Entre escenas diurnas de terror, los hábitos níveos de las monjas y los muros encalados de un convento, Paco Plaza ha estrenado en Netflix Hermana Muerte, la precuela de Verónica. Una nueva producción que amplía el universo del filme que aterrorizó en 2017 a los espectadores al inspirarse en el caso real del Expediente Vallecas.
Protagonizada por Aria Bedmar, quien se introduce en el papel de una jovencísima novicia Sor Narcisa, la actriz se enfrenta a una amenaza invisible que persigue a las jóvenes alumnas y a las monjas de este lugar. Un viaje al pasado tras la película original.
Este carismático personaje, caracterizado por su ceguera y los poderes sensitivos que le permiten estar en contacto con los espíritus, ya era interpretado en su etapa madura por Consuelo Trujillo. Así, el nuevo filme nos presenta cómo la monja ha llegado a este momento de plena facultad de sus habilidades parapsicológicas, culminando en un momento apoteósico en el tercer acto del filme.
Final explicado de 'Hermana Muerte'
En el desenlace de Hermana Muerte, Sor Narcisa pide ayuda a la pequeña Rosa para "ver" lo que está sucediendo realmente. Algo que tendrá consecuencias nefastas para la pequeña después de que completen el dibujo del ahorcado y sea arrastrada a la muerte.
Sin embargo, Narcisa no conseguirá ver aquello que se escapa a su entendimiento hasta que no se exponga al temido eclipse solar y quede ciega. En ese mismo instante, Sor Julia (Maru Valdivielso) toca con su mano a la protagonista y provoca que experimente visiones de lo que había ocurrido en el convento durante la Guerra Civil. Una serie de acontecimientos trágicos entre los que vislumbra la violación de una de las hermanas.
A lo largo de todo el filme, la necesidad de que la monja quedara ciega para desarrollar sus poderes en su máxima plenitud se nos presentaba en pequeñas píldoras. Los ojos cobraban un nuevo significado a través de las numerosas apariciones de imágenes de Santa Lucía, patrona de la visión, así como de secuencias como la del confesionario o los sueños espeluznantes.
Tras descubrir los abusos que una de las hermanas sufrió en este emplazamiento, las monjas más veteranas intentan ocultar a Narcisa la verdad de este suceso. Pero esta se aprovecha de un momento de flaqueo de Sor Sagrario (Chelo Vivares) y toca la foto de Socorro (Almudena Amor). Narcisa se entera de que Socorro fue la monja que fue violada y que fruto de ello había dado a la luz a una niña, quien resultaba ser el fantasma que perseguía a las demás estudiantes.
De esta forma, la protagonista descubre que las demás monjas habían decidido ocultar que este nacimiento había ocurrido y Socorro había criado a la pequeña escondida en el convento. La pequeña enfermaba puntualmente y provocaba que la madre cambiara de planes y decidiera llevarla al hospital, creando una confrontación con las demás. Estas encerraban a Socorro en su habitación e introducían a su hija en una bañera de agua fría para bajarle la fiebre, pero accidentalmente le propinaban un golpe en la cabeza y fallecía.
Socorro terminaba pispándose de la situación y terminaba ahorcándose en su habitación, posteriormente la de Narcisa. Esto explica que los fenómenos paranormales más habituales fueran el de la silla cayendo de lado, así como los golpes y los llantos que en realidad sucedían dentro de la habitación y no fuera, donde el espíritu de la monja había quedado atrapado.
Conocedora de todo lo que había ocurrido y de la implicación de las demás religiosas en estas muertes, Narcisa abre la puerta para liberar al espíritu de Socorro. Esto hace que persiga a la Hermana Superior (Luisa Merelas) y Sor Julia, las responsables del homicidio accidental. Ambas reciben su castigo en un juego entre el plano físico terrenal y el onírico, donde la monja fantasma tiene potestad sobre ellas.
Finalmente, Sor Narcisa ayuda a Socorro a que cumpla su venganza y vaya al rescate de su hija para que el alma de ambas pueda ascender a los cielos. Una última imagen en la que la protagonista disfruta de una instantánea similar a aquellas visiones marianas que había vivido de pequeña, recuperando la fe al instante y empezando a utilizar sus habilidades sensitivas para hacer el bien.
La conexión entre 'Hermana Muerte' y 'Verónica'
En la última escena del filme, Sor Narcisa aparece interpretada una vez más por Consuelo Trujillo, como ya la conociéramos en Verónica en 2017. La acción se traslada al año 1991, una época en la que finalmente Verónica (Sandra Escacena) sufre la posesión que terminará con su vida en Vallecas (Madrid).
"Le pega más Hermana Muerte", bromea una de las amiga de Verónica, quien regresa momentáneamente al filme para gusto del fandom de este universo de terror. Una escena en la que Narcisa es presentada ante la clase y termina recibiendo este apodo por el cual ha terminado siendo conocida.
Justo en ese instante es cuando empieza a sonar la canción Maldito Duende, de Héroes del Silencio, que se transformaba en una melodía notable en su utilización en la primera película, ya que el grupo resultaba ser el favorito de la joven poseída. La conclusión ideal para un filme que homenajea de principio a fin a Verónica y que abre las puertas a una nueva entrega entre ambas películas.
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