Joaquín Reyes: "Cuando empecé en 'Camera Café' pasé de 'La hora chanante' a compartir sala de maquillaje con María Teresa Campos y Jorge Javier"

¿Qué supuso Camera Café, la serie, en tu vida y en tu carrera?

Imagínate lo que supuso para mí. Cuando me llamaron estábamos haciendo La Hora Chanante, era lo primero que me ofrecían fuera de Paramount y además con una vocación mainstream. La serie fue un bombazo y profesionalmente aprendí muchísimo

¿Cuál es tu recuerdo favorito de aquellos años?

Para mí era un contraste muy grande pasar de nuestra pequeña producción a los platós de Tele 5; compartiendo la sala de maquillaje con María Teresa Campos y Jorge Javier Vázquez. Me sentía una especie de inflitrado.

¿Por qué crees que tuvo tanto éxito y caló tanto entre los espectadores?

Varias razones: Los guiones eran geniales, estaba muy bien dirigida, el casting era increíble… había mucho talento. Además, el ser una tira diaria, con capítulos cortos, que se emitía a la hora de la cena ayudó a fidelizar la audiencia. Y lo sencillo del formato: una cámara fija situada en (una supuesta) maquina de café… el espectador tenía la sensación de espiar a esos trabajadores, de observarlos desde un lugar privilegiado.

¿Qué es lo más gracioso que te han dicho por la calle sobre tu personaje o la serie?

¡Échate un café!

¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje?

Richar es un informático con el síndrome de Peter Pan; para mí era un “caramelito” interpretarlo.

¿Qué pensaste cuando te propusieron Camera Café, la película?

Tenía conocimiento del proyecto y de las dificultades que tenía adaptarlo al cine. Cuando finalmente recayó en nuestras manos la escritura del guión, nos propusimos tres cosas: Que a pesar de ser una película coral había que centrar la historia en un personaje, que debía transcurrir sobretodo en la oficina y que hubiera mucha acción; todo esto sin dejar de ser fieles al formato.

¿Cómo fue el reencuentro entre todo el reparto?

Fue muy emocionante rencontrarse con compañeros que hacía mucho tiempo que no nos veíamos y comprobar que, a pesar de los años, seguíamos “casi” igual.

¿Qué sentiste al volver al pasillo de la máquina de café? 

Para mí la sensación fue como volver al mismo pasillo, se me puso el vello de punta.

¿Era la oficina cómo la imaginabas cuando rodabais la serie?

Si, porque no queríamos que hubiera nada que la localizase temporalmente… como si los personajes estuvieran detenidos en un tiempo indefinido.

¿Fue fácil volver a encarnar a tu personaje?

Fue un reto mayúsculo volver a encarnar al Richar, muchos matices [risas].

¿Habías conservado algo de tu personaje (vestuario, accesorios...)?

Las gafas y algunas de sus zapatillas.

Tu amigo y compañero en La hora chanante Ernesto Sevilla dirige la película. ¿Cómo lo describirías como director?

Es un pedazo de director, con una gran cultura cinematográfica y las ideas muy claras (además sabe muchísimo de comedia). Tiene mucha mano con los actores, dejándoles proponer ideas. Y luego, claro, llevamos tanto tiempo juntos que con una mirada nos entendemos.

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