El peluquero que dirigió la película porno más elogiada de todos los tiempos

Inventó el porno chic y dirigió la mítica 'Garganta profunda', con fans como Truman Capote o Jackie Kennedy.
El director de cine Gerard Damiano
El director de cine Gerard Damiano
Cinemanía
El director de cine Gerard Damiano

"¡Las tetas venden entradas! ¡Nunca he conocido a una estrella del porno que tenga las tetas pequeñas!". Al gangster y productor Butchie Peraino no le acababa de convencer Linda Lovelace, la esbelta actriz que Gerard Damiano había elegido para protagonizar su película Garganta profunda. 

Así que, ni corto ni perezoso, el cineasta envió a la chica al despacho de Butchie para que le demostrara sus dotes de felatriz. Satisfecho, el mafioso la contrató por 1200 dólares. Un pellizco para la época, pero una miseria si tenemos en cuenta que Garganta profunda recaudó 600 millones de dólares: una fortuna que acabó en las arcas del crimen organizado.

Gerard Damiano nació en Nueva York en 1928, en el seno de una familia católica de origen italiano. Durante su juventud, fue limpiabotas, marino y técnico de rayos X. Después, se casó y montó una peluquería, donde los chismorreos lúbricos de las clientas le dieron la idea de hacer porno. 

Cómo se rodó 'Garganta profunda'

En 1969 empeñó su negocio y, tras aprender los rudimentos del cine, se puso a rodar largometrajes eróticos en 16mm. En 1972, filmó Garganta profunda, la disparatada y morbosa historia de una mujer que tiene el clítoris en la garganta y solo puede alcanzar el orgasmo practicando sexo oral. La película se estrenó en 300 salas y el Gobierno intentó prohibirla, desencadenando una polémica que la convirtió en taquillazo. 

Póster de 'Garganta profunda'
Póster de 'Garganta profunda'
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Encumbrada por la crítica como “la mejor película porno jamás rodada” y elogiada por celebridades como Truman Capote, Warren Beatty, Jackie Kennedy, Frank Sinatra, Shirley McLane o Jack Nicholson, Garganta profunda fue todo un fenómeno cultural y, a la postre, la producción más rentable de la historia del cine. 

Aunque Damiano no se hizo rico con la película, su éxito le permitió seguir haciendo cine erótico de calidad: “Lo más importante en mis películas consiste en crear una situación en la que el sexo intervenga de forma natural”. 

Bajo esta premisa rodó 52 títulos, entre los que destacan el melodrama sartriano El diablo en la señorita Jones (1973), la fantasía sadomasoquista The Story of Joanna (1975) o la extravagancia Let my Puppets Come (1976), donde las escenas de sexo son perpetradas por marionetas.

A partir de 1982, Damiano se adaptó a los tiempos, dirigiendo películas donde pesaban más las tetas que los guiones. Convencido de que el video había matado a la estrella del porno, se retiró en 1994, aunque en 2005 intervino en el documental Dentro de Garganta profunda. Tres años después, murió de un derrame cerebral. 

En el funeral, su primogénito reveló la opinión que él y sus hermanos tenían de su padre: “Aunque no nos dejaba ver sus películas, sabíamos que era director de cine y nos sentíamos muy orgullosos de él”.

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