Maternidad y esteroides: la directora de 'Pearl' va al corazón del culturismo femenino

Hablamos con la directora y guionista parisina Elsa Amiel, que presenta un impactante viaje al corazón y músculo del culturismo femenino en 'Pearl'.
'Fotograma de 'Pearl'
'Fotograma de 'Pearl'
Cinemanía
'Fotograma de 'Pearl'

Hay que reconocerle a la debutante Elsa Amiel el valor, e incluso las agallas, a la hora de plantar su cámara en un territorio fascinante y repugnante a partes iguales como es una competición de culturismo para mujeres: “Cuando buscaba un tema para la película quería que tratase la figura femenina planteando una forma de femineidad diferente a lo que estamos acostumbrados a ver", explica la directora-. 

Un submundo insólito y brutal del que se enamoró al primer vistazo: "No me interesaba la imagen que proporciona al espectador el boxeo y su representación del cuerpo de la mujer. Entonces me fijé en las fotografías de Martin Schoeller alrededor del culturismo de alta competición, y quedé trastornada con una mezcla de atracción y repulsión ante esas instantáneas que mostraban la ambivalencia entre lo masculino y lo femenino”.

Y es que Pearl no es solo la crónica de una “feria de sansonas” cualquiera sino, sobre todo, el retrato de una maternidad forzosamente disfuncional e igual de sui generis que su protagonista: “La clave está en mostrar lo que hay detrás de ese amasijo de músculos: un corazón como el de cualquier hijo de vecino. Recuerdo que asistí a diversas competiciones profesionales y vi que podía ir más allá de los estereotipos, sobre todo al conocer a las atletas y comprobar que muchas de ellas eran madres sacrificadas y entregadas que, además, estaban intentando llegar a un ideal de cuerpo humano que realmente nunca se puede alcanzar. Me pareció algo transgresor y un terreno virgen en el cine”, continúa Amiel.

Fotograma de 'Pearl'
Fotograma de 'Pearl'
Cinemanía

La cinta, que fue presentada en el Festival de Sevilla allá por 2018 y que finalmente se estrena en España casi tres años más tarde, puede dejar “tocados” a más de uno y más de una al darle una vuelta de tuerca a varios clichés sobre empoderamiento y exhibicionismo, aunque su responsable confía en que el mensaje cale y nutra en el espectador y espectadora.

“Toda película se hace para llegar al gran público, nunca me he planteado rodar un filme con vocación claramente indie o comercial. Al final es la historia la que se impone y tú te tienes que dejar llevar. Yo misma trabajé mucho tiempo como asistente de directores muy diversos y me gusta ese componente experimental que tiene el cine. Sé que mi filme no es sencillo, pero confío en que sea universal”, afirma.

Por supuesto, es obligatorio mencionar y alabar el trabajo de su reparto, no solo el siempre espléndido Peter Mullan en el papel de entrenador de hierro sino, sobre todo, de la imponente Julia Fory asumiendo todo el peso de la cinta: “Fue un desafío confiar el protagonismo absoluto en una atleta sin experiencia previa en el cine como Julia. Pero demostró tener una gran sensibilidad, inocencia y valentía, incluso cogió rápido las manías de actriz (risas)"

Según la propia cineasta, el rodaje fue complicado porque Fory tenía que mantener su ritmo de entrenamiento, así que tuvieron que adaptarse. "También me sirvió de gran apoyo el compromiso de Peter Mullan, que cuatro años antes de que Pearl tuviera luz verde ya estaba involucrado en el proyecto. Así da gusto”, concluye Amiel.

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