Florence Pugh admite lo que ninguna estrella cuenta de las alfombras rojas: "Es realmente duro"

La actriz se sincera sobre los sufrimientos en torno a la percepción pública de su físico.
Florence Pugh
Florence Pugh
Florence Pugh

El año pasado, durante un desfile de Valentino en la Semana de la Moda de Roma, la figura de Florence Pugh se vio inmersa en la polémica. La actriz de Oppenheimer apareció en el evento con un vestido semitransparente con el que se le veían los pezones, algo que dio permiso a ciertas voces de comentar su físico y la elección de su indumentaria. Pugh dijo poco después: “Ha sido interesante ver y presenciar lo fácil que es para los hombres destrozar el cuerpo de una mujer: pública, orgullosamente, para que todo el mundo lo vea”.

La actriz sufría la hipervisibilidad de las mujeres en la tribuna pública: un tema sobre el que ha tenido tiempo de reflexionar desde entonces. Parte de estas reflexiones las ha compartido con Jodie Turner-Smith en Elle UK, recordando Pugh cómo en los inicios de su carrera quedó aterrada por la dinámica de las alfombras rojas: “Cuando empecé a participar en alfombras rojas fue realmente duro. Tardas años en sentirte cómoda con 50 hombres gritando ‘¡foto, aquí!’ En los últimos años me he sentido más segura, y creo que eso está muy relacionado con la ropa que llevo. Cuanto más disfrutas, más se da cuenta la gente de que disfrutas”.

Desde entonces, Pugh ha sorprendido en cada evento o entrevista por la tranquilidad con la que habla de su físico, y los escenarios tan ingratos a los que esto puede llevarle. “Hablo como hablo sobre mi cuerpo porque no intento esconder la celulitis de mi muslo o el pliegue entre mi brazo y mi pecho; prefiero enseñarlo”. En esta actitud fue clave lo que ocurrió en Roma. “Cuando pasó todo lo del vestido rosa de Valentino hace un año, mis pezones se veían a través de una tela y eso molestó a la gente”.

“Es la libertad lo que le da miedo a la gente; el hecho de que estoy cómoda y feliz. Hacer daño a las mujeres comentando sus cuerpos ha funcionado durante mucho tiempo”, explica la actriz. “Creo que ahora estamos en este momento en el que mucha gente dice ‘me importa una mierda’. Por desgracia, nos aterra tanto el cuerpo humano que no podemos ni ver dos pequeños pezones por detrás de una tela en una forma que no sea sexual. Necesitamos seguir recordándole a la gente que hay más de una razón por la que existen los cuerpos de las mujeres”.

Pugh asegura que tras la polémica se encontró con el apoyo de muchas mujeres, así como su aplauso. “Les atraía que estuviera completamente feliz. Ha sido un aspecto fundamental de mi carrera y mi vida: aceptar quién soy y no huir de eso”. En el pasado, Pugh ha reconocido que justo cuando empezaba a ser actriz (antes de la consagración que supuso Lady Macbeth) este tipo de presiones le hicieron pensar que había sido un “error enorme” querer dedicarse a la interpretación.

“Todo lo que querían cambiar sobre mí, mi peso, mi look, la forma de mi cara, la forma de mis cejas... eso no era lo que quería hacer o la industria en la que quería trabajar”. Por suerte, Pugh ha descubierto cómo lidiar con todo ello. 

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