Lana Clarkson, la Reina Bárbara que fue asesinada por Phil Spector

El legendario productor de música falleció ayer, luego de haber pasado doce años en prisión por el asesinato de la actriz.
Lana Clarkson como 'La Reina de Barbaria'
Lana Clarkson como 'La Reina de Barbaria'
Lana Clarkson como 'La Reina de Barbaria'

La reciente muerte de Phil Spector ha motivado un problemático dilema entre los medios a la hora de cubrir la noticia y elegir un titular que intente resumir la importancia de su figura, y este es la conveniencia de señalar rápidamente en qué circunstancias tuvo lugar este fallecimiento. El célebre productor de música murió a los 81 años tras haber contraído el COVID-19, algo que fue anunciado por el servicio de Penitenciarías de California ya que el óbito se había producido en el hospital al que Spector había sido trasladado desde la cárcel, donde Spector llevaba cumplidos 12 de los 19 años que contemplaba su condena por el asesinato de Lana Clarkson en 2003.

El verano de ese mismo año, Robert Sam Anson publicaba en Vanity Fair un extenso reportaje reconstruyendo los trágicos acontecimientos de la madrugada del 3 de febrero de 2003. Su título era Legend with a Bullet, y el enfoque escogido aludía a la caída a los infiernos que había venido experimentado este productor estadounidense desde la década de los 80, cuando hizo de la grabación de Death of a Ladies’ Man un infierno para Leonard Cohen. El cantautor refirió entonces cómo Spector se pasaba las jornadas con una pistola en la mano, y el citado reportaje optaba por erigirlo como protagonista, encuadrando el asesinato de Lana Clarkson como una consecuencia final de un camino hace tiempo torcido. Phil Spector, dirigida por David Mamet en 2013 para HBO, hacía algo parecido.

En este telefilm Al Pacino encarnaba al productor de éxitos como Let it Be o River Deep, Mountain High, reforzando una narrativa que por momentos reducía la figura de Lana Clarkson a la de un daño colateral; el exceso definitivo dentro de la gran tragedia de Phil Spector. A la muerte de este, sin embargo, se han erigido múltiples voces exigiendo que esta actriz norteamericana no vuelva a ser excluida, ni sea olvidada a la hora de calibrar el difícil legado de un genio de la música, pero también un asesino. Quizá sea un momento adecuado para recordar, por tanto, quién era Lana Clarkson más allá de su condición de víctima.

La reina de la Serie B

Lana Jean Clarkson nació el 5 de abril de 1962 en Long Beach, California. La vida de la futura actriz y modelo nunca se alejaría demasiado de estos parajes, siendo criada durante su niñez en las colinas de Sonoma County y, una vez falleció su padre, instalándose con su madre y hermanos en el valle de San Fernando, región de Los Ángeles. Viviendo tan cerca de la meca del cine no era de extrañar que rápidamente abrigara el deseo de dedicarse a la actuación, y una vez se mudó a la ciudad a principios de los años 80 obtuvo su primer papel en todo un clásico de la época: Aquel excitante curso, dirigida en 1982 por Amy Heckerling.

Escrita por Cameron Crowe basándose en sus propias experiencias, Aquel excitante curso relataba las desventuras de un grupo de adolescentes donde destacaban los personajes de Sean Penn y Jennifer Jason Leigh. Clarkson, con los veinte años cumplidos, no encarnó sin embargo a ninguno de estos estudiantes, poniéndole rasgos a la esposa del profesor Vargas (Vincent Schiavelli). Justo un año después tendría oportunidad de ejercer de extra en El precio del poder, al ser seleccionada como extra para aparecer junto a Steven Bauer en una escena, siendo estas prácticamente sus únicas incursiones en el cine de presupuesto más o menos alto. Y es que fue por entonces cuando el legendario productor Roger Corman se fijó en ella.

En el mismo 1983 Clarkson apareció en El último guerrero, dirigida por James Sbardellati, como el interés amoroso el protagonista que interpretaba Rick Hill. Este film de Serie B adelantó las claves en las que se moverían a partir de entonces los proyectos de Clarkson: fantasías medievales donde la actriz aparecía de forma muy sexualizada, sin que eso impidiera que de vez en cuando pudiera empuñar la espada. Como hizo, precisamente, con su primer papel protagonista en La Reina de Barbaria, dirigida por Héctor Oliveira en 1985 y auspiciada igualmente por Corman, quien desde entonces siempre defendió que la Amethea que encarnaba la actriz había sido “la Xena original”, antes de que Lucy Lawless encarnara a este personaje en la serie de los 90.

