En las cimas todo es paz
Las ocho montañas, en Filmin
"La roca me atrae con una fuerza inefable [...]. Sobre la roca me lleva un impulso único, definitivo, completo de olvido, de muerte, de silencio ininterrumpido", escribió el italiano Dino Buzzati haciéndose eco de las palabras del alpinista Gabriele Franceschini. El escritor y periodista describió como pocos la fascinación, la subyugación más bien, del hombre a la montaña y sus textos sobre esa pasión por la verticalidad y por la cima son tan solo superados por esta hermosa película de Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, Las ocho montañas.
Van Groeningen y Vandermeersch han adaptado la novela de Paolo Cognetti y la han transformado en una cautivadora obra que sigue una amistad masculina moldeada bajo la solemnidad y dureza de la montaña. Pietro (Luca Marinelli) y Bruno (Alessandro Borghi), de niños a hombres, de hijos a padres, al amparo de unas cimas alpinas fotografiadas en toda su inmensidad por Ruben Impens. Las ocho montañas ha sido una de las sensaciones en salas de cine de la temporada y, si aún no la has visto, créeme que en cuanto lo hagas no podrás dejar de pensar en ella.
El policíaco más iconoclasta: feminista y de Tasmania
Deadloch, en Prime Video
Aunque el género del noir y del policíaco permite ciertas innovaciones, es también terreno para lugares comunes y caminos trillados, para tramas perezosas. No es el caso de Deadloch, comedia de intriga y asesinato con una denominación de origen inesperada (Australia) y un planteamiento que se ríe tanto de posturas conservadoras como de las políticamente correctas.
Creada y desarrollada por Kate McCartney y Kate McLennan, conocidas en la industria televisiva de las antípodas como 'las Kates' gracias a sus miniseries The Katering Show y Get Krack, Deadloch nos planta en la localidad inventada de Deadloch, Tasmania, para poner en escena una serie de crímenes que han roto la placidez de un pueblo con una idiosincrasia propia, ya que desde hace pocos años acoge a una amplia comunidad LGTBIQ+.
Como buen policíaco, el quid del asunto está en la dupla investigadora, aquí dos mujeres de talante diametralmente opuesto: la sargento mayor Dulcie Collins (Kate Box), meticulosa pero frustrada a causa de una rutina que apenas supone riesgos; y la detective Eddie Redcliffe (Madeleine Sami), insoportable, maleducada y, claro, agente del caos cómico que pone a prueba la paciencia de todo el pueblo. La combinación, por si te lo preguntas, es tan explosiva como divertida.
Sobre la psique criminal decimonónica
El alienista, en Netflix
Se suele situar el origen de la especialidad médica del alienismo, que luego daría pie a la psiquiatría, hacia 1800 en París, con la figura de Philippe Pinel como uno de sus fundadores. El desarrollo y el estatus que tomaría la disciplina sería tal que, un siglo después, como muestra la serie El alienista, producida por Cary Fukunaga (True Detective) y basada en la novela homónima de Caleb Carr, este tipo de profesionales médicos serían claves en las investigaciones policiales.
En El alienista nos encontramos en el Nueva York de 1896 para seguir al doctor Laszlo Kreizler (Daniel Brühl), embarcado en la misión de identificar y ayudar a detener a uno de los primeros asesinos en serie de la ciudad. Junto a Kreizler, el reportero John Moore (Luke Evans) y Sara Howard (Dakota Fanning), secretaria del jefe de policía y futuro presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt.
Tim Burton y su comedia más marciana
Mars Attack, en HBO Max
"No huyáis, somos vuestros amigos", gritan los marcianos de Tim Burton mientras se dedican a cargarse a la humanidad durante la invasión que ocupa Mars Attack. Para la aquí firmante, esta comedia del más gótico de los cineastas de Hollywood es una de las mejores de su filmografía y, contra todo pronóstico, también fue una de sus más exitosas. Al menos en Europa. Su reparto es sencillamente espectacular: Jack Nicholson, Glenn Close, Pierce Brosnan, Annette Bening, Danny DeVito, Sarah Jessica Parker, Martin Short, Natalie Portman, Michael J. Fox, Jack Black...
Inspirada en una serie de violentos cromos sobre marcianos que circularon hacia 1962, Mars Attack fue en su día toda una declaración de intenciones: mientras Independence Day calentaba los ánimos patrióticos estadounidenses, Burton se reía de todos y cada uno de los símbolos del país de las barras y estrellas, convirtiendo, además, a Tom Jones y su It's Not Unusual en el himno fraternal del amanecer de después de la batalla. Recuerdo cuando fui a verla en el ya desaparecido cine Yelmo Icària de Barcelona y también recuerdo que era una de las películas favoritas de mi amiga Aïda. Ella siempre ha tenido muy buen gusto, pero es que ¡la película es excelente!
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