La nominada al Oscar que te sorprenderá
American Fiction, en Prime Video
American Fiction me ha sorprendido. Supongo que tiene que ver con mis propios prejuicios con los Oscar, empeñados año tras año en forzar la cuota afroamericana en su selección de nominadas a mejor película sin atender a la calidad. Y sí, puede que esta película ocupe ese lugar en la presente edición de los Premios de la Academia pero a mí me gana porque trata precisamente de eso.
Monk (Jeffrey Wright siempre es un sí) es un escritor en horas bajas. Mientras sufre un bloqueo creativo ve cómo otros colegas negros que escriben bestsellers que explotan los estereotipos de raza (raperos con cadenas, convictos, violentos, etc) se forran. Como necesita dinero rápido para ingresar a su madre con alzheimer en una residencia se inventa un álter ego a lo J.T. Leroy y escribe una novela como esas que odia. Por supuesto, es un exitazo.
Aunque es algo irregular (la trama familiar no es tan fina como la estafa literaria), me gusta de American Fiction que en su juego autoconsciente derriba esos clichés que denuncia y además critica con humor (que es lo más sano, creo yo) la condescendencia y la hipocresía de la industria cultural blanca que lleva años pasando olímpicamente de la comunidad afroamericana hasta que ha visto negocio en ella. Lo que no me gusta es que el filme no se decida por un final. Quizás es que no hay final más redondo que el que esa industria cultural blanca ha escrito nominándola a los Oscar.
Woody Allen, David Trueba y Manhattan
Un día en Nueva York con Woody Allen, en Movistar Plus+
Una delicia. Escuchar a Woody Allen siempre lo es. Pero escuchar las respuestas a las preguntas formuladas por David Trueba resulta serlo más aún. Para comprobarlo solo hay que ver Un día en Nueva York con Woody Allen, estupenda iniciativa de Movistar Plus + que reúne a los dos creadores en Manhattan.
Tras una introducción que se hace corta en la que Trueba visita algunas de las localizaciones míticas del cine de Allen enfundado en un abrigo de lo más calentito pasamos a la entrevista de casi una hora de duración. El director de Saben Aquell aprovecha su cinefilia y experiencia como cineasta, y su evidente admiración hacia el neoyorquino, para plantear cuestiones que se llevan la conversación a otro lugar más interesante que el de otros documentales o entrevistas recientes. En resumen, se aprende tanto de Woody Allen como del arte de hacer preguntas.
Allen rememora lo que aprendió de colaboradores como Gordon Willis, coincide con Trueba en el paso adelante que supusieron en su filmografía películas como Annie Hall o La rosa púrpura de El Cairo y contesta siempre con la concreción de un artesano. El conjunto es tan delicioso que al acabar la entrevista es inevitable encontrarse pensando qué película de Woody Allen vamos a ver a continuación.
Benicio del Toro, maestro del policiaco
Reptiles, en Netflix
Hay una escena magnífica en Reptiles. Benicio del Toro interpreta a un poli de homicidios, rudo, bigotudo, poco amigo de las palabras y demás atributos habituales en los protagonistas de este tipo de policiacos. En plena investigación del asesinato de una agente inmobiliaria la cámara lo encuadra de espaldas ocupando toda la pantalla. La música sube de volumen al enseñarle en contraplano con cara de preocupación.
Cualquier thriller más convencional hubiese mostrado en la pantalla del ordenador algún descubrimiento del caso que se trae entre manos el protagonista. Pero lo que Benicio del Toro mira fijamente en Reptiles es un grifo. Un grifo que vio en una de las escenas del crimen y que quiere instalar en su casa.
Son pequeños detalles como este o como la afición al line dance del protagonista y su relación con su mujer (qué alegría volver a ver a Alicia Silverstone) los que hacen que sobresalga este policiaco. No es Zodiac (aunque le gustaría) pero es mucho más de lo que auguraba su posición entre lo más visto de Netflix.
Thriller migratorio entre cuatro paredes
Upon Entry, en Filmin
Es un terror cotidiano pero quien haya cruzado alguna vez una aduana estadounidense sabe que esos terrores pueden ser los peores. La pareja formada por Diego, un urbanista venezolano, y Elena, una bailarina de Barcelona, se enfrenta a este trámite aduanero con la ilusión que le produce su proyecto vital. Han viajado de Barcelona a Nueva York con destino final en Miami, donde pretenden establecerse y comenzar una nueva vida. Pero en el control de pasaportes, ante uno de esos policías bigotudos con cara de perdonarte la vida, todo se tuerce. Es entonces cuando el filme de Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez se convierte en un angustioso y trepidante thriller entre cuatro paredes.
Esta economía escenográfica nos sumerge con un realismo impecable en la pesadilla que viven los personajes, de tonalidades grisáceas, tan angustiosa como un cuarto sin ventanas. Al igual que la planificación, de planos cada vez más cerrados sobre sus protagonistas. Como la amenaza que se cierne sobre ellos cuando son interrogados por esos funcionarios de aduanas empeñados en buscarles las cosquillas para que no entren en EE UU. Sobre todo a él, cuyo lugar de origen levanta mayores sospechas.
Pero, sin duda, las grandes virtudes de Upon Entry son su guion –una gran decisión la de volcar el drama de la inmigración en la intimidad de una pareja que se va rompiendo– y las interpretaciones de Bruna Cusí y Alberto Ammann, probablemente la mejor de su carrera con un acento venezolano perfecto y una capacidad de transmitir la vulnerabilidad de su personaje absolutamente prodigiosa.
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