María Lejárraga: conoce a la silenciada escritora feminista a la que plagió Walt Disney

El documental 'A las mujeres de España. María Lejárraga' supone un homenaje a una figura clave de las letras españolas.
María Lejárraga
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Cinemanía
María Lejárraga

La historia de la literatura está plagada de casos de mujeres injustamente silenciadas. Uno de los más sangrantes es el de María de la O Lejárraga, quien en lugar de firmar con su verdadero nombre lo hizo con el de su marido Gregorio Martínez Sierra, al que conoció de forma casual en una verbena celebrada en Carabanchel, y con el que se casó en 1900. 

La única ocasión en que la escritora riojana firmó un escrito con su nombre fue con su debut, Cuentos breves, publicado en 1899, pero el libro despertó muy poco entusiasmo entre sus familiares, quienes no veían con buenos ojos que una mujer se expusiera de ese modo a la mirada del público.

“El hecho de tomar la decisión de ocultar su nombre se debe a la mirada prejuiciosa que había en la época hacia la literatura escrita por mujeres”, explica a CINEMANÍA la cineasta Laura Hojman, que ha recuperado su historia con el documental ficcionado A las mujeres de España. María Lejárraga, que se estrena ahora en cines. 

“Muchas mujeres a lo largo de la historia decidieron firmar sus obras bajo seudónimos masculinos para evitar esos sesgos y poder dar salida a su trabajo en condiciones de igualdad. A María no le interesaba la fama, quería escribir. Gregorio era un gran relaciones públicas y empresario, así que tomaron la decisión de crear esta ‘empresa’ llamada Gregorio Martínez Sierra”, nos cuenta.

Durante años, el tándem que formaban funcionó a las mil maravillas y, aunque su asociación creativa comenzó como una especie de pacto secreto entre María y Gregorio, poco a poco, se fue descubriendo en los círculos más cercanos al matrimonio. “Desde luego, en el ámbito literario era un secreto a voces”, apunta Hojman. 

“Los actores de la compañía contaban que, a veces, tenían que parar los ensayos hasta que ‘la señora María’ enviaba el siguiente acto. Sus amigos y colaboradores eran plenamente conocedores. María viajaba sola con Falla y con Turina para escribir los libretos de sus obras, incluso participaba en la orquestación”, prosigue.

Reivindicación vitalista

A las mujeres de España. María Lejárraga, coproducido por RTVE, rinde homenaje a la poco conocida autora a través de testimonios de mujeres como Manuela Carmena o Rosa Montero, y con la voz de la actriz Kiti Mánver como narradora. “Desde que escribí el guión, tenía claro que, a pesar de ser una historia terrible, tenía que ser fiel a la personalidad de María, que era alegre, divertida, luminosa, vitalista,...”, explica Hojman.

La ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena y Laura Hojman, directora de 'A las mujeres de España. María Lejarraga'.
La ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena y Laura Hojman, directora de 'A las mujeres de España. María Lejarraga'.

“No quería contarla desde un lugar triste, y creo en que un discurso puede ser firme y reivindicativo desde la amabilidad y la belleza. Me imaginaba a María, con esa mirada inteligente y esa risa tan contagiosa, compartiendo estos secretos con el espectador; por eso decidí incluir algunas piezas ficcionadas muy sutiles, con miradas a cámara llenas de complicidad”, afirma.

El documental aborda aspectos curiosos de la figura de una mujer que ha sido víctima del olvido y el desinterés por parte de la historia oficial. Una pionera del feminismo que empezó como maestra, y que durante esa etapa desdeñó las imposiciones de obediencia de la época y estimuló a sus alumnos a expresarse libremente. 

El entusiasmo de Lejárraga por la enseñanza la llevó a fundar y dirigir la Biblioteca Educativa, su amor por la cultura la animó a impulsar la revista modernista Helios, y su compromiso social y político la llevó a fundar la Asociación Femenina de Educación Cívica, a convertirse en sufragista, y a escribir brillantes artículos, ensayos y discursos feministas que, por extraño que pueda parecer, luego pronunciaba su marido.

El final del idilio

En un momento dado, el empresario comenzó una relación paralela con la actriz Catalina Bárcena, y en 1922, año en el que nació la hija que este tendría con Catalina, Lejárraga se separó de él. “María nunca quiso revelar que ella era la verdadera autora de las obras que firmaba su marido”, comenta Hojman, “porque eso habría sido destruir su reputación, y ella, a pesar de la separación, siempre lo quiso mucho". 

"Cuando Gregorio muere, no ratifica en su testamento la autoría de María, algo que sí que había reconocido en un escrito; por lo tanto, ella se queda sin nombre con el que poder seguir publicando, sin su seudónimo, y sin derechos de autor, ya que son heredados por la hija de Gregorio y Catalina Bárcena", explica. La sociedad española de la época no creyó la gran revelación de Lejárraga, que a partir de ese momento recibió bastantes insultos y se convirtió en objeto de burla.

María Lejárraga
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La prolífica dramaturga española también tuvo una intensa vida política. De hecho, tras afiliarse al Partido Socialista Obrero Español, Lejárraga fue elegida diputada a Cortes por la provincia de Granada en 1933. Tras la Guerra Civil, el franquismo decapitó las libertades que habían conquistado las mujeres y Lejárraga, temiendo las represalias de los vencedores de aquel conflicto bélico, optó por exiliarse. 

“El exilio de María fue durísimo, ya que en París estuvo perseguida por la Gestapo por su relación con la República. Esto la llevó a esconderse y a adoptar una identidad falsa. Sobrevivió cosiendo alpargatas y pasó hambre. Mientras tanto, Gregorio estaba en Hollywood adaptando con gran éxito al cine los guiones que María había escrito”, apunta Hojman sobre una mujer que por lo visto fue plagiada por Walt Disney.

¿Plagió Disney a Lejárrega?

Fue a principios de los años cincuenta, cuando la autora viajó a varias ciudades estadounidenses para entrevistarse allí con productores de cine. Lejárraga escribió en esa época una comedia para niños titulada Merlín y Viviana o la gata egoísta y el perro atontado, donde se contaba la historia de un perro que se enamoraba de una gata coqueta, y decidió enviársela al magnate de la famosa empresa del entretenimiento.

La dama y el vagabundo
La dama y el vagabundo
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Un par de meses después, Lejárraga recibió el manuscrito de su cuento, junto a una nota que decía que la productora solamente admitía las obras que habían encargado. Al poco, se estrenó la película La dama y el vagabundo (1955), con el mismo argumento que había ideado la escritora, solo que cambiando a la gata Viviana por una bonita perra de pura raza. 

El nombre de Lejárraga no aparecía por ningún lado, claro. Tiene bemoles que la que hoy muchos consideran como una de las producciones más originales de la época dorada de Disney saliera, en realidad, de la acción de copiar una obra ajena.

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