Final explicado de 'Tin & Tina': qué pasa con Lola (Milena Smit) y sus dos hijos diabólicos

Las críticas dispares hacia el filme de terror Tin & Tina no han impedido un aluvión de visualizaciones en su desembarco en Netflix España, convirtiéndose en el título más visto estos días. Entre niños que parecen recién salidos de El pueblo de los malditos, canciones de los años 80 y dosis de violencia, esta producción dejaba perpleja a una numerosa cuantía de espectadores con su final. 

Tin & Tina llegaba a las salas de cine españolas el pasado mes de marzo, donde se perdía en la inmensidad de la cartelera. El filme, basado en el cortometraje homónimo previo del cineasta Ruben Stein, ha contado para esta versión con los actores Jaime Lorente (La casa de papel), Milena Smit (La chica de nieve), Anastasia Russo (Historias para no dormir) y Carlos González Morollón (Padre no hay más que uno).

El largometraje narra la historia de Lola (Smit), una mujer que decide adoptar a un niño junto a su marido, Adolfo (Lorente), después de sufrir varios abortos. Entre los pequeños acogidos por las monjas, los protagonistas conocen a Tin y Tina, dos criaturas angelicales, extrañas y obsesionadas con la religión, por las que ella se siente tremendamente atraída. Pese a la disconformidad de su esposo, estos acaban adoptándolos y llevándoselos a su hogar, donde no tardan en descubrir algunos de sus juegos más sádicos.

El desenlace de Tin & Tina mostraba la progresión hacia el mal de los dos pequeños angelitos de la casa, interpretados por Russo y González Morollín, que finalmente decidían dar rienda suelta a toda su mala leche. 

Final explicado de 'Tin & Tina', la película en Netflix

Después de que los dos hermanos rubio platino y su exacerbada fe religiosa estén detrás del asesinato al perro y pongan en peligro al inesperado recién nacido de Lola y Adolfo, al que intentaban bautizar en la piscina, el patriarca devuelve a ambos al orfanato del que proceden y quema su Biblia, renunciando a cualquier atisbo de catolicismo

Un mes después de estos acontecimientos, Lola se siente culpable y discute sobe ello con Adolfo en el coche de regreso a casa. En su hogar, una avería en la antena le obliga a él a subir al tejado para arreglarla, donde recibe una descarga y cae a a plomo al suelo donde fallece, mientras todo comienza a incendiarse. 

Después de descubrir lo que ha sucedido, Lola intenta poner a salvo a su pequeño, pero no lo encuentra en la cuna. En este momento de máxima incertidumbre y verdadero pavor, la joven decide acudir al macabro juego de sus hijos adoptivos para ver a Dios mediante la asfixia y el bebé reaparece. 

¿Ángeles, demonios o psicópatas?

Este suceso 'milagroso' provoca que la mujer recupere la fe en Dios, después de que cure sus heridas y descubra qué ha sucedido. Cuando la monja le cuenta que los niños aparentemente estuvieron toda la noche en el orfanato, su vida da un vuelco y decide criar a los tres niños juntos, con un amor inmenso hacia el Señor.

En este momento se abren tres posibles vías de lo que realmente ha ocurrido. Mientras que algunas teorías apuntan a que realmente estos pequeños podrían actuar como ángeles crueles enviados por Dios o incluso como diablos enviados por Satán, la hipótesis más coherente desembocaría en el papel responsable de los pequeños en esta tragedia. 

Ambos conocían el camino de regreso al hogar de sus padres adoptivos y creían en la posibilidad de que Lola abrazara la fe, mientras su enemistad con Adolfo era cada vez más patente. Por ello, la posibilidad de que ambos hubieran actuado para dinamitar estos sucesos y causar una fe renovada en la madre es la opción más plausible, más allá de que la disyuntiva fantástica. 

 ¿Ángeles, demonios o simplemente dos perversos psicópatas? Un final para todos los gustos y que, en cualquier caso, cambiará en torno a la propia perspectiva del espectador que vea la película. 

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