[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE POBRES CRIATURAS]
El cine de Yorgos Lanthimos es, por definición, impredecible. El cineasta griego tiene una visión muy personal y única, que se modifica y adapta a cada nuevo proyecto que nos presenta. Canino (2009) lo catapultó, Langosta (2015) lo puso en la esfera hollywoodiense, La favorita (2018) lo acercó a una audiencia más mainstream y Pobres criaturas lo ha confirmado como autor infalible.
En este viaje iniciático y de maduración de una mujer, encuentra una vez más en Emma Stone a su mejor aliada. Sin duda, Bella Baxter es la actuación más extrema y sobresaliente de la actriz, que también firma como productora. Stone parte como favorita para alzarse con el que sería su segundo y merecidísimo Oscar el próximo 10 de marzo; no en vano ella, radical e hipnótica, es el corazón de Pobres criaturas.
Pobres criaturas es una travesía visual en contenido y forma, un cuadro surrealista pasado por el ojo de pez y transiciones del blanco y negro al color que formula una fábula frankensteiniana sobre la libertad femenina. Y si bien Stone es el centro de todo, convergiendo lo absurdo y lo dramático sin caer en el histrionismo exacerbado, cambiando con sus movimientos y su vocabulario de niña a mujer, la acompañan unos Willem Dafoe y Mark Ruffalo casi tan apabullantes como ella.
Tal vez el trabajo más sorprendente sea el de Ruffalo, en un personaje totalmente opuesto a los que acostumbra a hacer. El actor se quita el título de hombre adorable abrazando un cambio de registro drástico en la piel de un sinvergüenza patético. Y qué bien lo hace...
Basada en el libro de Alasdair Gray y con guion de Tony McNamara, que ya colaboró con Lanthimos y Stone en La favorita, Pobres criaturas sigue a Bella Baxter (Stone), una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter (Dafoe). Cuando Duncan Wedderburn (Ruffalo) aparece en su vida, Bella se lanza al mundo en busca de conocimiento y libertad, emprendiendo una aventura por diferentes países, ajena a los convencionalismos.
'Pobres criaturas': final explicado
Durante el periplo de Bella, somos testigos del crecimiento de la protagonista. Viaja a Lisboa con Wedderburn y vive su despertar sexual, pero, cuando este la quiere encerrar, considerándola su posesión, abre los ojos a los horrores del espíritu humano en un barco que desembarca en Alejandría. Tras esta pérdida de la inocencia, llega a París, su paso a la adultez desde un prostíbulo.
El viaje finaliza con su regreso a Londres y la sanación del vínculo con su figura paterna. La razón de su vuelta no es otra que el delicado estado de salud de Godwin Baxter, que está muriendo a causa del cáncer: en la ciudad británica, debe confrontar a su 'padre' por su creación, a la vez que se enfrenta al pasado de la mujer a la que pertenecía su cuerpo.
Pero vayamos por partes. En el acto final de Pobres criaturas, Bella regresa a Londres y descubre que Godwin ha creado a otra mujer adulta con celebro de bebé, igual que ella, llamada Felicity (Margaret Qualley). Es entonces cuando descubre su origen, cómo tiene el cuerpo de la madre que se lanzó al río y el celebro del bebé que esta llevaba en el vientre.
En su afán por ayudar a otras personas, decide valerse del conocimiento que ha adquirido de Godwin y convertirse en doctora. Además, y pese a que muchos la tratan con desprecio por haberse prostituido en París, Max McCandless (Ramy Youssef) sigue queriendo casarse con ella, por lo que asistimos al enlace de la pareja. Pero justo cuando están por contraer matrimonio, aparece Alfie Blessington (Christopher Abbott) para impedirlo.
¿Y quién es Alfie Blessington? El marido de Victoria, la mujer a la que pertenecía el cuerpo de Bella y que se suicidó. Alfie irrumpe acompañado de Duncan, que lo ha conducido hasta Bella. La protagonista acepta irse con Alfie, deseosa de entender quién era Victoria y por qué se sentía tan infeliz. En la mansión de la pareja, descubrimos que Alfie, un ser déspota con sus empleados, quiere a su esposa confinada y enfocada en tener más hijos, y encima pretende cortarle el clítoris.
Así, Lanthimos traza con agudeza otro retrato sobre la masculinidad frágil tratando de controlar a la mujer, imponiendo su dominio y cortando la libertad de Bella, privándola de su placer. La protagonista aborda la última etapa de emancipación neutralizando con veneno a un Alfie armado.
A lo largo de este viaje de autoconocimiento que es Pobres criaturas, Bella no ha parado de luchar contra las fuerzas masculinas que trataban de apresarla y apoderarse de ella, desde Max (de forma más liviana) hasta Duncan y Alfie. En cada ocasión, la protagonista aprende a contraatacar, primero desde el ímpetu juvenil y después desde la determinación adulta, hasta erigirse dueña de su vida.
En los últimos minutos de filme, vemos cómo Bella lleva el cuerpo de Alfie al laboratorio de Godwin para operarlo, ya que su objetivo no es matarlo. Godwin fallece, pero Pobres criaturas tiene un final feliz: en una última escena bucólica en el jardín de la casa del doctor, vemos a la protagonista con Toinette (Suzy Bemba), su compañera y amiga socialista en París, Max y Felicity.
¿Y dónde está Alfie? En el jardín, pero con otro cuerpo. Su celebro ha sido introducido en el cuerpo de una cabra. Así, Bella se despide triunfal, abrazando la madurez y la libertad que tanto han intentado arrebatarle. Pobres criaturas no es sino la travesía hacia la emancipación e independencia de una mujer.
'Pobres criaturas': significado del final
Bella, como todos los humanos, nace dependiendo de otros seres, pero entonces emprende un viaje vital hasta terminar defendiéndose por ella misma y ayudar a otros, un crecimiento que, en este caso, ocurre rápidamente, de forma acelerada, dejando en evidencia el talento de Stone para abordar un papel que transita toda una vida en poco tiempo.
La independencia del personaje se demuestra con tino a través de diversos aspectos, como cuando se rebela contra la represión sexual. Pese a aprender a adaptarse más a la sociedad a medida que avanza el filme, Bella mantiene intacta su libertad sexual por muy "inapropiada" que esta sea e incluso acalla la misoginia reinante en el cuerpo de una cabra.
El de esta protagonista es un viaje del héroe atípico, surrealista, pero también una clara oda en defensa de la libertad individual. Stone es quien lo ha definido mejor en una entrevista para Vogue: "Fue una gran oportunidad de vivir una vida entera que no estaba marcada por la vergüenza o el trauma". Y esa es parte de la magia de esta película que consagra (aún más) a su director y a su actriz protagonista.
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