FICX 2022 | Andrea Riseborough se deja la cara en el drama alcohólico 'To Leslie', Marc Maron la recoge

Este drama de alcoholismo, autosabotaje y redención destaca por las interpretaciones de sus protagonistas. 
To Leslie
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Cinemanía
To Leslie

He aquí una historia bastante realista de una ganadora de lotería: esa afortunada inyección repentina de 190.000 dólares no ayuda a mejorar en absoluto su vida sino que tarda poco en ser completamente dilapidada bajo adicciones y malas decisiones. Es la historia de Leslie, la mujer humilde de Texas a quien interpreta con máxima exhibición de su talento la británica Andrea Riseborough en To Leslie, un crudo relato de alcoholismo y autosabotaje en la búsqueda de enésimas oportunidades.

El director Michael Morris, cuyo nombre aparece como realizador de un puñado de series especialmente sólidas detrás de las cámaras (Bloodline, House of Cards, Halt and Catch Fire, Para toda la humanidad, Better Call Saul), debuta en el cine con este relato de adicción y redención cuyos resortes dramáticos pueden sonar a ya conocidos y previsibles pero que encuentra innegables focos de interés en la interpretación volcada de Riseborough y de un Marc Maron que es pura empatía y presencia mesmerizante en pantalla.

Durante un tramo inicial muy episódico, To Leslie entra en una órbita similar a las primeras películas de los hermanos Safdie -The Pleasure of Being Robbed (2008), Go Get Some Rosemary (2009), Heaven Knows What (2014)-: la protagonista se dedica básicamente a hundirse más y más en la miseria, incapaz de aprovechar la más mínima oportunidad para salir a flote. Riseborough, con cara hinchada, mirada perdida y gritos para repartir, se vuelca en este retrato de personaje que es un peligro para sí mismo y quienes lo rodean.

Arruinada, sin hogar y decidida a hacer todo lo posible para conseguir una gota más de alcohol que llevarse al gaznate, Leslie decide volver a vivir con su hijo (Owen Teague), a quien abandonó siendo menor de edad unos años atrás. Sale mal. Entonces, no le queda más remedio que regresar al pueblo natal, a casa de unos antiguos amigos (Allison Janney y Stephen Root, a quienes no resulta complicado creer como moteros puretas) que la desprecian por sus acciones. Sale mal también.  

Es entonces cuando la película sale del terreno Safdie y entra en uno más afín a los retratos de Sean Baker sobre la América deprimida. Leslie encuentra cobijo y trabajo en un motel de mala muerte regentado por Andre Royo (The Wire), donde trabaja el personaje de Marc Maron, quien se apiada de ella espoleado por el recuerdo de su mujer, también alcohólica y echada a perder mucho antes de desaparecer de su vida. 

La relación que se establece entre los dos personajes, a dos velocidades muy distintas y varios universos de distancia que a pesar de todo pueden acabar fundiéndose en un abrazo, es el principal motor de To Leslie, alimentado por las magníficas interpretaciones de sus protagonistas. Una línea muy fina donde la autodestrucción se apacigua con corrientes internas de cariño que, en el caso de Maron, recuerda a los personajes de Peter Falk para John Cassavetes y Elaine May. Un animal de la pantalla que aquí es la pura empatía encarnada. 

Todo ello en un pueblo de carretera de Texas, retratado en interiores de bar claroscuros y vívidas panorámicas laterales por la calle, cuyos espacios de mala muerte y habitantes de digna vida adquieren entidad tan propia como el grano las imágenes de 35mm del director de foto Larkin Seiple (Todo a la vez en todas partes). Si Ryan Binaco se planteó la escritura de este guion como un homenaje a su propia madre, no hay mayor reconocimiento que haber dado entidad tan humana a cada elemento de la historia. 

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