Crítica de 'Querido Evan Hansen'

Fotograma de 'Querido Evan Hansen'
Fotograma de 'Querido Evan Hansen'
Universal
Fotograma de 'Querido Evan Hansen'
Valoración:

Más allá del backlash internetero y las críticas demoledoras hay algo esencial que emparenta al Cats de Tom Hooper con el Querido Evan Hansen que dirige Stephen Chbosky: la angustiosa constatación de que hay espectáculos que tienen imposible dar el salto de las tablas al cine sin generar un desconcierto intensísimo. El caso de Cats está sobradamente documentado, en tanto a la trama inexistente, la imposible caracterización de los personajes o el forzoso aire de pesadilla sin que medie un conveniente distanciamiento brechtiano que sí experimentó el público de Broadway. Pero el caso de Querido Evan Hansen lo estamos descubriendo sobre la marcha. Los premios Tony que recibieron a este musical en 2016, precipitando el estrellato de Ben Platt, se alineaban con la euforia de una audiencia tan afianzada en su butaca que podía disfrutar de los números musicales casi independientemente de la narrativa. Aunque Querido Evan Hansen tuviera un argumento sumamente recargado, casi imposible de resumir, la magia del teatro permitía que este acabara siendo lo de menos, o incluso sacara rédito emotivo de la música de Benj Pasek y Justin Paul.

¿Cuál es el problema con el que se ha topado la versión cinematográfica? Pues que el argumento de Querido Evan Hansen, en estado silvestre, siempre ha sido pasmosamente delirante. La historia de Steven Levenson, que nos presenta a un adolescente de precaria salud mental engañando a familiares, intereses románticos y localidades enteras a cuenta del suicidio de un compañero de clase, se desarrolla en su propio y exclusivo universo ético, uno más conectado con la misantropía de Todd Solondz que con las indulgentes aproximaciones al cosmos adolescente del autor de Las ventajas de ser un marginado, y uno al que sin embargo accedieron con gusto los primeros espectadores gracias a que la música era estupenda y a los actores se les veía de lejos. Este distanciamiento se ha evaporado en su traslado al cine, primando el diálogo y acercándose más la cámara al rostro de Evan a medida que sigue mintiendo. El resultado, sin querer salirnos del género, acaba pareciéndose demasiado al Bailar en la oscuridad de Von Trier, con el agravante de que nadie en un puesto de responsabilidad parece darse cuenta de qué demonios están haciendo.

De forma contraria a lo que ocurría en Cats, Querido Evan Hansen ni siquiera puede buscar su particular festival del estupor a partir de una atmósfera convenientemente alucinada o una ristra de decisiones incomprensibles. Al margen de las que condujeron en primera instancia a que esto existiera, se entiende, pues lo que prima en todo momento es la corrección académica —defendida por intérpretes solventes en modo ‘for your consideration’— y la sosería expresiva, que Chbosky abraza militantemente para ofrecer los números más discretos posibles sin que estos lleguen a ofrecer una mínima cota de abstracción ante la vileza de cada giro de la historia. 

Es lo más interesante de Querido Evan Hansen, quizá, y un accidente finalmente afortunado: la inoperancia del aparato audiovisual (dependiente en modo obsceno de la edición para crear algo parecido a ritmo) pone en relieve todo lo que la historia tiene de enfermizo, pidiéndonos empatizar con cuestiones de evidente calado social —depresiones, familias disfuncionales, suicidios adolescentes— mientras estas se entrecruzan en un amasijo chiflado que acaba invocando todos los egoísmos, perversiones del yo y déficits emocionales de la era Internet. La única idea visual más o menos reseñable que llega a manejar Chbosky alude a esto, y cierra un número coral del modo más elocuente posible: multitud de usuarios anónimos de Internet cantando sobre su gran solidaridad desde ventanas separadas en la nube, inconscientes de que son presas de un (auto)engaño a gran escala.

Querido Evan Hansen apela a tantas neurosis de nuestro presente que podría ser una sátira perfecta. Como no sabe que puede serlo, y parece vivir en la misma inopia que sus personajes, se contenta con ser un atolondrado síntoma de tantos. Es asunto nuestro calibrar la profundidad de los abismos que insinúa, o bien contentarnos con apreciar lo rematadamente divertido que es ver a un Ben Platt de 27 tacos fingiendo ser adolescente. Ambas opciones tienen su aquel. 

FICHA TÉCNICA

Póster de 'Querido Evan Hansen'
  • Director:

    Stephen Chbosky

  • Género:

    Musical, Drama

  • País:

    EE.UU.

  • Sinopsis:

    Evan Hansen es un adolescente con ansiedad social al que su terapeuta ha encomendado un curioso ejercicio: escribirse cartas a sí mismo cada día destacando todo lo bueno que le ha ocurrido hasta entonces. Cuando una de estas cartas acaba en manos de Connor, un problemático compañero de clase, la vida de Evan y de todos los que le rodean cambia de la noche a la mañana.

  • GUION: Steven Levenson

  • REPARTO: Ben Platt, Julianne Moore, Kaitlyn Dever, Amy Adams, Colton Ryan

  • DURACIÓN: 137 min.

  • VEREDICTO: Ojalá el musical más perverso de la temporada no tuviera un envoltorio tan aburrido.

  • DISTRIBUIDORA: Universal

  • ESTRENO: 10/12/2021

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