Fotograma de 'La Reina de Barbaria'
Fotograma de 'La Reina de Barbaria'

A mediados de la década Clarkson se puso a las órdenes de Tom Holland (director de Noche de miedo y Muñeco diabólico) para protagonizar el episodio de Cuentos asombrosos titulado Señorita calculada. Consiguió igualmente un pequeño papel en Amazonas en la luna, inclasificable proyecto cómico que tenía a bordo a los cineastas John Landis, Joe Dante o Carl Gottlieb (1987), y también coprotagonizó Los hechiceros del tiempo perdido II y El hechizo de Morella, ya entrada la siguiente década. En el 92 La Reina de Barbaria conoció una secuela directa al mercado doméstico que en España conocimos como La reina bárbara, y en 1996 Clarkson realizó su última colaboración con Corman.

Fue en el marco de Vice Girls, donde en compañía de Liat Goodson y Kimberley Roberts interpretaba a una policía que se tenía que hacer pasar por stripper para cazar al asesino. En efecto, buena parte de la carrera de Clarkson se desarrolló dentro de los márgenes de la Serie B y de propuestas consagradas a su físico, suponiendo habitualmente películas de alto contenido erótico que provocaron, avanzados los años 90, que a la actriz le costara salir de este encasillamiento.

Lana Clarkson en 'Vice Girls'
Lana Clarkson en 'Vice Girls'

Los años de decadencia

Más allá del cine, Clarkson también obtuvo pequeños papeles en proyectos televisivos como la serie Medias de seda o Black Scorpion, remake de la película homónima del mismo Corman que se estrenó en 2001. Antes de que su carrera en el audiovisual quedara estancada, sin embargo, la actriz había sido voluntaria en la organización benéfica contra el SIDA Project Angel Food y viajado por el mundo como modelo, al tiempo que su protagonismo en algunos de los citados films de fantasía le convertían en una visitante asidua a las convenciones de fans, donde mantenía una estrecha relación con sus seguidores y se pasaba el día firmando autógrafos.

Pese a todo, Clarkson siempre fue consciente de las limitaciones creativas que imponían los personajes que solía interpretar, cultivando en secreto la ambición de convertirse en humorista. Cuando a finales del milenio ya la era imposible conseguir papeles, la obsesión de Clarkson por la fama empezó a pasarle factura, moviéndole a crear una página web donde vendía los DVDs autografiados de sus películas y, en 2001, a producir un vídeo llamado Lana Unleashed que quería servir como muestra de las habilidades que aún no le habíamos visto ostentar en pantalla.

Lana Clarkson
Lana Clarkson

Según se dijo al hilo del juicio contra Phil Spector, fueron los años en que Clarkson llegó a ejercer la prostitución de lujo con el nombre de Alana. Y, sí, fue por entonces cuando entró a trabajar como camarera en el House of Blues, sala de Los Ángeles donde conociera a Phil Spector. En la noche del 2 de febrero el productor habría entrado ruidosamente en el establecimiento, y ante los intentos de la seguridad del local por echarle Clarkson habría exclamado “Pero, ¿no lo conocéis? Es Phil Spector”. La actriz era una gran admiradora de quien trabajara con los Beatles, los Beach Boys o Tina Turner, y ambos hicieron de inmediato buenas migas, acaso por las cosas que tenían en común sus hundidas trayectorias.

La velada acabó en la inmensa casa de Spector, donde en plena madrugada su chófer oyó disparos y acto seguido vio al productor salir de ahí mientras musitaba “creo que la he disparado”. Clarkson fue encontrada con una bala en la boca, pero Spector no tardó en desdecirse de su confesión inicial: pagó inmediatamente un millón de dólares para salir de la cárcel, y una vez en el tribunal no dejaría nunca de defender que había sido “un suicidio accidental” y que la actriz “había estado besando su pistola”.

Phil Spector durante el juicio por el asesinato de Lana Clarkson
Phil Spector durante el juicio por el asesinato de Lana Clarkson

La defensa consiguió que el juicio fuera declarado nulo en 2007, pero dos años después Spector fue finalmente declarado culpable y enviado a prisión. Durante los meses que duró el proceso Ronnie Spector, su exmujer y cantante de las mismas Ronettes que se habían beneficiado del célebre “muro del sonido” acuñado por el productor, admitió que Phil le había amenazado repetidas veces con la pistola, pero que nunca habría creído que fuera capaz de matar a nadie. “Tengo una personalidad bipolar, lo cual es extraño. Soy mi peor enemigo. Tengo demonios dentro que luchan contra mí”, llegó a declarar el acusado. 

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