filmes firmados por Salva son secuelas directas, si bien la tercera entrega aun lo es más, ya que acontece a la mañana siguiente de lo ocurrido en la primera. Un planteamiento que chirría bastante en términos de continuidad por mucho que el epílogo enlace con el autobús atacado por el Creeper en la segunda parte. En esta sensación también influye el diferente aspecto tanto del demonio, que tampoco se comporta igual, como de su furgoneta.
En esta tardía propuesta no queda rastro del cine que había en el díptico original, con un Salva chapucero y desdibujado y condicionado por el bajo presupuesto, base que hace que los escasos momentos de acción rocen lo calamitoso y lo lamentable. La mediocridad expositiva convive con la de un guion que deja en nada todo lo que introduce, principalmente el secreto que esconde el monstruo y que sus rivales descubren (nunca lo mencionan).
Ante todo aburrida, la película presentaba no obstante rasgos que bien abordados revestían su interés: su condición de serie B, el foco en los dos policías veteranos a la caza del mal y el componente de precuela por la influencia dramática de lo acaecido hace 23 años.
3. 'Jeepers Creepers 2' (Victor Salva, 2003)
Esta secuela, también de culto y con Coppola de nuevo implicado como productor, se desarrolla cuatro días después de los hechos de la primera. Al inicio, los jóvenes integrantes del equipo de baloncesto que viaja en autobús oyen en la radio los horrores descubiertos en la zona (el incendio en el que se descubren centenares de cuerpos, los asesinatos en la comisaría).
Es un ejemplo de segunda parte que gana en posteriores visionados. Mantiene la esencia clásica y atrae por su concepto de secuela directa que amplía y coge el relevo desde su condición de variante. La historia se centra en los ataques del depredador al autobús estudiantil (había un capítulo de Los Simpson parecido) y en la manera en que las víctimas afrontan la situación e intentan sobrevivir.
Un foco complementado con el tema de la venganza, ya que un granjero (Ray Wise) busca al monstruo para matarlo tras llevarse a su hijo en un maizal, momento plasmado en el potente prólogo. En esa línea, la obsesión y la espera descritas en el epílogo, que daban pie a una tercera entrega canónica y diferente a la que al final llegó, poseen asimismo su recorrido.
4. 'Jeepers Creepers: El renacer' (Timo Vuorensola, 2022)
El reinicio viene determinado por la ausencia de Salva de la ecuación (también de Jonathan Breck, el actor detrás de la caracterización). No guarda relación con las anteriores, pero el imaginario previo motiva que haya una alusión a que la leyenda local en torno al Creeper dio lugar a que se hicieran tres películas. Un apunte que supone que, aunque vaya aparte, ocupe la cuarta posición en orden cronológico.
El Creeper no levanta el vuelo e incluso se hunde más que en la tercera película en una reinvención que cree que con mezclar ideas nuevas sin criterio basta para una serie B vistosa. La premisa de que el Creeper aparezca en el marco de un festival de cosplay dedicado al terror suena mal, pero el resultado es todavía peor.
A esta base se le añade la cuestión del culto a la entidad maligna y la mirada puesta en la joven embarazada para realizar un ritual. El desarrollo del tramo clave en el marco de una casa encantada de escape room, el pobre tratamiento en lo relacionado con el monstruo (empezando por su cutre diseño), el abuso de la pantalla verde y los pobres efectos digitales completan el desastre.
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