“Little Richard le dio al mundo permiso para ser”, no está mal la frase, sentenciosa y grave, ampulosa y premeditada, que un relevante testimonio lanza justo al final de este documental musical, el enésimo que se une a la fiebre desatada, y algo descontrolada, que el género vive desde hace ya una década por lo menos. Desatada sí, y fascinante también. Van quedando pocos músicos, en el recuerdo pero también gozosamente vivos, que no tengan documental propio.
Es goloso el caramelo, claro que sí, y por qué no iba a tenerlo también alguien tan relevante y con tan fascinante vida como un icono del rock and roll. Se entrecruzan en él varios influjos determinantes, los tres fundamentales están más que claros, diáfanos: músico, afroamericano y queer. Y en los dos, el protagonista fue referente, rompedor y faro. Lo cuentan muy bien los que le conocieron, los que se impregnaron de su música y de su huella. La directora toma una decisión clara: cuanto más, mejor. Y termina uno algo apabullado de estímulos, una sobredosis de montaje, de material de archivo, de testimonios desbordados y desbordantes de pasión y admiración. Apabullado pero feliz, claro.
FICHA TÉCNICA
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Director:
Lisa Cortes
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Género:
Documental
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País:
Estados Unidos
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Sinopsis:
Documental sobre la vida de Little Richard, icono del rock and roll que marcó al mundo de la música.
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Duración: 98 min.
Veredicto: Luminoso y sobrecargado, instructivo y generoso documental sobre Little Richard.
Distribuidora: HBO Max
Estreno: 26/1/2024
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