Al Pacino y el tango de 'Esencia de mujer': así se rodó el baile que le dio al actor su único Oscar

En 1992, el actor deslumbró al mundo con su papel de militar ciego en esta tragicomedia. 
Uno de los mejores papeles de la carrera de Al Pacino (que ya es decir) fue este coronel retirado por una accidental ceguera, con un joven estudiante (Chris O'Donnell) como lazarillo. Remake de la película italiana de 1974 Perfume de mujer, Martin Brest, que hasta ese momento era conocido por la comedia Superdetective en Hollywood, permitió a Al Pacino, actor de método, saltarse el guión: según el actor, si uno está realmente enfocado en un personaje, los diálogos salen solos. Algo de razón tenía para cuando se llevó su único Oscar a casa.
Al Pacino en 'Esencia de mujer'.
Uno de los mejores papeles de la carrera de Al Pacino (que ya es decir) fue este coronel retirado por una accidental ceguera, con un joven estudiante (Chris O'Donnell) como lazarillo. Remake de la película italiana de 1974 Perfume de mujer, Martin Brest, que hasta ese momento era conocido por la comedia Superdetective en Hollywood, permitió a Al Pacino, actor de método, saltarse el guión: según el actor, si uno está realmente enfocado en un personaje, los diálogos salen solos. Algo de razón tenía para cuando se llevó su único Oscar a casa.

Dentro de la filmografía de Al Pacino, Esencia de mujer no ocupa un lugar muy destacado. O no lo ocuparía, salvo por un pequeño detalle: esta película de 1992, un fruto del algo pocho Hollywood de la época, ha pasado a la historia por haberle granjeado su único Oscar a uno de los mejores actores vivos.

Antes de llevarse su estatuilla por Esencia de mujer, Pacino había estado nominado al Oscar la friolera de siete veces, empezando por su candidatura por El padrino y siguiendo por las obtenidas a raíz de otros clásicos como Serpico, Tarde de perros, El padrino II y Glengarry Glenn Ross. ¿Qué tenía este filme, sin embargo, para hacer que la Academia le otorgase su máxima distinción tras casi dos décadas de ninguneo?

Pues, aunque parezca difícil de creer, hablamos de un tango. La escena en la que Pacino convence a una chica para marcarse unos pasos junto a él en un restaurante (y frente a los pasmados ojos de Chris O'Donnell) sigue siendo la más recordada de la película. Para empezar, porque la ternura que desprende... y, para seguir, porque el personaje del actor en Esencia de mujer es ciego. 

¿Quién fue la pareja de baile de Al Pacino en esta escena? ¿Cuál es el título del tango que ambos bailan? ¿Cuánto les llevó preparar este momentazo que, en la pantalla, dura alrededor de dos minutos y medio? A continuación, respondemos a esas preguntas. 

¿Quién abrió el baile?

Empecemos por un hecho no demasiado conocido: Esencia de mujer es un remake. En concreto, hablamos de una versión de Perfume de mujer, filme italiano protagonizado por el gran Vittorio Gassman y dirigido por el no menos grande Dino Risi en 1974. La película llamó lo bastante la atención fuera del país de la bota como para que la Academia la nominase a dos Oscar: Mejor película de habla no inglesa y Mejor guion adaptado. 

La historia de ambos filmes es básicamente la misma: un adolescente (Alessandro Momo en la versión italiana, O'Donnell en la estadounidense) recibe el marrón de servir de lazarillo a un militar ciego y con mucha mala leche durante un misterioso viaje. 

A pesar de esto, encontramos diferencias obvias entre ambos filmes: si los protagonistas de Perfume de mujer cruzan Italia casi entera durante su viaje (de Turín a Nápoles), la mayor parte de Esencia de mujer transcurre en Nueva York. Y, si el personaje de Chris O'Donnell es un estudiante que acepta el trabajo por dinero, a su contrapartida italiana no le queda otra, puesto que se encuentra haciendo la mili. 

¿Quién fue la pareja de baile de Pacino?

La coprotagonista de la escena en Esencia de mujer fue Gabrielle Anwar, actriz inglesa que por entonces contaba 22 años y cuya carrera había tenido lugar sobre todo en series de TV: aquel mismo año, los espectadores estadounidenses pudieron verla en un episodio de Sensación de vivir, sin ir más lejos. En 1991, además, había dado el salto a Hollywood apareciendo en Agente juvenil junto al efímero teen idol Richard Grieco. 

Hoy en día, Anwar recuerda la escena con cariño: "Bailar el tango es una experiencia sensual, y bailar con Al Pacino es algo de lo que todavía tengo que recuperarme, aunque el pulgar de mi pie derecho ya se ha curado", bromeó años después. Chistes aparte, la escena supuso un trabajo de aúpa, porque requirió de dos semanas de ensayos (con los coreógrafos Paul Pellicoro y Jerry Mitchell), así como de tres días de rodaje. 

¿Dónde se rodó la escena? 

La producción de Esencia de mujer recorrió Nueva York de punta a cabo, pero, si buscas el restaurante donde tuvo lugar este baile histórico, lo tienes en la Quinta Avenida, justo enfrente de Central Park. Se trata del salón de baile Cotillion del The Pierre, hotel fundado en 1930 con fama de ser uno de los establecimientos más lujosos de la Gran Manzana. Cuidado con su lista de precios, porque es de las que hacen que se te nublen los ojos. 

¿Cómo preparó Al Pacino su papel?

Aunque Esencia de mujer podía pasar por un trabajo menor, e incluso alimenticio, Pacino encaró el rol de Frank Slade con la seriedad acostumbrada. Para empezar, recurrió a dos asociaciones de personas invidentes (Associated Blind y The Lighthouse, ambas en Nueva York) para que le enseñaran las habilidades que debería adquirir una persona privada de la vista a causa de un accidente. 

Asimismo, el actor decidió usar en todo momento un bastón para guiar sus pasos y no mirar a nadie a la cara durante una conversación. Como señaló, la indicación más importante sobre la condición de Slade es que nunca fija su mirada durante la película.

¿Cómo se titula el tango?

Si bien la BSO de Esencia de mujer lleva la firma de Thomas Newman (Cadena perpetua), su escena más famosa está ambientada con una pieza preexistente. De hecho, con uno de los mayores clásicos del tango. 

Se trata de Por una cabeza, canción firmada por Carlos Gardel y su letrista habitual Alfredo Le Pera en 1935, con una letra que lamenta una mala pasada apostando en el hipódromo. Bien en su versión cantada, bien en la instrumental, el tema ha sonado también en películas tan dispares como Mentiras arriesgadas, La lista de Schindler y Bad Santa. 

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