Los diarios de David Perlov: la vida durante el siglo XX

El cine Zumzeig de Barcelona presenta por primera vez juntos los tres proyectos diarísticos del director brasileño-israelí, un hito del séptimo arte.
David Perlov
David Perlov
Cinemanía
David Perlov

“Mayo, 1973. Me he comprado una cámara. Quiero empezar a filmar, por mí mismo y para mí mismo. El cine profesional ya no me atrae. Busco otra cosa. Quiero acercarme a lo cotidiano. Sobre todo, en el anonimato. Se necesita tiempo para aprender a hacerlo”. Con estas palabras y la imagen de una ventana, abierta al mundo, David Perlov daba inicio a Diary (1973-1983), un proyecto diarístico que, sin saberlo entonces, iba a desarrollarse a lo largo de varias décadas y transformar su trayectoria profesional y la historia del cine.

Han pasado casi 40 años desde ese gesto inaugural de Perlov, pero su vigencia sigue incólume. Hablar en la actualidad de diarios filmados quizá no sea tan novedoso como en los años 70, cuando cineastas experimentales como Jonas Mekas comenzaban a situar el cine en primera persona en la vanguardia cinematográficas, pero los diarios de Perlov van más allá de la poética que practicaba el neoyorquino, porque son, todavía hoy, lo más parecido a acompañarlo en su día a día, a volver a su vida durante el siglo XX.

Si ciertamente es un acontecimiento asomarse a las seis películas que componen Diary, dificilísimas de ver en una sala de cine, por motivos comerciales, pero también por su naturaleza extraordinaria, lo es aún más poder disfrutar de Updated Diary (1990-1999) y My Stills (1952-2002), las otras dos obras que componen el proyecto diarístico de Perlov.

Ahora, en lo que también puede considerarse como una iniciativa histórica, los tres diarios han ocupado la sala Zumzeig de Barcelona. El ciclo Los diarios de Perlov – Poéticas y políticas de lo cotidiano reúne por primera vez y hasta finales de noviembre de 2022 estos tres opus en un mismo programa, auspiciado por la investigadora y programadora Paola Lagos Labbé y que contará con la presencia de la hija del cineasta, la directora y montadora Yael Perlov.

Yael Perlov
Yael Perlov
Cinemanía

El diario que nació de una crisis

Para entender ese gesto tan aparentemente liviano, pero tan político en su fondo con el que Perlov comienza Diary nos situamos en el contexto de la obra de la mano de la experta Paola Lagos Labbé, quien nos recuerda, primeramente, que el proyecto de los diarios nace de una crisis vital. “Él estaba atravesando una depresión que le lleva a autoconfinarse”, subraya.

Diary
Diary
Cinemanía

Ese estado anímico se desencadena a causa de un desencanto profesional: “Perlov llevaba trabajando en Israel desde los años 50 y había sido absorbido por la industria del cine israelí que le había situado como cineasta oficial y, por tanto, le exigía un tipo de cine afín a los cometidos del incipiente estado de Israel”, explica la investigadora. “Pero él estaba por la labor de hacer un cine más libre e independiente”, continua.

Antes de instalarse en Israel en 1958, Perlov, nacido en Brasil en 1930, había vivido en París, adonde emigró para estudiar Bellas Artes, y había aprendido cine bajo la tutela de Henri Langlois, trabajando como su asistente en la legendaria Cinémathèque Française. Su película A Jerusalem (1963), influida por la Nueva Ola francesa, anunciaría la aparición del cine israelí moderno, pero hacia los años 70 muchos de sus proyectos personales fueron rechazados.

“Perlov se encuentra con estas constricciones por parte del aparato israelí y decide renunciar a eso, pero no decide renunciar a filmar”, comenta Lagos Labbé. “Sigue filmando desde sus posibilidades, desde la resistencia y lo barato, que era básicamente enclaustrarse en su piso y filmar su vida”.

Lo íntimo y lo público, lo doméstico y lo histórico

“Existe un péndulo constante en los diarios de Perlov: está lo privado y lo familiar, pero también lo público y lo histórico”, cuenta la programadora, quien continúa: “No recuerdo algún otro diario que disuelva tan radicalmente los límites entre lo privado y lo público”.

Los diarios de Perlov
Los diarios de Perlov
Cinemanía

Los diarios de Perlov no son solo un recorrido por su vida privada en un ejercicio de introspección inusual, sino que sus imágenes y sus reflexiones están íntimamente entrelazadas con la historia del estado de Israel.

