A Al Pacino le ha costado “toda una vida” aceptar la fama de ‘El padrino’

“Fue muy difícil lidiar con esa fama”, admite en el aniversario de la famosa película.
Al Pacino en 'El padrino II'
Al Pacino en 'El padrino II'
Paramount
Al Pacino en 'El padrino II'

Antes de ser elegido para interpretar a Michael Corleone, Al Pacino era un rostro desconocido en Hollywood. Solo había participado en dos películas pequeñas (Yo, Natalia y Pánico en Needle Park), y prefería actuar en circuitos teatrales antes que asomarse a la industria del cine. Aunque había aprendido con los mejores, sus problemas de dinero llegaron a ser tan acuciantes como para tener que prostituirse… y entonces a Francis Ford Coppola se le metió entre ceja y ceja que tenía que interpretar al hijo de Don Vito. La gente de Paramount no terminaba de verlo (como tampoco se fiaba del trabajo de Coppola), pero cuando Pacino completó aquella escena en la que mataba a los agresores de su padre tras salir del baño con una pistola cualquier duda fue disipada.

50 años después, el actor ganador del Oscar por Esencia de mujer ha reflexionado sobre lo mucho que le costó aceptar la fama que le trajo El padrino. Tras ser nominado al Oscar por esta interpretación, Pacino volvió a ser Michael para las dos entregas restantes de la trilogía, puliendo el retrato de un personaje que ha pasado con toda justicia a la historia del cine. En plena celebración del aniversario (con El padrino reestrenándose en varios cines alrededor del mundo), Pacino declara para el New York Times que “es difícil explicar hoy quién era en ese momento y el impacto que supuso”. “Sentí como si, de repente, se hubiera levantado un velo y todos los ojos estuvieran puestos en mí”.

“Por supuesto también estaban sobre otros miembros de la película. Pero El padrino me dio una nueva identidad que resultó difícil de asumir”. Pacino se convirtió en una estrella, desarrollando una de las carreras más aclamadas que se hubieran visto en Hollywood. “Es una obra en la que tuve mucha suerte de participar. Pero me ha costado toda una vida aceptarlo y seguir adelante. No es como si hubiera interpretado a Superman”, apunta en relación a los papeles tan complejos que se vio obligado a elegir a partir de Michael Corleone. Coppola, por su parte, siempre ha afirmado que tuvo en mente a Pacino para el papel desde que leyó el libro original de Mario Puzo (también coguionista de la película).

“Cuando leí la novela no dejaba de imaginar a Pacino como Michael. Y no tenía una segunda opción. Para mí siempre fue Al Pacino. Es la razón por la que fui tan tenaz para que interpretara a Michael”. Para el intérprete ser elegido en El padrino fue como “ganar la lotería”, en efecto, pero admite que tampoco es que tuviera opción de rechazarlo. Y recuerda el rechazo que Hollywood le inspiraba entonces, a raíz de una conversación con el ilustre actor Charles Laughton. “Francis me quería. Había hecho una película antes, y yo no estaba tan interesado en el cine entonces. Mi cabeza estaba en otro lugar. Me sentía fuera de las primeras películas que hice”.

“Recuerdo que le dije a mi profesor de interpretación Charlie Laughton: ‘vaya, hablan de que es real, pero no lo es. Hay cables por todas partes y, ¡tienes que repetirlo todo!’. Lo haces y te dicen ‘bueno, vuelve a hacerlo’. Es real y no real al mismo tiempo, cuesta acostumbrarse”. Pero Pacino, como demuestran todas las películas increíbles que ha hecho desde El padrino, terminó acostumbrándose. Y todos estamos muy agradecidos por ello.

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