A la luz de los últimos acontecimientos ocurridos en la vida de la actriz Amanda Bynes, quien debía ser internada en un centro psiquiátrico después de sufrir un brote psicótico y pasearse desnuda por Los Ángeles, han sido muchos los que han querido mandar un mensaje de ánimo a la estadounidense, quien continúa luchando contra sus problemas mentales.
Los últimos en hablar sobre ello han sido Kel Mitchell y Kenan Thompson, sus compañeros en la serie de Nickelodeon Todo eso y más, quienes echaban en falta a la intérprete en una reunión reciente de los protagonistas de esta ficción, casi 30 años después de su estreno.
"He estado rezando por ella", señalaba Mitchell sobre Bynes. "Es increíble ver que lo está haciendo mejor. Lo cual es genial. Seguimos rezando por ella en su viaje y esos rezos han sido respondidos con que ella lo esté haciendo mejor". Unas palabras que también apoyaba en la misma entrevista Thompson.
La actriz iba a formar parte de este reencuentro, pero debía ausentarse finalmente por una "enfermedad desconocida", que ahora cobra sentido con los nuevos sucesos. Una reunión a la que sí que acudían también Danny Tamberelli y Lori Beth Denberg.
"¿Sabes lo que era surrealista? Escuchar esas historias que cuenta la gente sobre cómo la serie tocó sus corazones en los 90 y todavía recibir ese amor. Cómo ellos han estado introduciendo a sus amigos y luego también cómo lo hacen con sus propios hijos, lo que es tan asombroso", añadía Mitchell sobre la serie que le granjeó una gran popularidad.
Los problemas de Amanda Bynes
La norteamericana, de 36 años, que se dio a conocer por sus papeles como estrella infantil en programas como The Amanda Show, y películas como Ella es un chico o Un sueño para ella, comenzó su declive en 2010. Ese mismo año, la intérprete protagonizó una portada en lencería y confesó que no amaba actuar, negándose a aparecer de nuevo en pantalla. Esto sorprendió mucho a sus fans, puesto que acababa de participar en la exitosa Rumores y mentiras. Su último papel.
En 2012, la actriz causó un accidente de tráfico al haber consumido alcohol, un hecho que junto con su consumo recurrente de drogas hizo que saltaran las alarmas. Finalmente, su ingreso en un centro psiquiátrico sacó a la luz los graves problemas de Bynes, que se sinceraba denunciando los abusos sexuales, físicos, y verbales que sufrió por parte de su padre durante su juventud, así como sus adicciones y sus problemas de salud mental.
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