El primer capítulo de Diary aborda la Guerra del Yom Kippur de 1973, en la que Siria y Egipto se enfrentaron a Israel, por ejemplo, entre otras acciones políticas y bélicas controvertidas. “Perlov es un agente muy crítico con las intervenciones del estado y critica también la guerra del Líbano, la masacre de Shabra y Satila”, comenta la experta. “Es un hombre de tendencias socialistas, pacifista y que en manifiesta en sus películas una postura política muy clara”.

Los diarios, sin embargo, tampoco pretenden ser una crónica de hechos históricos narrados cronológicamente y en paralelo a los estados de humor del cineasta. A través de la ventana del piso 14 del edificio de Tel Aviv donde vivía, Perlov observa el mundo y reflexiona sobre todo lo que sucede fuera de las cuatro paredes que lo acogen. “Los diarios son siempre un puente hacia el exterior, hacia los otros”, reflexiona Lagos Labbé.

El tono de Perlov, por ello, se aleja de la clase magistral. Los diarios son películas tan complejas como acogedoras, que abordan conflictos contemporáneos desde la mirada del hombre común. “Los diarios hablan de problemáticas como la migración o el exilio con los que es fácil identificarse”, cuenta Lagos Labbé, adelantando el que es uno de los grandes temas del proyecto: el exilio.

Tel Aviv, París, Belo Horizonte, Río de Janeiro, Sao Paulo… Perlov elabora en los diarios un mapa migratorio que ayuda a comprender el pesar de quien se siente extranjero en todas partes. “Está esa constante danza de distancias en las que se vive el desarraigo” y “esa voluntad de echar raíces en un sitio”, añade la investigadora.

Para la experta, estas películas son quizá uno de los ejemplos más poderosos del cine-ensayo: “En los diarios confluyen el diario de viaje, el autorretrato, el cine doméstico y amateur, y también son diarios sobre el cine, que reflexionan sobre el propio quehacer cinematográfico”.

Los diarios de Perlov
Los diarios de Perlov
Cinemanía

Un proyecto de 50 años

Updated Diary y My Stills dan continuidad al primer proyecto diarístico de Perlov, que concluye en 1983. Los tres diarios abarcan prácticamente toda la segunda mitad del siglo XX, ya que Updated Diary cubre toda la década de los 90 mientras que My Stills comienza en 1952 y finaliza un año antes de morir, en 2002.

Su alcance como documento histórico es indudable. En Updated Diary se recoge el devenir político de Israel con la llegada de Benjamín Netanyahu y la toma de postura al respecto de Perlov. My Stills incluye el gran acontecimiento con el que finalizaría el siglo XX: el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001.

“La propuesta de los diarios Perlov es única, por su complejidad y por todo el tiempo que abarca”, recuerda Lagos Labbé.

Hay un último aspecto importante sobre los diarios que no habría que pasar por el alto, y es la manera en que también reflejan los cambios tecnológicos a la hora de filmar. En Updated Diary, Perlov utiliza el vídeo en sustitución de la cámara de 16 mm, mientras que My Stills “es una película-ensayo que no solamente da cuenta de la vida interna y externa del cineasta, sino que genera una serie de relaciones entre la imagen fija y la imagen en movimiento, entre sus propias fotografías y el cine”.

Los diarios de Perlov
Los diarios de Perlov
Cinemanía

Paola Lagos Labbé tiene clara la condición de pionero de Perlov en este campo. “En Updated Diary se está preguntando constantemente cómo filmar con esta nueva herramienta, que es el vídeo. Vemos un aprendizaje. No sé qué hubiera hecho con el móvil como cámara de filmar, probablemente hubiera acogido esta tecnología con curiosidad, porque no era nada purista y siempre filmó con lo que tenía a mano”.

No obstante, la investigadora cree que Perlov hubiera sido crítico con la sobreexposición actual de imágenes, que, según ella, tienen más que ver con la idea de mostrarse a uno mismo haciendo cosas, “con una exhibición pornográfica de la vida”. “Él siempre rehusó ese tipo de representación de la vida”, añade.

“Lo entendería, porque era un tipo muy contemporáneo, pero se preguntaría, como de hecho se interroga en Diary, si los jóvenes son capaces de comprender que el cine no es un evento social, que da lo mismo la alfombra roja y que las imágenes tienen la responsabilidad de hacerse preguntas y ser críticas frente a la realidad”, concluye. 

Han pasado más de veinte años del último de los diarios del brasileño-israelí, pero para Lagos Labbé todas estas encrucijadas de la imagen contemporáneo recuerdan la vigencia del proyecto de Perlov.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento